Estruendosos rayos de luz caían del cielo, acompañando una fría tormenta, las luces intermitentes aparecían en la oscura habitación de la mansión, dándole un aura terrorífica.
Lucius cumplía con todos los estereotipos que un hombre rico debía cumplir, se encontraba sentado en un gran sillón de su estudio, con una copa de vino tinto en su mano derecha, observando la tormenta con una tétrica sonrisa.
Algunas horas antes, había conseguido amenazar exitosamente a Pansy Parkinson, le habia hablado de atrocidades, de las torturas mas crueles y sádicas que se habia podido imaginar, la chica no era fácil de convencer, de hecho le costo un poco encontrar alguna forma de amenazarla, lo logro dirigiendo aquellas atrocidades a la abuela de la chica, que se retorció al imaginar a su abuela siendo torturada de tal manera.
La obligo a entrometerse en la relación que se negaba a aceptar, insunursele a los dos chicos, hasta que tal vez con suerte alguno de ellos cediera, hacer que empezaran a dudar del otro, sembrar cuidadosamente, una pequeña semilla de duda que debia regar constantemente con situaciones extrañas, para hací hacer crecer la incertidumbre entre ellos.
La pelinegra se encontraba en su habitación, llorando abrazando sus rodillas, mientras que el filoso cuchillo de la soledad la acariciaba, se había saltado todas las clases de ese día, solo para llorar
Pansy era una chica fuerte, imponente e incluso algunas veces llegaba a causar temor su simple presencia, pero allí estaba llorando, sentía impotencia, rabia, un profundo deseo de poder negarse firmemente, no lograba imaginarse a si misma, insinuandosele a uno de sus mejores amigos.
No logró dormir esa noche, admiraba el duro concreto sobre ella, divagando en sus pensamientos, casi perdida y desconectada del mundo, con los ojos llorosos y cansados.
No se imaginaba destrozando la confianza que se habian entregado mutuamente, pero tampoco se imaginaba a su dulce abuela siendo torturada por el despreciable hombre, así que lloró, no tenia otra opción mas que obedecer, no tenia otra opción mas que convertirse en una traidora.
La luz del dia se asomo por su ventana, haciendo que cansada se levantara a desayunar, la primera hora de la mañana fue tranquila, pudo comer un poco y disimular a sus amigos, que aunque no la ignoraban, no le prestaban mucha atención tampoco.
Las lechuzas entraban por el gran ventanal, trayendo con ellas la correspondencia de cada uno, su lechuza dejo caer una carta, cayo lentamente danzando de un lado a otro hasta llegar a sus manos.
Las instrucciones fueron claras y concisas, debía empezar ese mismo día y aunque no quería, ya sabia como hacerlo.
Draco llevaba varios dias sollozando en la sala común de la casa Slytherin, ella lo había notado y durante varios días también había intentado consolarlo, aunque sin exito.
Ese era el momento oportuno, término su desayuno y se dirigió a la primera clase del día, varias clases después empezó con el macabro plan, poniendo discretamente en el bolso del pelirrojo una carta en donde le invitaba a la casa Slytherin a las 12:35, dejándo en ella la contraseña y algunas especificaciones mas, como hacer el mínimo ruido posible y dirijirse directamente a la sala común.
La pelinegra sonrió melancólica al ver la expresión de emoción que hacia el pelirrojo- perdón- susurro y se alejo del lugar caminando pesadamente y cabizbaja.
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✨ENCANTADOR✨*draron*
FanfictionAsí fue como un Weasley conquistó por completo a un frío e inexperto corazón... J. K. Rowling