Capítulo 6

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ROMA

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ROMA

Mis hermanos seguían en casa y sentía que podía ser feliz al completo. Eran los únicos que me entendían al cien por cien y podía hablar de lo que quisiera con ellos. Porque al final, todos pasamos lo de nuestro padre y ellos estuvieron aquí el día que pasó lo de Ian.

Estuvimos hablando sobre lo que habíamos hecho estos últimos meses en los que no nos habíamos visto. Les conté que a penas dormía, que Sophia estaba saliendo con Daniel, que mamá estaba triste, aunque no lo demostrara y también les comenté sobre el mensaje que me mandó ayer Leo.

—No vayas ni de coña —Carlos soltó nada más lo leyó —no me dio muy buena espina...

—A ver, no creo que te vaya a pasar nada si vas, a mí me pareció un buen chico, a pesar del comentario que hizo nada más verte... Pero no te sientas obligada a ir —James contraatacó y Carlos pareció cambiar de opinión.

—Si quieres podemos quedarnos en un banco al lado del parque y si te hace algo le arrancamos la cabeza —Carlos soltó una pequeña carcajada.

—No sé si iré. No me cae bien y no sé qué se supone que tenemos que aclarar porque no somos ni amigos.

—¿Qué no te cae bien? —James empezó a reírse y yo le miré con el ceño fruncido —No me mires así Roma. Te creo eh, de verdad, pero tengo una pregunta, ¿Tú a él le caes mal también?

—No lo sé. Si le conocí el otro día. ¿Por qué?

—No, por nada, pero ayer no dejó de mirarte en toda la tarde y no parecía que fuera una mirada de odio —James y Carlos se miraron y empezaron a reírse.

—Yo creo que me quiere asesinar —Dije bromeando. James negó riéndose y se levantó para irse a la cocina.

—Yo pienso que asesinarte es lo último que quiere... —Respondió Carlos levantándose del sillón.

Ya, claro...

Yo decidí irme a mi habitación. Me puse mis cascos y cogí un libro para entretenerme...

Eran las seis de la tarde y estaba sentada en el pie de mi cama debatiendo si ir o no. No tenía ningún sentido ir porque consideraba que no tenía nada que hablar con él. Pero, por otra parte, si me lo ha dicho será por algo... Supongo.

Mi móvil sonó y miré la pantalla para ver quien me había mandado un mensaje. Pensé que sería Leo, pero por mi suerte, no.

Cameron:

Hola Roma. Se que es un poco tarde

para decírtelo, pero tengo el día libre,

por si te apeteciese salir a dar una vuelta

en un rato y cenar juntos.

Me había olvidado completamente de que Cameron y yo teníamos una cita pendiente. Quedar con él sería la excusa perfecta para no salir con Leo y salir a la calle, además, que se lo debía por rechazarle la quedada.

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