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Blake Goodman

Toda la cafetería las miraba como si hubieran hecho la cosa más alucinante del mundo, cuando en realidad lo único que estaban haciendo era el ridículo. Existía un jerarquía por algo, existían dos grupos por algo, existían dos alas diferentes por algo, no podía llegar barbie Nueva Orleans y sus amigos y cambiarlo todo, esto no funcionaba así, nosotros no funcionábamos así.

La frustración se arremolinó en mi garganta y solo me apeteció gritarle. ¿Cómo podía estar confraternizando con el enemigo? ¿Cómo podía estar despreciando a los Issox de esa manera? Es verdad que ninguno, a excepción del gilipollas de mi amigo Derek, la aguantábamos, pero era lo que se merecía.

Georgina se puso un mechón rubio tras la oreja antes de susurrarle algo al oído, inmediatamente Hope sonrió como respuesta, y eso me cabreó todavía más. Se le formaron unos hoyuelos a cada lado de su boca haciendo una adorable expresión. Me pie repiqueteaba impaciente sobre el suelo mientras mi mano disipaba parte del enfado apretando el vaso con fuerza.

- ¿La nueva no es una Issox? - Preguntó Ashley a mi lado, demasiado cerca de mí.

Esa pregunta me encendió un interruptor interno. Era el capitán, SU capitán, debía mostrar autoridad y enseñarle cómo se hacían las cosas por aquí.

La amenacé con la mirada mientras seguía apretando el vaso esperando a que me mirara para que se diera cuenta de que lo estaba haciendo todo mal. Como si notara mi mirada sobre ella, se giró y sus ojos se clavaron en los míos. Ella la sostuvo para retarme e indicarme que no iba a hacer caso a ninguna orden verbal o mental que se me ocurriera decirle. Lástima que ella aún no me conocía y no sabía lo insistente que podía llegar a ser cuando algo se me metía en la cabeza. Aparté la bandeja hasta el borde de la mesa y me levanté para acercarme a paso ligero hasta la que parecía haber sido recién inaugurada, mesa neutral.

-Hablemos- Ordené mirando a Hope fijamente a los ojos mientras me colocaba frente a ella.

-Hablemos- Propuso sin moverse de su sitio.

-En privado- Insistí- Ahora.

Ella abrió la botella de agua con parsimonia y pegó un sorbo lento antes de responder para cabrearme todavía más. Desde luego si hubiera una asignatura de cómo enfadarme, ella sacaría matrícula de honor.

-Estoy ocupada, tal vez en otro momento- Toda la cafetería, que ya había estado bajando el volumen desde el acercamiento, se silenció de golpe. Era la primera vez que escuchaban como alguien me plantaba cara y me desobedecía. Nadie nunca se había atrevido a intentar hundir mi reputación, y ella lo iba a pagar caro...

Rodeé la mesa y la agarré impacientemente del brazo para ponerla de pie y que me acompañara al pasillo para poder explicarle unas cuantas cosas que parecía no haber comprendido.

-Si yo digo ahora, es ahora- Ordené firmemente con una fría y calculadora mirada que pareció no impresionarla demasiado.

-Estoy almorzando- Se soltó duramente de mi agarre para intentar volver a sentarse en la mesa con Georgina- Tal vez luego.

Eso fue el detonante que acabó con mi escasa cordura. Quería mandarla en un puto avión lo más lejos posible de mí y de toda la gente que me tenía respeto, pero como eso no era posible, hice una cosa mucho más efectiva. Una cosa que le enseñaría cual era realmente su papel en La Fontain.

En un paso rápido me agaché y la tumbé sobre mi hombro como un saco de patatas.

Ella gritó sorprendida y se intentó recolocar la falda para que en esa postura no se le viera nada. Aunque sería imposible porque era tan sumamente larga que le llegaba por debajo de las rodillas. Había visto monjas enseñando más carne que Hope.

PEPPERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora