~Tomás Rodrigues

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POV Ian

Tomé otro trago de mi cervesa, miré la pantalla donde pasaba un partido de fútbol americano de ase una semana, pero a los borrachos del bar ni siquiera se inmutaron, seguían gritando y animando a un equipo que ya había perdido.

Me pasé por décima quinta vez la mano por la cara, e estado toda la tarde aquí, ¿o día?, No lo sé, cuando estás en un lugar así pierdes la noción del tiempo.

Aún me sigo diciendo que soy un idiota por haber actuado así, simplemente debí haberla besado, no esperar que ella lo iniciara, soy un imbécil.

-hey amigo, ya has bebido mucho.- dijo el cantinero.

Lo observe serio y le di el último trago a mi cerveza, debía aceptar que era mi novena cerveza y aun estaba sobrio.

Dejé la botella vacía en la barra y tiré un par de billetes en esta.

-¿ya te vas guapo?- preguntó una mujer a mi lado.

-si.- dije lo más cortante posible.

Salí del local y caminé a mi auto, cerré la puerta con fuerza para luego apoyarme en el volante. Tenía que hablar con Sam, debía hablar con ella y decirle lo que siento.

Mi teléfono comenzó a sonar, miré el nombre y fruncí el seño, era Jorge, mi amigo.

-¿si?

-hola Ian, tengo lo que necesitabas.

Suspiro y me relajo en el asiento, tendré un motivo para verla.

-dimelo.

-Tomás Rodrígues vive fuera de la ciudad, en un viejo remolque, se la pasa en su programa de radio "misterioso y loco", donde habla de cómo son los ricos en el mundo y la falsedad del dinero, más bien manda a todos a la mierda.

-que más.- pregunto.

-si dices por si tiene algún vínculo cercano con tú chica, sip, lo tiene.

-no es mi..... olvidalo, ¿cual es el vínculo?

-es su padrino.
*********
Estoy frente a la puerta del departamento de Nick, ni demoré ni un segundo, nesecitaba hablar con desesperación a Sam.

Golpee la puerta y está se abrió, un agitado Nick me recibe, al reconocerme me tapa la visión de adentro.

-¿que diablos quieres?- preguntó Nick.

-quiero ver a Sam.

- ¿porque demonios te dejaría, Ian?- preguntó enojado Nick.

Suspiró frustrado y lo vuelvo a encarar.

-encontre a Tomás Rodrígues.

El rostro de Nick fue un poema, estuvo fuera de este espacio por unos segundos hasta que me dejó pasar. Al entrar a la sala vi a la amiga de Sam, y a Sam en el sillon-cama con un paño en la frente.

Me acerqué rápidamente y toque su mejilla, su piel estaba hirviendo.

-¿que, que le pasó?- pregunto alarmado.

-fue por mi, me estaban atacando y me defendió, resultó con una herida.- dijo Daniela.

Miro atento la herida inflamada.

-se le han adherido un par de punto a la piel, debo sacarlos otra vez.- dijo Nick.

-no te has puesto a pensar que puede tener residuos de vidrio adentro, ¿verdad?- digo con un deje de burla.

Se lo que ocurre, varias veces me a pasado, solo sacan el vidrio y no comprueban si no tiene residuos.

-Nick pasame las pinsas y el pequeño bisturí de emergencia.- dije como todo un profesional.

Sin escape para el peligroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora