Quiero Amarte[En Físico]

Eres tú

— Osito — gira su rostro hacía mí,  nuestros ojos se encuentran por largos segundos y siento que el corazón se me estallará en cualquier momento —. Te amo demasiado, gracias por todo lo que haces por mí.

Parpadea algo aturdido y sonrío volviendo mi vista al frente. Las palabras me salieron por sí solas, es lo que me hace sentir; cuando el corazón dicta, nadie puede objetar lo contrario. Darren es la sangre que fluye por mis venas y el aire que necesito respirar a cada instante. Estar enamorada es sin duda alguna el mejor estado de una persona. Todo parece sacado de una película romántica y, no importa nada más que nosotros.

— Te amo más, mi amor — suspira profundamente y todo mi ser estremece —. Mi solecito hermosa, moriré antes de darte el sí en la iglesia.

Niego con una sonrisa.

— No soy médico, pero yo te revivo, no te preocupes.

— Ya me reviviste con esas palabras que acabas de decir, princesa. ¿Quieres tocar?.

— ¡Darren! ¿Por qué siempre debes hablar en doble sentido? — rio y lo miro nuevamente.

— No sé que estés pensando, pero yo me refiero al pecho — lo veo sonreír y niego mordiendo mis labios.

— No tienes remedio.

— Tú, qué eres una pervertida — acerco mi mano a su entre pierna y agarro su miembro por encima del pantalón —. Déjalo dormir o, ocasionarás un accidente.

— Sí, accidentalmente caeré encima tuyo — ríe y llegamos a una especie de bar, supongo, pues nunca he ido a uno.

— Me pongo de colchón cuando quieras, solecito — apaga el motor y salimos del auto riendo.

Entramos al lugar entre risas y tomamos asiento en una de las mesas; la música retumba y una chica cantando en el escenario llama mi atención. La voz no es perfecta, pero eso no le quita la entretención.

— Nunca había venido a un lugar de estos — confieso, tras de que no tenía amigos, mis padres muy pocas veces me dejaban salir con la única amiga que tuve en la secundaria —. No es como en las películas.

— La ficción le quita la emoción a todo, mi amor — asiento sin dejar de observar a la chica —. Solíamos venir muy seguido a este bar con tu hermana y Sammy, decían que era el escape perfecto luego de finalizar cada semestre.

Una camarera llega a tomar nuestras órdenes. Pedimos una hamburguesa cada uno y una cerveza de acompañamiento. Quién diría que yo, Nicol la rara Brant, esté en lugar de estos, comiendo tranquilamente y bebiendo normalmente junto a un hombre que pronto será mi esposo, nadie creería en ello, y heme aquí, tan feliz de ver la realidad ante mis ojos.

— Amor, recuerda que el lunes empiezan tus clases de conducción — avisa y asiento —. Son antes del trabajo en el consultorio, así que debes de levantarte más temprano.

— ¿Más? — asiente con una sonrisa —. Ya no tendremos nuestras mañanas calentitas.

Sonrío pícara y da un trago a su cerveza.

— Será por pocos días, amor — hago un puchero demasiado infantil y ríe —. Además, estaré contigo.

— Pero no en la cama — ríe más fuerte y doy un trago a la cerveza.

Es muy amarga y ese sabor queda en mi garganta. Todo esto es nuevo para mí, pero me gusta descubrir cosas nuevas a su lado. Es simplemente maravilloso.

La cerveza me gustó más de lo que creí, vamos por la tercera y ya me siento algo mareada, ¿será normal? Me pregunto. Hablamos de todo un poco, me confesó que le gustaría arreglar su relación más que todo con su padre, pues él lo ve como un hombre malo, y no lo es. También me comentó que su madre y su hermana ya están enteradas de nuestra boda, y que me ayudarán en todo; aunque aún no tenemos el día pactado. Según regresemos a casa llamaré a mi madre para contarle sobre la propuesta de Darren. Aranza también debe saber.

— Voy a cantarte una canción, osito. Pero no te vayas a burlar de mí, no canto bonito — la cerveza ya pasa fácilmente por mi garganta y es la que me ha empujado hacer tal barbaridad.

— Nunca lo haría, mi amor — sonríe y me levanto decidida.

Camino hasta el escenario y pido la canción al encargado, en cuánto un chico termina subo al escenario y mis nervios se disparan como torbellinos. El cover empieza a sonar y respiro profundamente antes de comenzar a cantar.

....

Hoy desperté con ganas de besarte
Tengo una sed de acariciarte
Enredarme a ti y no soltarte
Eres tan embriagante
Eres tú, uh
Eres tú, uh

Quiero contemplarte sin contar el tiempo
Dibujarte con mis puros recuerdos
En mi mente marcar tus labios, tus besos
Estás aquí dentro de mi mente
Eres tú, oh no no
Eres tú, oh no no
Eres tú, oh no no

Me encanta verte, tenerte, abrazarte
Cuando estoy a un lado de ti
Todo lo bueno de mí florece, eres tú
Ese imán de una preciosa energía
Es tu alma que envía
Señales a mi cuerpo
Porque este sigue pidiendo ese aroma de ti
Que me invita al asecho
Eres tú, oh oh oh
Eres tú, oh oh oh
Eres tú, oh oh oh

Tenemos planes diferentes
Pero tú siempre en mi mente
Pues mis venas, tan sutilmente,
Disfrutan tanto quererte
Eres tú
Eres tú, oh oh
Oh oh, oh oh

Eres tú, oh no no
Eres tú, oh no no
Eres tú oh no no, oh oh
Oh oh oh, no no

...

Nuestras miradas permanecieron fijas en cada letra que iba saliendo de mí boca. Su mirada me dió la calma y la tranquilidad para poder cantar ante mucha gente. La sonrisa en sus labios creció al momento que terminé y bajé del escenario, sus ojos me penetraron el alma, y me recibió con un apasionado beso que me robó todo el aliento.

— Quiero demostrarte mi amor, quiero que sepas lo mucho que estás aquí metido — llevé nuestras manos a mi pecho y sonrió contra mis labios —. Abrázame, osito. Tus brazos son tan grandes y cómodos. Mi sexy madurito, quiero estar en lo más profundo de tu ser.

Así lo hizo, me abrazó tan fuerte que claramente oí a su alterado corazón. La cerveza cumplió con su deber, soltándome la lengua.

— Te amo, Nicol — besó mi frente y nos quedamos así por largos minutos, en los que las lágrimas salían de mis ojos. Todos merecemos un poco de felicidad, incluso una chica con tantos defectos como yo.