✨ENCANTADOR✨*draron*

Dolor

Draco movía sus manos sutilmente sobre el frío y tembloroso cuerpo, susurrándole palabras tranquilizantes e intentando abrir su boca para formular las preguntas que lo consternaban.

Ron se dejaba acariciar, se mantenia inmovil, temblando y sudando frío, repitiéndose una y otra vez que debia haber alguna explicacion para ello, rogando mentalmente por que el contrario le explicara con su dulce voz, que lo que habia visto era solo un mal entendido.

Y como si le leyera la mente así lo hizo.

-Tu sabes que eres lo mas hermoso que me ha pasado- empezó a hablar el rubio con voz temblorosa- sabes que, en mi cuerpo y mente habitan la paz con tu presencia- sus ojos se cristalizaban- que entregaria mi vida en tus manos, que no importa que, siempre siempre luchare por ti, contigo a mi lado, por nosotros- sus manos temblorosas dudaban sobre entrar en contacto o no con el cuerpo contrario- y sabes también que no podré hablarle a nadie mas como lo estoy haciendo contigo...- se decidió finalmente a tocarlo-... y muy, muy en el fondo sabes también que lo que acaba de pasar no fue mas que un error, extraño y confuso, pero un error.

El pelirrojo temblaba, abrazando sus piernas, olvidando por momentos cual era la razón del dolor que sentía en el pecho, dejando que lo acariciaran esas manos blancas como la nieve que le quemaban, como hierro ardiente sobre su piel.

Pansy observaba la escena sentada frente a la chimenea, lagrimeando un poco por la hermosa escena que le brindaban los amantes, de repente una ola de calor le inundo el cuerpo y se sonrojo de vergüenza, no podría volver a verlos a los ojos, ¿como lo explicaría? ahora ella ¿que era?¿En que encajaba?, no era mas que una traidora, traidora a la confianza que tanto le había costado conseguir, a la amistad que mantenia con fervor en una parte de su ser, y ahora ¿como explicaba el horrendo suceso?, al que se había sometido bajo las amenazas de un hombre que podría reinar el mismo infierno con su demencial y maquiavélica presencia.

-lo siento...- susurro casi inaudible con los ojos cerrados, apretando sus puños- Lo...- estaba a punto de hablar mas fuerte, estaba a punto de levantarse de allí para explicarles todo, cuando sintió un cosquilleo en su cuello, que aumentaba de intensidad hasta convertirse en un dolor insoportable- ¡Ahh!- gritó intentando calmar el dolor que la hacía estremecer, pero ninguno de los amantes lo notó, estaban sumergidos en su propio dolor en aquel momento, a la fuerza recordó por que no había hablado con nadie desde un principio y se quedo callada, jugando con sus manos en absoluto silencio.

El rubio tomaba de la mano al pelirrojo, con delicadeza, llevándole hasta su cama, quedandose junto a èl entre las sabanas verdes, abrazándolo, susurrándole el amor que le tenía.

Cuándo lo halló por fin dormido, dejó que los sentimientos que le inundaban bajaran, desde sus ajos hasta la suave almohada que se humedecia, lloraba por miedo, miedo de perder a la criatura que se movía entre sus brazos buscando mas calor, miedo de que su padre lograra lo que sabía se proponía, lloraba de dolor, dolor por la falta de un abrazo paternal, por falta de cariño, un cariño que él bien sabía que existía, pero que nunca había llegado a experimentar, lloraba, por que nunca llegaba a ser lo suficientemente bueno, por que siempre esperaban mas de lo que él podía brindar, y temía que eso pasara con el pelirrojo que dormía plácidamente entre sus brazos.