~Es mi culpa

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Los tres viajábamos en la camioneta, Nick se había encargado de los cadáveres, al parecer el FBI se encarga de borrar toda evidencia.

Por otro lado, que Dani fuera atacada no era algo al azar, no sólo por ser mi amiga, ellos averiguaron todo de ella y querían saber mi posible ubicación, no tenía en claro si eran los mismo sujetos que me secuestraron o los que están cerca del asesinato de mis padres.

-Daniela, tendrás que quedarte con nosotros estos meses mientras tu madre no está, te as convertido en un modo de manipulación para Sam.- dijo Nick.

-en serio, nunca pensé que esto pasaría.- dijo Dani abrazándose así misma.

-es mi culpa Dani, yo fui quien te metió en esto, si quieres puedes alejarte de mí, es tu opción.......

-¡no Sam!, No es tu culpa que unos sujetos quieran matarte.- dijo colocando una mano en mi hombro.

Bufé y mire mis manos, seguía pensando que esto era mi culpa, si yo no le hubiera dicho nada de esto a Dani, ella no estaría en peligro, debería de haberla alejado de mi desde un principio, como a cualquier ser querido, aunque para Adam fue muy tarde.

Miro la entrada del edificio de Nick, la puerta se abre, Nick ayuda a Daniela a bajar de la camioneta, para cuando baja y es mi turno, el movimiento usado por mi parte y la inevitable disminución de la adrenalina en la sangre, siento un dolor en mi espalda.

Gimo cerrando los ojos, me llevo instintivamente una mano a mi espalda, el dolor proviene de mi omóplato derecho, se me es difícil alcanzarlo ya que estirarme duele demasiado.

-¿que ocurre?- preguntó Nick.

-no....no lo sé....

-¡Sam estas herida!- dijo asustada Dani.

Nick se acercó rápidamente a mi, inspeccionó mi herida y chasqueo la lengua.

-tienes un pedazo de vidrio en la espalda, hay que llegar luego al departamento.- dijo Nick, ayudándome a caminar.

Llegamos al departamento minutos después, Nick me dejó caer delicadamente al sillón cama, suspiré al no hacer esfuerzo y miré mis manos llenas de sangre y magulladuras, la peor parte fueron mis nudillos.

-¿como lo llevas?- pregunta Dani sentándose a mi lado.

-la que debería estar diciendo esas preguntas soy yo.- digo suspirando.

-lo se, pero....tu me salvaste, y a pesar de todo, no puedo culparte, tu no deseaste la muerte de tus padres, tampoco sabes de esos hombres.

Suspiro y veo a Nick entrar con un cuenco de agua, paños, gasas, pinzas y alcohol, con una pequeña aguja y hilo.

-vamos a ver.- dijo mientras se lavaba las manos con alcohol.

Levantó mi camisa hasta dejar mi espalda descubierta, Dani desabrochó mi brasier, dejando mi espalda esta ves totalmente descubierta. Sentí como los dedos de Dani tocaban una de mis cicatrices.

-aun están ahí.- dijo Dani en un susurro.

-nunca se irán.- dije.

Sentí como las pinzas de Nick trabajaban, con solo rozar el trozo de vidrio dolía, cada toque era como enterrar un puñal en la espalda.

-mierda.- sisie, comenzó a formarse una fina capa de sudor en mi frente, la mano de Dani apretaba la mía, no con demasiada fuerza, para no dañar mis nudillos pelados.

-yyy listo.- dijo Nick.

Sentí un extraño alivio y luego el leve ardor, Nick acercó el pedaso de vidrio a mis ojos, era del tamaño de mi mano.

Sin escape para el peligroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora