ROMA
Mis hermanos se habían vuelto a ir y con ellos se fue la alegría en la casa, los ánimos, el buen ambiente...
Tuve que volver a clase porque empecé a sentirme mejor y mi madre no notó, pero yo no me veía con fuerzas todavía.
Ahora que James se había ido, Leo se veía más solitario que nunca. De vez en cuando solía verle apoyado en alguna pared del recreo fumándose un cigarrillo mientras suspiraba varias veces por minuto.
En clase de Economía Cameron y Max empezaron a sentarse juntos. Max y yo estábamos perfectamente, pero supongo que ese cambios de sitios habría sido culpa de la primera semana después de vacaciones.
Leo de vez en cuando solía llamarme dándome un golpecito en el hombre y parecía quedarse bloqueado en cuanto me giraba para verle. Así que me solía pedir cualquier tontería como un bolígrafo o una goma de borrar.
Empezó a darme bastante lástima cuando empezó a faltar de vez en cuando. Quedaba nada para que acabase el curso y no podía estar saltándose las clases por que sí. Así que también me sentí culpable de eso.
Y Cameron, también estaba un poco solo, aún que a veces se dejaba ver con Juls. Supongo que al final ella consiguió lo que quiso.
Había tenido que aguantarla cuando venía a hablar con Max, que al parecer se llevaban bien.
Daniel y Sophia se apegaron más a mí y yo sé que eso a Leo y Cameron des jodió bastante. A uno más que a otro. Habían empezado a no estar todo el día juntos y noté como empezaba a madurar su relación.
Nuestra graduación estaba a la vuelta de la esquina, nos faltaban apenas dos meses y teníamos que ir preparando todo el papeleo de las universidades.
Decidí hace un tiempo que yo me quedaría aquí, en la universidad de mi ciudad. Así no tendría que separarme de mi madre ni de Sophia.
—Roma, ey —Sophia me sacó de mis pensamientos.
—Dime.
—Que nos vamos, ¿vale? Luego nos vemos —asentí y Daniel y él fueron a su clase. Tocaba Economía y eso significaba tener que ver a Cameron y Leo.
Me senté delante del chico de ojos verdes, como de costumbre. Max y Cameron se sentaban delante mía.
Empezó la clase y con ello una tortura que duraría una hora entera. Leo, el muy listo, decidió que era su oportunidad para intentar hablar conmigo porque sabía que no tendría escapatoria.
—Roma, tenemos que hablar —susurró mientras el profesor escribía algo en la pizarra. Decidí ignorarle —Roma joder no pases de mí.
—Que quieres Leo, estamos en clase —le dije, manteniendo el tono bajo para no interrumpir la explicación.
— No podemos seguir así, tenemos que hablar de lo que nos pasa, no me puedes negar que no sientes nada por mí —me giré para mirarle.
—Leo, que estamos en clase, ahora no —Me volví para mirar a la pizarra y vi a Max y Cameron riéndose por lo bajo. No sé si me había perdido dos capítulos de esta historia o que estaba pasando.
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Una constelación más
Teen FictionRoma Alease estaba rota por dentro por sucesos de su pasado no tan lejano. Roma Alease dejó de creer en el amor verdadero. Roma Alease ya no era feliz. Roma Alease estaba vacía. Ver las estrellas en su montaña era su salvación. Él, que era una pers...