Después de salir de allí confundido y algo asustado, se dirigió a la casa Slytherin intentando pensar en otra cosa.
Se recostó en su cama y analizó la situación más detalladamente por unos minutos.
-mierda- susurró para sí, deseaba arder en el infierno, que se le calcinaran los huesos y que su carne se convirtiera en polvo, deseaba poder cambiar el dolor de su pecho por unas horas en la brasas, sin memoria, solo dolor puro, algo que evitara que su corazón palpitara desmedidamente, suspiró pesadamente y después de varias horas intentándolo, logró dormir.
El sol se asomaba por su ventana intentando abrazarlo con el calor, haciendo que su rubio cabello brillase con él, la luz era casi cegadora mas despertando de un profundo sueño, frotó sus ojos suavemente e intento levantarse.
-tal vez hoy a Merlín se le olvide joderme la vida- suspiró, no quería hacer nada y en sus oscuras ojeras se notaba el cansancio que resguardaban sus ojos, habría podido decir que estaba enfermo, nadie dudaría de aquella excusa con solo ver su aspecto, pero no quería faltar a ninguna clase con tal de superar y molestar al idiota de San Potter. Al menos de eso intentó convencerse, ya que muy en el fondo sabía que en realidad deseaba con ansias encontrarse con esos dos zafiros que siempre acompañaban a su enemigo.
-clase de pociones con los Gryffindor- habló Blaise intentando llamar su atención, haciendo una mueca al mencionar a la casa contraria
-Si- intentó seguirle el juego rodando los ojos mientras entraban al aula a la espera de su malhumorado profesor.
Esperó un poco ansioso la llegada de los tres reconocidos Gryffindor, sintiendo un vacío en el pecho al no encontrarse con la cabellera rojiza que tanto le llamaba la atención entre ellos.
-¿dónde?- susurro esperando que alguien resolviese su incógnita
-¿dónde qué?- Término hablando Blaise preocupándose por la mirada perdida del rubio.
Las horas eran lentas, interminables, casi insufribles cuando sabía perfectamente que si preguntaba algo a los amigos de el pelirrojo, le mirarían extrañados y muy seguramente también lo mandarían de forma muy cordial al carajo.
La desesperación lo invadía, no ver esos ojos azules todos los días como ya se había acostumbrado hizo que sintiera que se le quemaba el pecho, le ardía.
Al final del día, saltándose la cena y por consiguiente las preguntas de sus preocupados amigos, empezó a buscar esos ojos que lo enloquecían desesperadamente, quería encontrar al chico que hacía que su corazón explotara con solo una sonrisa.
Corrió por todo Hogwarts en busca de aquel chico, no era consciente de lo que hacía, solo dejaba que su corazón le guiara con tal de encontrarlo y poder verlo sonreír, necesitaba un poco de esa adictiva droga para poder irse a descansar en paz.
Terminó en la enfermería y con una corazonada que le apretaba el pecho, era el único lugar que faltaba por revisar aparte del dormitorio Gryffindor al que por obvias razones no podría entrar.
Sintió impotencia al acercarse a la gran puerta, dudas, miedo, terminó abriéndola lentamente encontrándose con el chico que tanto buscaba jugando con sus manos y tarateando en un intento por no aburrirse.
-te ves ridículo Wesley- habló sonriendo de lado observando la tierna escena, mientras a la vez se preocupaba por el estado del contrario.
-¿Qué diablos quieres Malfoy?- hizo una mueca e intentó evitar el contacto visual con el chico.
-no lo sé, solo tengo curiosidad ¿la comadreja se lastimó al salir de la madriguera?- habló lento y en calma
El pelirrojo sintió un escalofrío invadiendo su cuerpo al ver a aquel rubio sonriendo y peor aun sonriéndole a él.
-eres extraño Malfoy, ¿acaso vienes a molestarme ya que nadie puede defenderme?- dudó
-¿por qué nadie puede defenderte? ¿Acaso no te puedes defender tú mismo?
-jajajajaja veo que te interesa mi estado de salud- rió incrédulo ante la extraña situación
A el rubio le invadió la paz al ver al contrario sonreír, por fin un poco de su adictiva droga y todavía mejor, generada por el.
-jajsjajaja tal vez solo un poco- levantó los hombros restándole importancia mientras se acercaba a la silla que estaba junto a la camilla a la expectativa de su asombrado acompañante.
-ahora sí, ¿qué quieres Malfoy? dejémonos de tonterías- Sentía como aquella duda le consumía poco a poco
Si llegara a responderle, pensaba el rubio, le diría que quiero besarlo, hacerlo sonreír, le diría lo loco que me tienen sus pecas y su cabello, le diría lo mucho que me gusta.
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✨ENCANTADOR✨*draron*
FanfictionAsí fue como un Weasley conquistó por completo a un frío e inexperto corazón... J. K. Rowling