Caminando pensativo y jugando con sus temblorosas manos se sorprendió a sí mismo pensando en una cabellera de fuego.
Rápidamente intentó golpear su propia conciencia que poco a poco se separaba de toda realidad, imaginando en su mente de una forma inimaginable a quien se suponía odiaba.
Poco o nada le importó que muchos de los que estaban presentes le mirarán fijamente, extrañados por su comportamiento que había empeorado en los últimos meses, ya que, cada día parecía más inseguro de sí mismo, una actitud muy extraña para tratarse de un Malfoy, para tratarse de Draco Malfoy.
Caminó lento mientras se dirigía a su primera clase del día, con el profesor Remus Lupin, que estaba a punto de comenzar cuando entró el rubio quien saludó casi en un susurro a su profesor.
- joven Malfloy siga por favor.
No pudo evitar dirigir sus ojos inconscientemente a una cabellera rojiza que destacaba, agachó su mirada y se dirigió a su lugar intentando no distraerse con los pensamientos que le atormentaban, fingiendo que lograba entender algo de lo que su profesor estaba explicando.
El día fue largo y la noche llegó serena acompañada de la luna, quiso cenar en paz, quiso evitar pensar en él, quería hablar con sus amigos sólo por un momento, quería qué sus pensamientos por una vez después de esos cuatro largos meses, pudiesen pensar en algo más que en el pelirrojo que tenía justo enfrente.
Mas aún así no logró hacerlo, lo que le frustró profundamente e hizo que rompiera una copa de cristal, llamando la atención de todos en el comedor, quienes observaban anonadados la escena y empezaban a murmurar entre ellos.
Haciendo aún uso de su orgullo se levantó y dejó el lugar elegantemente, a la expectativa de los presentes quienes empezaban a formular teorías, apenas logró salir de allí y cuando dejó de sentir las pesadas miradas sobre él, corrió lo más rápido que pudo, quería escapar del lugar, de su propia mente, pero supo que jamás lo lograría, había algo que el Weasley descontrolaba en su interior.
Llegó corriendo a la torre de astronomía sin más remedio que sumergirse en sus propios pensamientos.
Lo odiaba, odiaba tanto a aquel pelirrojo que no dejaba de pensar en él, en sus ojos azules que parecían un trozo del mismo cielo, en sus pecas que parecían adornar su rostro, como si de las estrellas adornando la noche se tratase, quizás era su cabello rojizo qué hacía arder su pecho como si le quemara o su piel aterciopelada que solía verse tan suave, tan apetecible.
Movió bruscamente su cabeza y jaló su cabello con la esperanza de eliminar aquellos pensamientos que lo dominaban, sintiendo que estaba completamente solo empezó a hablar consigo mismo.
-¿por que?, ¿cómo sucedió? ¿Por qué yo?- soltaba preguntas al aire esperando, imaginando que la brisa le respondería.
-jajajaja Maldito seas Weasley- río tan fuerte que tuvo que apretar su estómago para sostenerse mejor, había algo en la irónica situación que le causaba gracia, Merlín siempre encontraba un forma de joderlo.
De repente su sonora risa se detuvo dejándolo con un rostro inexpresivo, intentando pensar.
¿Acaso me gusta un Weasley?
¿Acaso me gusta Ron?
¿Acaso?
¿Acaso?
¿Acaso?
¿Acaso?
¿Acaso?
¿Acaso...
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✨ENCANTADOR✨*draron*
FanfictionAsí fue como un Weasley conquistó por completo a un frío e inexperto corazón... J. K. Rowling