❤El Diario De Mi Vida❤ (Ralsei X Lector)

Página #127 (Noche de lunes)

Diario de todas mis alegrías y penas, hoy he tenido un largo día del que no avivó el buen estado que necesito para sentirme mejor, y quisiera escribirlo como cada noche lo he hecho.
En la noche cuando pasé algo de tiempo con mis padres, ellos se logran notan muy contentos por la salida de fin de semana que tuvimos; sin embargo, observan en mí una drástica baja emocional de la que preguntaron si ¿está todo bien? (No deseaba explicar sobre algo personal como lo es mi diario, y sin intenciones sobre confesarles mi problema en general, y anteponiendo miles de disculpas por no serles franco, les admití que si estaba decaído por algo propio, pero que trataría de solucionarlo cuanto antes...)

Mi llegada a la escuela por la mañana no fue del todo distinta a las anteriores veces que he pasado ahí. Luego de los saludos de los chicos y de la prof. Alphys, tuve que estar junto con _____. Él me saludó cariñosamente como cada día que estamos juntos, aunque sin importar eso yo no pude ser igual con él; no me sentía molesto, ni ofendido, tan solo estaba apagado al igual que mis ánimos inertes.
En varios momentos él me hablaba en voz baja, me sonreía con persistencia, y me pedía perdón por lo que había hecho desde su puesto, y fue así hasta la llegada del primer recreo.
Una vez que todo el salón salió, _____ reiteraba en tocar el mismo tema con remordimiento a su tontería, pero a pesar que eso no me gustó de él, no fui directo en decirlo, ocultando mis molestias en el silencio propio tras mi bufanda.

Pude sentir que sus disculpas eran lo más dedicadas posibles tratando de que nuestra unión vuelva a ser la de antes, pero le pregunté con pena tras el amortiguado tacto de mi prenda: --si sabías que era mi diario, ¿por qué no te detuviste? Lo hiciste por que dudas de mí, ¿no es verdad? Lo hiciste por que querías descubrir por ti mismo la clase de monstruo que soy. ¡Admitelo! por eso no te detuviste...--
_____ negaba pensar así de mí, pero no quería debatir con él... No podía, ni tenía las fuerzas para eso... No me sentía bien para hacerlo, dejándole que diga todo argumento que desee sin siquiera mirarle a la cara...
La tarde llegó y el despacho a casa igual lo hizo, por lo que estando conciente de mi estado como de la situación, tomé mis cosas sin decir palabra alguna más que para despedirme de mis buenos amigos y de la Prof. Alphys. (Hasta ellos notaron de manera extraña que me haya querido ir sin esperar a _____), pero sin darme cuenta, una mano tomó la mía con inquietud, acompañado de la súbita preocupación.
_____ siguió mi camino con el dolor de su error, y esperando en muchas ocasiones una respuesta de mi parte, el silencio una vez más otorgó.
Llegamos sin tardar demasiado, y era el momento de despedirnos... En el fondo de mi corazón quería abrazarle, darle un beso e imaginar que todo estaba bien; no obstante, no podía creer que lo que pasó no fue solo una tontería sin más.
Solo le di un pequeño beso frío en su mejilla como agradecimiento, uno tan frío como la misma mirada que él poseía aquella tarde por el viaje cuando se despidió, y con algo de dificultad por mis trémulas palabras, le pedí que llegara con cuidado a casa, hasta dejarle para entrar a mi hogar.

¿Me hace alguien malo ser así con él, diario mío? Yo no puedo disfrutar de la indiferencia que le estoy dando al humano que cautivó mi corazón cuando tan solo era el nuevo del salón de clases. Con una grieta que hiere el corazón, algunas pequeñas lagrimas son derramadas y corren la alterable tinta de las hojas en las que escribo en este instante, dejando una imborrable mancha que traerá consigo los mismos recuerdos indelebles de amor, y desconfianza...