Un mes de sumo cuidado he tenido con Darren. Tal como dijo el doctor, le he obligado hacer cada uno de los cuidados que ordenó, tanto como los ejercicios y de mala gana toma los medicamentos. Dice que me comporto como su madre, pero que de este pechito si se deja amamantar hasta quedar dormido Es que no rebaja ni media y por más que lo niegue, me encanta su coquetería. También me ha dicho de lo mucho que extraña su trabajo, y sin embargo, ha entendido muy bien que debe cuidarse. La salud lo es todo y sin ella no somos absolutamente nada.
El día de hoy Aranza y Sammy van a hacer público su matrimonio. Mis padres aceptaron venir, y de paso, vamos a anunciar el nuestro. Estoy muy emocionada e ilusionada, no quiero que nada salga mal. Mi padre ha bajado un poco su rabia para conmigo, supongo que mi hermana ya le contó la verdad. Aunque ella no quiso darme muchos detalles de la charla que tuvieron hace un par de semanas atrás.
— Solecito, de ti me dejo hacer todo, mi reina. ¿Pero no crees que ya es hora que haga las cosas por mi cuenta? — dice y niego.
— Darren, tú haces tus cosas por sí solas, solo te estoy ayudando con el nudo de la corbata — su inquietud me tiene nerviosa, cosa que no me ayuda para poder acabar con el bendito nudo —. Quédate quieto.
— Es que no puedo, mi amor. Estás demasiado... hermosa en ese vestido y ese escote no me permite quedarme quieto, ahora que me dices de estos ricos muslos que están a mi vista — aprieta mis piernas y jadeo de sorpresa —. Me duele no tenerte, solecito. Ha sido mucho tiempo desde la última vez que probé de esta rica carne.
— Darren, no — esconde los dedos bajo el vestido y me estremezco al sentirlo. Ya me había olvidado la suavidad de sus caricias —. Recuerda que no puedes tener relaciones sexuales, por ahora.
— Maldición, estaría feliz de morir cómo todo un soldado, mi amor — niego con una sonrisa.
Desliza dos dedos en mi vagina por encima de la tela y todo mi interior cosquillea. Trago saliva y suplico con la mirada para que no siga. La sonrisa maliciosa que muestra me dice que no se detendrá.
— Detente, osito — musito en un hilo de voz. También le extraño demasiado y más cuando me pone a temblar de esta manera —. Aún no puedes.
— ¿Y quien lo dice? — hace a un lado mi ropa interior e introduce un dedo en mi interior —. El solecito esta muy caliente y apretado.
— Darren — su dedo se mueve lento y en círculos, explorando con mucha calma mi interior mientras me dedica una tierna mirada —. Debemos irnos, mi amor.
— Solamente por eso no te hago mía — su agitado respirar es demasiado para mí. Esa ronca voz me prende en segundos —. Tendré que esperar hasta que el médico así me lo permita.
Qué vergüenza, la última visita al doctor le ha preguntado si ya puede tener relaciones sexuales. Este hombre me hará padecer de un infarto con sus directos comentarios. Saca la mano de mi vestido y lleva sus dedos a los labios. Esa perversa mirada que hace al probar mis fluidos me estremece los huesos.
— Deliciosa y húmeda; justo como me gusta — trago el nudo de emociones y aprieto los dedos de los pies con fuerza —. Estaré con tu sabor en mi boca, solecito.
— Ya, deja de decir todas esas cosas.
— ¿Desde cuándo te avergüenza lo que te digo? — muerdo mi labio y niego.
— No quiero provocarte, mi amor. No sería justo para tu... — toco su pecho y me aguanta la mano apretándome contra sí —. Tenemos toda una vida para que me hagas el amor a la hora que sea, osito. Ahora debemos irnos, seremos los últimos en llegar.
— Tienes razón, mi amor — apoya la cabeza en mi pecho y deja un beso en el medio de mis senos —. Vamos.
Se pone en pie y termino de ajustar su corbata. Toma mi mano y salimos de la casa rumbo al apartamento de Aranza y Sammy.
Al llegar al apartamento ya todos se encontraban allí, incluyendo los padres de Darren. Supongo que todo ha empezado a ir buen camino con ellos, aunque algunas veces se siente la tensión de parte del Sr. Arturo. Aranza luce hermosa con ese vestido tan formal, pues nunca la había visto muy arreglada.
— Creímos que no iban a venir — no saludó y golpee ligeramente el brazo de Darren.
— Somos los padrinos, Aranza.
— Sí, eso ya lo sabemos. Recuerda que no puedes bombear tan fuerte, Darren — rieron y negué, ante las bromas de Sammy.
— Estás de buen humor, por lo que veo — respondió el aludido entrando por la puerta.
Algo incómoda abracé a mamá y a papá. Fue algo distinto entre esos abrazos de antes, era como si se estuviera disculpando o quizás esa sea mi impresión. Nos sentamos en la mesa y una vez la comida llegó, Sammy se dispuso a hablar.
— Primero que todo les queremos agradecer por haber asistido a esta cena — Darren apoyó su mano en mi muslo e inmediatamente envolví la mía en la suya —. Ya saben que el camino que hemos construido juntas no ha sido fácil debido a los estigmas los cuáles no tienen ningún valor para mí. Lo que me importa es que la mujer que amo se ha decidido después de tanto tiempo hacerme la mujer más feliz del mundo, al aceptarme como su esposa. Desde el primer día que vi a Aranza atravesando distraídamente los pasillos de la universidad, sabía que ella era la mujer con la quería pasar el resto de mi vida — hizo una pausa y volteó a mirar a mis padres —. Sr y Sra. Brant, su hija es una mujer con muchas cualidades maravillosas, las cuales descubrí poco a poco. También sé cuánto les ama, y cuánto le importa lo que ustedes piensen sobre nuestra relación. Yo les pido que no la juzguen solamente por amar a una mujer — se arrodilló frente a Aranza y sonreí ante las lágrimas de mi hermana, tras el asombro de todos ante la mesa —. Mi amor. ¿Te quieres casar conmigo?
Extendió un hermoso anillo, y más lágrimas salieron de mi hermana. Es inusual, pero realmente es hermoso ver el amor que Sammy le tiene a Aranza, y aunque no son de demostrar cariños; hoy es su día y lo pueden hacer sin tapujos.
— Sí, mi amor. Sabes que si quiero ser tu esposa — quizás de la misma emoción dejó un beso en los labios de Sammy, algo que causó algo de incómodidad entre todos, aunque ninguno dijo nada —. Lo sentimos, es que me ganó la emoción.
— No te preocupes, mi amor — mi padre me sorprendió ante lo que dijo —. Si eres feliz con Sammy, no somos nadie para juzgar un amor tan grande como el que ustedes se tienen. Por mi parte les deseo muchas bendiciones. Siempre soñé verte de blanco, hija. Y aunque no es como lo pensé, te llevaré hasta el altar para entregar a una de mis bebés al amor de su vida y así, forjar un nuevo rumbo.
Se abrazaron tan fuerte, que recordé cuándo éramos niñas y nos abrazaba por largos minutos en los que parecían no tener fin. Esos tiempos fueron los mejores de mi niñez. No sé si sean las palabras de mi padre o la felicidad que veo reflejada en el rostro de mi hermana, pero las lágrimas se hicieron presentes en mis ojos por cantidades. Estoy muy sensible y no entiendo el porqué.
— ¿Por qué lloras, mi amor? — Darren me abrazó y solté un jadeo muy profundo —. Nadie se va a morir, aún.
— Son demasiado bellas — murmuré y todos rieron.
La cena fue calmada y pacífica. En verdad que el anuncio del compromiso de mi hermana nos ha unido como familia. La charla entre todos fue amena y llevadera, algo que llenó a mi corazón de felicidad. Hace mucho no me sentía así de bien.
— Darren, ¿me permite hablar a solas unos minutos con usted? — dijo mi padre y de inmediato me tensé.
— Por supuesto que sí, Sr. Brant — dejó un beso en mi frente y se marchó con mi padre de la sala, dejándonos a todos algo confundidos.
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Quiero Amarte[En Físico]
RomanceNicol no cree que el amor esté hecho para ella, pero en un cambio radical de vida, encuentra todo lo que tanto ha soñado en un hombre que pensó que era prohibido para sí. No obstante, Darren ha estado enamorado de ella desde hace muchos años atrás...