broken | #6 | teen wolf

3 | Criminal tremor.

| Temblor criminal.

Stiles.

Empujo las puertas de la biblioteca y camino hacia la mesa cercana a las escaleras en donde se encuentran mi hermana y nuestros amigos, agitando en el aire los papeles que sostengo en mis manos antes de depositarlas sobre la mesa, colocándome a un lado de mi hermana.

— ¿Encontraste algo? —me pregunta Scott, quien está sentado en la cabeza de la mesa con Isaac y Kira a sus costados mientras mi hermana y Malia están sentadas junto a estos respectivamente, una frente a la otra.

El primer día de clases terminó hace media hora y ellos cinco decidieron ir a estudiar o hacer tareas a la biblioteca mientras que yo me decidí por seguir buscando algo que les probara que yo tengo razón sobre los Raeken.

—Otra firma —anuncio mientras asiento con la cabeza. Mi hermana aparta la mirada de su tarea de biología y se inclina, al igual que los demás, hacia el frente para poder ver que es de lo que estoy hablando—. Esta es la firma del papá de Theo en la multa de hace ocho años. Esta es su firma en el formulario de transferencia a la preparatoria Beacon Hills hace unos días —explico, señalando cada firma.

— ¿Cómo conseguiste el formulario? —me pregunta una ceñuda Kira.

—Por favor, dime que no te metiste a la oficina —pide mi hermana, mirándome con desaprobación.

—No, no me metí a la oficina.

—Estás mintiendo —me acusa Isaac luego de seguramente escuchar como mi corazón se saltó un latido.

—Cállate —siseo, lanzándole una mala mirada y obteniendo una sonrisa sarcástica de su parte—. Pensé que estábamos juntos en esto.

—Eso fue antes de que Brooke lo amenazara con no hablarle durante toda la semana si seguía insistiendo con lo de Theo —comunica Malia sin problemas, burlándose de él.

—Eso es un golpe bastante bajo —le digo a mi hermana.

—No me dejaba concentrarme en mi tarea —se excusa, encogiéndose de hombros sin darle mucha importancia—. Entonces, ¿cómo conseguiste las firmas?

—Está bien, quizá sí me metí a la oficina. Pero ¿podemos concentrarnos en las firmas, por favor? Son diferentes —asevero, señalando nuevamente las hojas.

—Son algo diferentes —me concede Malia.

—Son completamente diferentes —exclamo con convicción—. Las curvas ni siquiera coinciden. ¿Las ondulaciones? Completamente diferentes. Y miren. Observen esto. El ejemplo perfecto del temblor criminal —expongo, trazando con la punta de mi dedo índice la firma del padre de Theo: Jonathan Raeken.

—Así que ahora Theo es Theo —dice la kitsune lentamente—, pero ¿sus padres no son sus padres?

—Alguien no es alguien. Y cuando descubra quien es, ese alguien estará en problemas —manifiesto con seguridad.