El resto de tarde lo evité a toda costa. Tampoco permanecí a solas en el consultorio y de regreso a casa; hablé con mi madre, durante todo el camino de regreso. Entre menos contacto, mejor. Es el novio de mi hermana y aunque su relación es un poco extraña; no puedo hacerle una cosa de esas a Aranza. La traición es imperdonable. Es él quién no merece a una hermosa mujer como lo es mi hermana, no la valora, no la atiende. Pero si le gusta jugar a don Juan con otras chicas. ¿Será que sufre de algo? No puedo negar, que el hombre es atractivo y qué en el fondo me alegra saber que no soy indiferente para un hombre como él. Sin embargo, es prohibido para mí.
— Bolita ¿estás bien? — entra mi hermana en mi habitación.
— Sí, estoy algo cansada, palito — suspiro y se sienta en una esquina de la cama.
— ¿Ocurrió algo con Darren? — preguntó y negué de inmediato.
— No, claro que no — mentí y estrechó los ojos con una sonrisa.
— Hoy esta más extraño de lo normal — dice, y me encojo de hombros —. En fin, nos vemos en dos días, bolita. Ya sabes, comportate y no hagas enojar mucho a Darren. Te quiero.
Asiento y mi cara ha de ser un poema. Son dos días en los que estaré a solas con el doctorcito sabroso, y siento miedo de quedarme completamente sola con él.
— Te quiero, te deseo buen turno — sonrió algo cansada y besó mi frente.
Cerré la puerta con seguro en cuanto Aranza salió. Los nervios no me dejan pensar con claridad, pero de lo que si estoy segura, es qué, no quiero visitas no deseadas a media noche. Pero pensándolo bien, no creo que Darren sea un psicópata. Sin embargo, siempre hay que estar prevenida, y más con lo que sucedió en el consultorio. Con solo de pensar en su miembro endurecido en mi trasero, me genera un espasmo desconocido para mí, nunca había despertado el deseo de un hombre y, me siento como una chica poderosa, segura de que las no perfectas curvas que poseo, son deseables para un atractivo hombre como lo es él.
Dejando todo eso de lado, decido descansar; ni ganas de comer me han dado. Planeo despertar mucho más temprano e irme sola hacia el consultorio. No creo soportar mucho tiempo a solas con él, no después de lo que pasó. Hasta me duele el corazón tener que mirar a Aranza a la cara.
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— Me has estado provocando, incluso has dejado tus encantos a mi vista ¿cómo planeas solucionar el problema que has causado? — susurró, sosteniendo mis brazos arriba de la cabeza y presionándome contra la cama —. Eres la culpable, Nicol.— Estas loco, súeltame — dije en un hilo de voz, y sonrió.
— Loco por probar cada parte de tu delicioso cuerpo — confesó y un escalofríos me atravesó de la punta de los pies, hasta la cabeza.
— ¿Has perdido la cabeza, Darren? — dije fatigada —. ¡Eres mi cuñado!.
Posicionó la rodilla en mi vagina y presionó solo un poco. Una oleada se adueñó de esa parte y sentí mi cara arder por la vergüenza ¿Qué le pasa? En definitiva, esta mal de la cabeza.
— Eso no te impidió mostrar demás la noche anterior — movió ligeramente la rodilla en círculos en mi clítoris y mordí mis labios para contener un gemido que desea salir de mi boca —. Debes hacerte cargo de los desastres que provocas, Nicol.
Mis palabras se han esfumado y todas las ganas de golpearlo, se han ido con el frenético roce que le esta proporcionando a esa parte tan sensitiva de mi cuerpo. Su descarada sonrisa me advierte que no pretende detenerse hasta lograr lo que espero. Me remuevo con algo de fuerza, tratando de soltarme de su agarre y ensancha la sonrisa bajando la pierna y separando las mías.
— Para, imbécil. Mi hermana se va a enterar de todo esto — amenazó y ríe — ¿Qué es tan gracioso?.
No responde absolutamente nada. Veo sus ojos y en ellos solo hay malicia. Me sostuvo fuerte con una mano, mientras bajó la otra rozando mi brazo hasta llegar a uno de mis senos; su respiración se agitó y respiré profundamente cuando sentí sus dedos tocar mi pezón por encima de la tela. Pellizcó suavemente endureciéndolo más y causando estragos a mi interior. Un cosquilleo se formó en mi parte baja y podía sentir la humedad en mi ropa interior. Abrió la mano y ella envolvió mi seno, de inmediato apretó y masajeó con algo de fuerza. Mi cuerpo esta reaccionando de manera positiva a cada uno de sus toques, y me maldigo internamente por estar en una situación tan comprometedora con mi cuñado.
— No sigas, por favor — supliqué jadeante a Darren.
— Tu cuerpo me pide que siga haciéndolo disfrutar — jadea y niego cerrando los ojos con fuerza —. No pasará nada si solo se prueba una vez.
Mi cuerpo tembló, el tono se su voz aumentaba la calor en mi vientre. Ya sin resistirme más, su boca; chupó, mordió y succionó mi cuello. Mis gemidos salieron descontroladamente y sus manos acariciaron cada parte de mi cuerpo; incendiando y quemando por donde fueran que pasaran. Bajó el pantalón y mis bragas de un tirón. Sus grandes manos acariciaron mis piernas de abajo hacia arriba, sus dedos escalaron por la cara interna de mis muslos y... en el momento que estaba más que lista y expuesta para recibirlos, la alarma me despertó del sueño húmedo que estaba teniendo con mi cuñado.
— Maldita sea — murmuro con la voz agitada. Mi pijama esta pegada a mi cuerpo por el sudor y siento empapada la ropa interior —. ¿Porqué estoy soñando con él? Y más con ese tipo de cosas.
Tiro las cobijas lejos y mi cuerpo no responde. Aún siente los espasmos y el calor concentrado en mi parte baja. Un buen baño frío y estar lejos de ese hombre, hará que olvide lo qué soñé.
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Quiero Amarte[En Físico]
RomanceNicol no cree que el amor esté hecho para ella, pero en un cambio radical de vida, encuentra todo lo que tanto ha soñado en un hombre que pensó que era prohibido para sí. No obstante, Darren ha estado enamorado de ella desde hace muchos años atrás...