Capítulo 36

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Maratón 2/2. Desde la óptica de Jeongin y Hyunjin.

Los nudillos de Hyunjin se pusieron blancos de tanto apretar los puños

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Los nudillos de Hyunjin se pusieron blancos de tanto apretar los puños.

El hecho de ver al capitán tratando de cubrir aparatosamente con su enorme cuerpo a la pequeña maraña pelirroja de su campo de visión le irritaba en demasía, sobre todo por el infantilismo de la situación.

Sus dientes chasquearon de tanto apretar la mandíbula también; a pesar de su semblante inescrutable.

Jeongin pareció advertir su accionar por lo que simplemente recibió unas palmadas en su espalda para volver a la realidad y voltear una vez más hacia las distintas exposiciones.

El gusto amargo de su boca, sin embargo, nunca se fue.

-Tranquilo, vos podés. Si yo puedo, vos también.-le dedicó una media sonrisa el peligris a modo de consuelo.

-¿No querés dedicarte a ser mi psicólogo? Me parece que te queda mejor a ti ese título que a la ridícula que hay ocupando ese puesto en esta institución.-bromeó el rubio tratando de dispersar sus pensamientos para no quedarse atascado en la incomodidad y angustia que hacía tiempo vivían con él.

-No lo sé ¿Vos decís que me iría bien? Mis notas no salen del "aceptable".

-"Las notas no hacen al buen hacer", o eso es lo que solía decir mi abuelo. Creo, más o menos. No lo recuerdo muy bien.-Hyunjin se encogió de hombros y por un momento quedó viendo fijamente un gran cuadro de pintura al óleo que captó poderosamente su atención.

Todo a su alrededor parecía haber quedado mil millas atrás, abstractos. Se había sumergido en medio del campo de girasoles flameantes como rayos de sol.

-Hyunjin. Tss. Hey ¿Qué tienes?-Jeongin chasqueó dos dedos frente a sus narices por lo que Hyunjin se vio obligado a salir de su trance.-Ah ya veo, tuviste un pequeño viaje astral hacia los campos de girasoles de esa pintura. Mala mía.

Amarillo. Naranja. Rojo. Una llamarada que nacía desde su corazón para bombear con calidez hacia cada zona de su cuerpo.

La mano helada de Jeongin sobre su hombro le hizo despertar.

-Me arruinaste, fantasma.-el rubio le brindó otro empujón.-Estaba muy contento con mi ensoñación. Qué asco la realidad. Puaj, personas.

Los girasoles le recordaban a los rayos del sol. Y los rayos del sol le recordaban a...

-¡Hey! ¡Yo también soy una persona!-Jeongin se cruzó de brazos aparentando ser serio. Sus ojos rasgados acentuaron aún más su expresión de indignación.

Hyunjin elevó una ceja con claro sarcasmo a lo que Jeongin bufó. Le resultaba divertido cómo los sujetos más chicos en edad que él se tomaban casi en serio sus atisbos de humor ácido.

Tattooed Guy.// HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora