Quiero Amarte[En Físico]

Dicha

— ¿Confias en mí? — asiento, se acerca con su mirada fija a mí. Sube a la cama y gatea hasta quedar a mi lado —. Tu piel es tan suave y sensitiva — desliza la yema de sus dedos por mis muslos y tiemblo —. Tan delicada y tan jugosa — mi respiración se acelera al ver que cada vez, se acerca a ese lugar que nadie ha tocado.

— Darren — gimo, cuando posiciona la mano sobre mi panty. Hace círculos suaves y las corrientes suben de mi vientre hasta mi cabeza.

Que bien se sienten sus manos en esa zona que esta ardiendo por ser atendida. Giro la cabeza y lo encuentro con un linda expresión en su rostro; muerde su labio con tal fuerza, que hasta creo que, reventará en cualquier instante. Hacemos contacto visual y más me prende. Su mano se mueve lento, pero presiona en ese punto tan sensible, haciéndome perder el control de mi voz. Se acerca a mi boca y me besa fogosamente, su lengua explora con calma, y los espasmos en mi parte baja aumentan, con la velocidad que lleva su  mano.

— Estas tan húmeda y caliente — susurra contra mis labios —. Me estoy conteniendo para no saltarte encima — muerde mis labios y me besa con mayor intensidad.

Sus besos son exigentes y trato de ir a su ritmo.

Se incorpora y siento su mano bajar mi panty. Muerdo mi labio inferior y me vuelve a acariciar, pero está vez; su mano toca directamente mi abertura. Juega con sus dedos de arriba y hacia abajo, luego frota en círculos mi clítoris; y eso hace que me pierda en cada una de las sensaciones que povoca; desde un cosquilleo intenso en mi vientre bajo, hasta una corriente que me hace convulsionar cada que presiona y frota con mayor intensidad. Arqueo la espalda y las piernas me tiemblan al sentir como una presión intensa invade mi interior. Aumenta la velocidad y cierro las piernas con fuerza al sentir como expulso todas esas sensaciones acompañado de un fuerte gemido. Mis flujos bañan sus dedos y la fricción que sigue generando me nubla la cabeza por completo. Esto es sin duda alguna, lo más maravilloso que he sentido en mi vida. Mi cuerpo se relaja, y no sabía que ese estímulo constante me iba a dejar tan exhausta.

— Ya estas lista, solecito — jadea, besa mis labios y se levanta para quitarse el bóxer, y colocar un condón en su miembro erecto —. Te cuidaré.

Se sube encima mío y sin darme oportunidad de contestar besa mis labios con más suavidad. Baja mis pantys hasta las rodillas y con sus pies termina de bajarla con algo de mi ayuda. Abre mis piernas y las flexiona un poco. Dejo de respirar y siento como la punta de su pene se abre paso por mi interior; suave y lentamente, con mucho cuidado, tratando de no lastimarme. Un quejido de dolor sale de mi boca, y de inmediato detiene el movimiento. Me sostengo de sus hombros y muevo la cadera dándole a entender que continúe.

— ¿Te duele mucho? Dejemos así — niego y lo tomo de la nuca. Lo halo hacia mí y lo beso —. Estoy en el cielo, mi solecito.

Entra totalmente y gimo en su boca. Creí que dolería más, pero la punzada de dolor fue por pocos minutos. Su movimiento de cadera es muy lenta; entra y sale de mí con mucho cuidado y precisión. Aún con sus labios pegados en los míos, exijo por más cuando el dolor ha desaparecido, y lo único que siente mi cuerpo es ser consumido hasta hacerme explotar de pasión.

— Más rápido, Darren — pido, y aumenta la velocidad de sus estocadas.

— Me hace feliz ser el primer y único hombre en tu vida — jadea.

Presiona su miembro en mi interior y sin salir, da círculos; mis paredes lo chupan con fuerza y sus dulces gemidos son satisfacción para mis oídos. Contemplo cada una de sus expresiones, cómo cierra los ojos, cómo muerde su labio, cómo el deseo ha tomado control de todo su ser. En cierto modo, si somos un poco prohibidos, él es un hombre mayor que yo; que desde qué me vio cuando tenia 16 años, empezó a sentir esa atracción hacia mí. No me hace sentir mal saber que aún siendo un adulto inteligente y muy puesto en su vida, haya sentido ese deseo por mí. Eso me da cierta curiosidad, y muy en el fondo espero conocer algún día esa versión. ¿Qué ha llamado esa atención y ese amor que dice sentir por mí? Y que aún sigue teniendo después de tantos años. Me besa cada que arremete mi cuerpo y el chapoteo de nuestros cuerpos es lo único que nos acompaña en el silencio. Sus estocadas son más salvajes y profundas, cada una de ellas  me hace vibrar bajo su poder. El cosquilleo vuelve a centrarse en mi vientre y la fricción aumenta cada vez más. Trato de mover mis caderas, con la misma fuerza y pasión que él, pero me agota cada una de sus fuertes estocadas. Cae con toda la fuerza sobre mí, y toma mis piernas en sus ante brazos, se acomoda mejor; y vuelve a golpearme con fuerza. Grito y jadeo su nombre sin control. Voy a perder mi cabeza con esa intensidad. Gruñe y gime fuertemente, cuándo al unísono llegamos al clímax. Sus brazos están tensionados, y las venas de ellos quieren explotar; eso lo hace ver mucho más atractivo y apetecible.

— Que dicha, solecito — murmura agitado —. Eres sabrosa y muy deliciosa, mi amor. Gracias por darme lo más preciado que tiene una mujer.

Sale de mí, y otra corriente me invade. He quedado rendida, las piernas las siento dormidas, al igual que los párpados me pesan.

— Descansa, mi reina — besa mis labios y me abraza por la cintura. Me niego a cerrar los ojos y dejarlo así como así, pero el cansancio y las copas de vino han cumplido con su deber. Escucho un murmuro a lo lejos, antes de quedarme dormida entre su abrazo y nuestros cuerpos mojados.