~Como sea

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Sam POV

Abro los ojos y todo esta en silencio, no quiero ser un estorbo para esta gente, así que me incorporo y suspiro, aunque el dolor aun sigue, por lo menos es soportable, me destapo de las sabanas y me coloco de pie, menos mal que me siento lo suficientemente fuerte para mantenerme en pie.

Camino con cuidado por el departamento y recorro con la mirada el lugar, al parecer no ahí nadie, camino hacia la cocina y veo como algunos platos sucios y ollas, se encontraban en el lava platos, sonrío por un instante.

Me arremangó la polera, la cual me llega hasta mas allá de los muslos, y tomo la esponja con el gel de lavado, comienzo a restregar los trastes mientras canto por lo bajo, luego de terminar con los platos, comienzo por las ollas, canto mas alto y resfriego la superficie de las ollas.

-no era nesecesario.

La esponja se me cae de las manos y dejo de cantar, Ian me mira desde el umbral de la puerta.

-¿que haces aquí?- le digo tratando de calmar mi corazón.

-es mi hogar, quien debe hacer las preguntas aquí, soy yo.- dice cruzándose de brazos.

-aja, bueno, yo no quiero escucharlas.

-no era nesesario lavar todo eso.- dijo refiriéndose a los platos.

-es lo menos que puedo hacer para agradecerles a tu hermana y a tu madre.- le digo recogiendo la esponja, agacharme es un acto realmente de esfuerzo, mis costillas gritan clemencia.

-¿y yo no recibo nada?- dice en un tono ofendido.

-nop, solo lo hiciste porque te di lastima.

Este cierra la puerta de golpe y me hace saltar en mi lugar, lo miro, esta tenso y en su mirada se ve que esta enojado.

-si, tal vez lo hize por lastima, no quería que unos maricas mataran a una chica que posiblemente no sabe nada y que no tiene padres.

Aprieto la esponja y se la tiro, le cae en la cara y me mira furioso.

-¿¡que mierda fue eso!?- dijo sacándose la espuma de los ojos.

-no hables de mis padres, a la mayoría le doy lastima, pero odio y en serio, odio sentir como la gente me mira con lastima.- se lo digo con un tono tan frío.

-bien, no te mirare con lástima, no es la gran cosa.

Deja la esponja en mi mano, y se dirige al refrigerador, niego enfurecida con la cabeza y sigo lavando.

-¿quieres algo para comer?- pregunta con la cabeza metida en el refrigerador.

-no, no tengo apetito.

-deberías, estas muy delgada.

-pues, disculpa por no ser una súper modelo, con tetas perfectas y un cuerpo bronceado.- de lo digo con sarcasmo.

-disculpa aceptada.

Lo miro y este esta tomando jugo en caja de manzana, saca la bombilla y la mete en el ollito, amo el jugo de manzana.

-¿quieres uno?- dice sonriendo de lado.

Chasqueo la lengua y extiendo la mano.

-si.

Este ríe por lo bajo y saca otra cajita, me la extiende y yo se la quito con fuerza, saco la pajilla y bebo el jugo, dulce néctar de los dioses.

-mmm.- digo cerrando los ojos.

-a mi también me gusta este jugo.- dice Ian.

Abro mis ojos y miro cada detalle, sus ojos son azules, su cabello es castaño oscuro, tiene un cuerpo delgado pero con músculos definidos, se viste bien, una camisa negra, unos jeans gastados y unos zapatos militares.

Sin escape para el peligroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora