~Se Ha Ido

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(Pov Sam)

El sonido de la radio era lo único que se escuchaba, pero no era para nada incomodo, era tranquilizador, y al vez gracioso, por que la riza me atacaba cada vez que veía la cara de idiota feliz a Ian, no dejó de sonreír en todo el camino.

Llegamos al lugar donde la casa rodante de Tomás se encuentra, Ian detiene el carro y yo soy la primera en bajar, camino directamente hacia la puerta pero algo me detiene, en la manilla se ve una clara mancha carmesí, paso mis dedos con lentitud por ella y estos se manchan al contacto, esta fresca, es...

-sangre. - dijo Ian.

Nos quedamos en silencio mirando la puerta y a los alrededores, Ian saca un arma de su pantalón, me mira y me apunta al auto.

-entra al auto, y cuando salga podrás salir.

-claro que no.

Me toma fuertemente del brazo y casi me arrastra hacia el auto.

-lo repetiré una última vez, sube al maldito auto Samantha.

Me plantó frente a él y lo encaro, en realidad debo mirar hacia arriba por que el es más alto que yo.

-no lo are, te quedo claro.

Suspiró con frustración y luego asintió derrotado.

-bien, pero mantente siempre tras de mi, ¿entendido?

Asiento y me aferro a su chaqueta, caminamos cautelosamente hacia la puerta, Ian la abre completamente para apuntar hacia todos lados asegurándose de que no hubiera nadie.

Observo el escenario en su interior, todo está patas arriba, de verdad que buscaban algo.... O a alguien.

Me había quedado mirando todo el desorden hasta que la voz de Ian me saca de mi ensoñación.

-Sam, por mi no  eras esto, pero...

No lo dejo terminado porque ya estoy a su lado viendo la escena, Tomás se encontraba en la cama, con sus típicos calzoncillos y la camisa abierta, solo que esta vez con cuatro agujeros en el pecho y una garganta abierta.

-dios, ni siquiera.... Yo solo...

-lo sé.- me corta Ian.

Lo miro con los labios fuertemente apretados, no puedo seguir mirando por tanto tiempo la cantidad de sangre que sigue emanando del cuerpo, además de ese olor a muerte.

Salgo corriendo de la casa rodante y vómito lo poco que comí, las arcadas siguen asta que paran dejando u  sabor amargo en la boca.

-esto es horrible. - digo agotada.

-si, debemos averiguar porque lo mataron.- dijo mientras me entregaba una botella de agua.

Me enjuago la boca y escupo, luego le doy y gran trago a la botella hasta dejarla a la mitad, tenía la boca seca después del vomito.

-no se que hacer, siento que quiero  sea que me quiera matar esta siempre a u paso adelante, a este punto nos matara a todos, a mi en realidad.

Este apoyó sus manos en mis hombros y me hizo mirarlo, nuestras miradas se conectaron y sentí, que sus ojos transmitían una paz.

-tranquila, no dejaré que nada te pase.

Toque una de sus manos y le di un apretón, Suspire al sentirme de un momento a otro más calmada.

-debemos llamar a Nick, tal vez el venga con su equipo de investigadores.- le dije mucho más relajada.

-tienes razón.
*****
Al rato, el lugar se había llenado de patrullas y peritos para investigar quién podría ser el que está tras los asecinatos y quien  me persigue, esto no es una coincidencia, estoy segura.

Sin escape para el peligroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora