Tattooed Guy.// Hyunlix

❀Capítulo 3❀

A la mañana siguiente, Felix y Jisung caminaban a la par, en silencio, por los pasillos del instituto.

Ambos trataban de mezclarse entre los alumnos más eruditos y privilegiados; aquellos a los que no se les tocaba ni un pelo por ser trofeos inmaculados hablando de estatus académico.

No obstante, con observar atentamente entre la maraña de alumnos era sencillo divisar una cabecita roja con una corona de flores ahora azules. Se trataban de pequeñas flores "pensamiento" de imitación que al entrelazarse generaban un contraste único con las hebras pelirrojas del niño de pecas.

Muy a pesar de la insistencia de su amigo, Felix hizo caso omiso y optó por seguir fiel a su esencia. Ese día traía pantalones de mezclilla claros junto con un sweater color cielo.

Incluso, se animó a pintarse las uñas del mismo color que la corona que traía puesta.

Han Jisung, por su parte, había decidido colocarse un hoodie gris junto con unos pantalones holgados negros. De esta manera lograba sentirse protegido y oculto entre la ropa amplia y discreta.

De un momento a otro sonó la primera campana, generando una dispersión de los alumnos hacia distintas direcciones.

—Lixie, ahora nos conviene subir por las escaleras y seguir al profesor de medios audiovisuales hasta nuestro aula.—susurró el pelinegro tratando de no llamar tanto la atención. Todos sus sentidos estaban alerta.

Cuando tan sólo faltaban dos escalones para llegar al primer piso, un sujeto con sonrisa de chucky se interpuso.

Lee Minho.

—¡Buenos días copitos!—saludó con tono burlón. Su cabello naranja resaltaba su tez blanca de aspecto enfermizo.

Tan enfermizo como él.

—Tú. Te vienes conmigo.—señaló al pelinegro.—No me hagas repetirlo dos veces.—espetó y con ello se llevó a rastras al pobre Jisung del brazo que, para ese entonces, parecía habérsele dislocado por la fuerza ejercida.

Felix se quedó atónito en su lugar sin saber qué hacer.

Le llevó un alrededor de diez segundos en reaccionar; dio media vuelta dispuesto a defender a su amigo cueste lo que cueste.

—¡Deja en paz a Hannie! No querrás que le diga todo al direc-

—¿A quién carajos vas a llamar vos, mocoso enano?—exclamó una voz a seis metros de distancia.

El niño de pecas echó un pequeño vistazo para confirmar lo peor. Hwang Hyunjin con su semblante crudo y malhumorado caminaba con seguridad por uno de los pasillos de la planta baja.

Varias personas se alejaban por instinto de su paso. Algunos incluso, se escondían detrás de sus casilleros o evitaban siquiera hacer contacto visual con su persona.

El pelirrojo, al notar el aura oscura y la fuerza que desprendía con cada uno de sus pasos, no hizo más que salir corriendo a la velocidad que sus cortas piernas le permitían.

Su corazón latía desbocado. La sangre bombeaba fuerte y caliente por cada centímetro de su pequeña anatomía. La deuda de oxígeno ya dejaba entrever su pobre estado físico y la fatiga comenzaba a hacer efecto.

—Rayos...Estoy..ahh..tan cansado...—se dijo para sí mismo cuando encontró refugio en la habitación del conserje.

Felix se hallaba escondido a oscuras en una habitación de aproximadamente cinco metros cuadrados.