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Hope Hannigan

Hablé con Hannah cuando Jason y Gina se fueron a la mañana siguiente. Me expresó las ganas que tenía de verme, y la verdad era que yo también la echaba mucho de menos. A ella y todos los que nos reuníamos en las festividades importantes... en concreto a su hijo.

Hacía que no nos veíamos desde que se había mudado a Londres a estudiar hacía dos años. Habían pasado tantas cosas en esos años que la persona que había sido en aquella época, y que él conocía, había quedado en el olvido.

Andaba rehuyendo los espacios comunes para no tener que encontrarme con cierto chico al que había besado la noche anterior, cuando me topé con Stephen en el salón.

-Putos canadienses, ya están con sus gilipolleces- Vociferó Hannigan mientras leía una noticia que esperaba que estuviera relacionada con los canadienses- ¡Son unos inútiles!

Me reí internamente mientras me bebía un vaso de agua antes de irme a la consulta de la psicóloga.

-Tráeme uno a mí también- Indicó secamente el tacaño.

-Si, mi capitán- Me burlé por su orden.

Él encogió los hombros al esbozar una leve risa, aunque sin apartar la mirada del periódico.

-Tú padre era igual de sarcástico.

Me congelé. Fue como si alguien me hubiera desconectado de repente y mi mente y alma hubieran salido de mi cuerpo. En todo el tiempo que llevábamos juntos nunca habíamos tenido ninguna conversación acerca de la familia que habíamos tenido en común. Nunca.

-Te pareces mucho a tu madre físicamente, pero tu personalidad es cien por cien Adam Hannigan- Continuó como si cada palabra que soltaba por la boca no abriera de golpe violentamente la herida que poco a poco había estado cicatrizando y que ahora estaba en carne viva.

-Me abandonó, Stephen- Le interrumpí con un hilo de voz deseando que entendiera que no quería, que no podía, seguir hablando del tema.

Ni siquiera con Rachel había sido capaz de hablar de esos temas, todavía no. Ella tampoco había presionado mucho. Solo se había dedicado a escuchar cualquier cosa que le quisiera decir. Y aunque el primer día sí que le había hecho un resumen de todo grosso modo, no había sido capaz de entrar en detalle de nada.

-Desapareció, jovencita- Exclamó molesto levantando la mirada del periódico por primera vez y quitándose las gafas de aumento para imponer todavía más seriedad.

Nuestros ojos verdes se escrutaron con interés. Él no había estado allí. Hacía años que no le veía como para saber si nos había abandonado o había desaparecido. ¡Nadie podía conocer aquella historia mejor que yo y me enfurecía a niveles estratosféricos que encima tuviera el valor de discutírmelo!

-Dejemos el tema Stephen, no sabes nada al respecto.

-No, jovencita, no permitiré que hables así de tu padre- Esa fue la gota que colmó el vaso de mi paciencia y perdí los papeles.

-Si es cierto que desapareció ¿por qué sus compañeros dejaron de buscarle tan rápido? ¿Por qué tuvieron tanta prisa en cerrar el caso y enterrar un ataúd vacío? Hay algo que no quieren que sepamos y sé perfectamente que él debe tener algo que ver, sino nada tiene sentido. Y le culpo por ello, le culpo por no darnos esas explicaciones ni a mamá ni a mí, y le culpo de nuestro sufrimiento, y le culpo...

-Adam no hubiera abandonado a su familia tan fácilmente- Defendió rudamente interrumpiendo mi discurso- Para Adam, Meredith y tu erais lo primero, erais su mundo entero. Deberías medir tus palabras porque...

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