broken | #6 | teen wolf

29 | Charity game.

| Juego de caridad.

Brooke.

—Bien, repasemos el plan una vez más antes de salir —indica Scott una vez que todos estamos reunidos en un salón vacío, aprovechando que todo el mundo ya debe estar en el campo en la espera de que el partido comience—. Mason, ya sabes tú parte.

El moreno asiente.

—Corey y yo allanamos el autobús de Devenford y buscamos los zapatos.

—Yo me encargo de las camionetas de TV —le sigue Malia.

—Justo antes del silbatazo, el entrenador abandona el juego —continúa mi hermano.

—Y mientras todo eso pasa, yo estaré buscando tenis talla diez con sangre en la suela —finalizo.

—Te ayudaré cuando el partido se cancele —dice rápidamente Liam.

Asiento con la cabeza y le sonrío poquito, llevando mi mano hacia su cabello para así acariciarlo brevemente antes de regresar mi atención a los demás.

—Solo por curiosidad, ¿y si no funciona? ¿Y si tenemos que enfrentar a esa cosa? Es decir, odio evocar malos recuerdos, pero Scott todavía está curándose por lo que Theo le hizo —expone la mujer coyote.

—No, ya no —niega Kira.

—Tiene razón —afirma Scott y se levanta la camiseta, permitiéndonos a todos ver su abdomen finalmente libre de las espantosas heridas de garras que aquel mentiroso le dejó hace unas semanas—. Sucedió la noche que sacamos a Lydia de la Casa Eichen. Me curé cuando volvimos a estar juntos. Cuando volvimos a ser una manada.

—La Bestia no tiene una manada —afirma el cachorro.

—No como nosotros —asiente el Alfa—. Podemos hacerlo, chicos. Nadie muere esta noche.

Todos asentimos ante sus palabras y pronto salimos del salón, separándonos al llegar al campo para ponernos en nuestras posiciones. Los chicos excepto por Mason van a la banca mientras el moreno se reúne con la quimera que le gusta, Malia corre hacia las camionetas de la televisora y yo comienzo a revisar a las personas que se encuentran en las gradas.

Lori se une a mí para ayudarme luego de unos minutos, diciéndome que su hermano la puso al tanto de lo que haremos, y detengo mi búsqueda cuando escucho como Stiles me llama desde algún lugar del campo. Lo diviso a un costado de las camionetas de la televisora, junto a papá, y mi rostro se llena de preocupación cuando me percato de que el juego va a seguir.

—Lori, ¿te molesta si sigues tú sola unos minutos? Tengo algo importante que hablar con mi papá y hermano —le digo a la chica.

—No, está bien, ve.

Le sonrío agradecida y cruzo el campo por detrás de las gradas, corriendo hacia papá y Stiles una vez que estoy lejos de los demás. Le echo una mirada al campo, viendo a ambos equipos acomodarse en el campo.