❤El Diario De Mi Vida❤ (Ralsei X Lector)

Página #131 (Noche de viernes)

Diario de mi vida, el pequeño humano que ayer con dolor dejó escapar lagrimas como una herida que parecía imposible de sanar; el que estando de rodillas en el suelo demostró quedar a la vera de la tristeza personal con el miedo de que le odiara por leer mis secretos literarios; hoy todo eso acabó. Ahora ha quedado en el pasado, y la felicidad tanto como lo es el amor han vuelto a nutrir nuestros corazones...

Frente a mi Familia esbozaba una sonrisa en la mesa, siendo esta la mejor imagen que le hizo justicia a mis decaídos estados de días pasados. Mis Padres me vieron con arrobamiento frente a una platica que merecían que les fuera explicada con sumo detalle, y cumpliendo a un deber integro, les confesé el origen de todo el problema.
El recuerdo aguza la mente, e incluso si este ya no se encuentra en tal deplorable estado por la pena, me hace ver con profundidad el verdadero amor que alguien me puede tener para remediar todo lo malo que ha hecho; igual fue lo que mis Papás dieron como respuesta en ese momento luego de que se enteraran de lo sucedido. Ambos entendieron mis secretismos al hacer mención a mi diario del que ni sabían sobre su existía, y se alegraron de que el caballero que pone su corazón en juego tratara como al igual que yo de hacer hasta lo imposible por reparar nuestra relación amorosa.

La escuela con aires de aprendizaje, amistad y superación nos permitió volvernos a encontrar entre _____ y yo a todo lo sucedido ayer; sin embargo, muchas cosas que fueron dichas en el parque no lograron ser suficientes para quienes tratan de mejorar el cercano amor con algo más que solo abrazos.
Con el tiempo a favor el receso fue lo siguiente, y la pandilla con intuición pudo observar que _____ y yo nos dirigíamos palabras el uno al otro con mayor cercanía, aunque no del todo por la timidez.
El reloj de la pared aminoró la cantidad de tiempo, y las miradas del momento fueron sucesivas, pero... la mirada concerniente que a mí se me ofreció trató de demostrar lo que, en efecto yo sabía a la perfección, hasta que un ultimo zumbido ensordecedor finalizó las clases escolares para abrir las puertas a un prometedor fin de semana.
Los chicos se despedían, se abrazaban, y nos miraban con sonrisas; éramos su preocupación. Supe que lo que estaba a punto de suceder con _____ estaba en mejor camino, y recordando el apoyo como las buenas palabras del adusto Berdly aquel Miércoles cuando me acompañó a casa, con gratitud le abracé en señal de despedida para besar su emplumada mejilla por haberme ayudado, para igualmente dar el adiós al resto.
_____ estaba sin palabras por eso, hasta que me aferré de su brazo para partir, y le dije: --créeme, se la debes.--

Un sonar de pasos igualados por una unión real, el consuelo detrás del perdón, y la privacidad del usual parque fueron dulces como un terroncito que endulza suavemente el amargor de un café tostado en un precioso atardecer de otoño. ______ con un pequeño brotar de lagrimas me abrazó, suspiró un tanto más controlado, lamentándose una vez más por el pasado; en cuanto a mí, aprecié desde cerca su semblante, se lo palpaba con suavidad como quien no desea lastimar ni dejar marca alguna, más que para posar los labios sobre la tibia ceja de su propietario. Uní mi frente con la suya, y como un torrente nuestras frases salían, aliviando lentamente los tormentos.
Oí desde lo más profundo de su corazoncito todo lo que tenía que decir, y supe que no me mentía. Los ojos que devoraron las letras de mi diario, el remordimiento de su mal realizado, hasta esa página que se me fue escrita son la verdad de sus lagrimas. Él nunca deseó ocultarlo para hacer daño, por eso lo confesó de ese modo.

Nuestras miradas se analizaron con total pasión y locura, los ávidos labios se acercaron con naturalidad, siendo ese el necesario beso que hiciera las paces, el que también restableciera lo que un mal entendido nos arrebató; era eso lo más importante para nosotros, y lo tuvimos; lo siguiente solo fue regresar a la realidad, separándonos con aquella sensación del amor real que conforme pase el tiempo, más y más grande se hará.

Diario... medito en muchas cosas en esta noche a la vez que mi mano toca la suavidad de tu papel blanquecino, pareciendo ser esta como la primera vez que nos encontramos tú y yo de tal modo. Pienso en la vida que tengo aquí junto a los amigos que he hecho, el cual fue adquirido gracias a la suerte, igualmente medito en las sabias decisiones de mis progenitores; en la inconmensurable felicidad de mis experiencias que nada podrá borrar, y en todo el amor que siento por ______.
Diario... he tomado una gran decisión que, con fidelidad logrará el cambio en la vida de este servidor a las influencias de tu contenido.
Mañana todo será explicado como siempre ha sido; tan solo el cielo estrellado que nos reunirá, tú, yo, y la estilográfica que con suaves surcos azulados dejará atrás una estela, hasta llegar a su orgulloso final...