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Hope Hannigan

El tal Martin Thompson no dejo de insistir en airear mi nombre esperando a que alguien diera señales de vida y se identificara con él. Pero yo seguía en shock.

Blake me miró divertido, demasiado divertido. Tomó mi muñeca y la levantó en el aire. El profesor estaba de espaldas volviendo a su sitio por lo que luché por bajar el brazo antes de que se diera la vuelta, como si se hubiera confundido, pero obviamente Blake era mucho más fuerte y no lo conseguí.

Siempre metiéndose en lo que no le incumbía.

-Bienvenida, Srta. Hannigan, no tenga vergüenza- Señaló amablemente- Háblenos un poco de usted.

¿Esto podía empeorar?

-Soy... Hope Hannigan- Tomé aire, me sudaban las manos y me estaba empezando a poner nerviosa- Vengo de Nueva Orleans y...

-Ponte de pie. No mordemos- Se rio intentando parecer amable.

Vida, con la pregunta de antes: ¿Esto puede empeorar? No te estaba poniendo un reto.

¿Qué más tenía que decir?

-Y no sé, no hay mucho más que contar sobre mí- Me volví a sentar en menos de un segundo.

El Sr. Thompson pareció captar mi nerviosismo y sacó sus cosas para comenzar a impartir la clase. Yo en cambio me quedé en silencio y noté como los ojos de Blake me escrutaban pícaramente.

-Vas a explotar si sigues con ese color en la cara- Advirtió con una sonrisa burlona.

Le saqué el dedo de en medio por segunda vez en lo que llevábamos de día. No tenía ganas de aguantar sus burlas y vaciles ahora mismo.

- ¡Señorita Hannigan! - Me frenó el profesor Thompson cuando ya había llegado al marco de la puerta y me disponía a ir a la siguiente clase- ¿Podemos hablar un momento?

Mirarlo tan de cerca, con sus hipnotizantes ojos avellana y sus gafas que le hacían un aspecto joven, casi de mi edad, era matador.

-Emm- Pensé que responder mientras miraba al suelo para tratar de concentrarme- La verdad es que tengo una clase ahora que queda bastante lejos...

-No pasa nada, te acompaño a la clase. ¿Cuál tienes ahora?

Saqué la nota en la que estaba apuntado el nombre de mi segunda clase. Miré el garabato intentando descifrarlo y el profesor Thompson se acercó aún más a mi poniéndose a mi lado para ayudarme.

-Literatura en el aula catorce- Me miró orgulloso cuando consiguió desencriptarlo.

-Bueno... ¿De qué querías hablar?

Caminamos juntos por los pasillos y no pude negar las miradas descaradas que nos caían de algunos alumnos. Se notaba que la mayoría estaban detrás de él, cosa que entendía perfectamente porque parecía que lo habían traído del mismísimo cielo.

-De tus compañeros ya me han hablado y ya sé qué se les da peor o mejor en mi asignatura; sin embargo, tú eres un misterio y me gustaría hacerte una pequeña prueba inicial para saber que conocimientos distéis en Nueva Orleans y qué no.

Fruncí el ceño.

- ¡No pongas esa cara! - Me dijo entre risas mientras comenzábamos a subir las escaleras para ir a la planta más alta- Sería una prueba sencilla que no contaría para nota y para no perder clase la podríamos hacer fuera del horario escolar... Tranquila, es solo para ayudarte en mi asignatura.

-De acuerdo...- Acepté poco convencida- ¿Cuándo sería?

- ¿Mañana por la tarde te viene bien?

Asentí. Que yo supiera no tenía ningún plan.

PEPPERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora