Capítulo 7

15.5K 1.4K 1.1K
                                    

LEO

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

LEO

No pude pegar ojo en toda la noche. Me quedé asomado en la ventana contemplando las estrellas.

No había parado de pensar en la imagen de Camerón agarrando a Roma por la cintura mientras le metía la lengua hasta la campanilla.

Qué asco.

Tampoco entiendo muy bien porque me importa tanto, debería pasar del tema y alegrarme por mi amigo joder. Él estaba pillado de Roma, me lo había dicho hace unos días y yo le dediqué mi mejor sonrisa, pero una parte de mi quiso partirle la puta cara.

Quizá mi yo de niño siempre la vio como imposible y desde entonces la quise conseguir, aunque no me gustara.

Tomé una decisión y fue que de ahora en adelante no la volvería a dirigir la palabra y además con motivos. Me había dejado tirado y sin ninguna explicación, ni si quiera me mandó un puto mensaje. Esperó a que le ofrecieran una oportunidad mejor para dejarme allí, estoy seguro.

Por otro lado, pensé que estaría bien darle una oportunidad a Max, nos habíamos besado hace unos días, pero le aseguré que no pasaría nada más. Aunque visto lo visto... Me vendría bien una distracción y la chica era agradable...

ROMA

Me levanté alrededor de las doce de la tarde, hoy habíamos quedado Sophia, el trío calavera y yo en playa por la tarde, no me apetecía nada, tenía un sueño que me caía por las paredes.

Cuando fui a desayunar, vi que mi hermano Carlos estaba sentado en la mesa y la verdad esque tenía peor cara que yo.

—Buenos días —le di un beso en la mejilla y él me dedicó una sonrisa —Oye hoy hemos quedado con Sophia, ¿te vienes?

—Creo que paso —suspiré.

—Carlos, aunque os digamos todo eso de que os vemos juntos y tal, no creo que lo mejor sea pasar de ella.

—Ya lo sé Roma, no es por eso.

—¿Y entonces por qué es?

—No tiene importancia.

—Carlos... —me miró y dio unos golpes en la silla al lado suya para que me sentara.

—Verás... Antes de que nos fuéramos a la universidad Sophia y yo nos acostamos —me quedé quieta. ¿Cómo que se habían acostado? ¿Por qué yo no sabía eso? — No debería contártelo porque acoramos que no se lo diríamos a nadie, pero visto lo visto... No te enfades por favor —creo que me quedé en shock, porque Carlos me pasó la mano por la cara tres veces hasta que le contesté.

—Pero ¿qué dices? ¿Por eso no quieres verla? ¿Por qué yo no sabía nada de esto? —pregunté pasándome las manos por la cara nerviosa.

—No te alteres, no quisimos decírtelo porque no le dimos ni la más mínima importancia. Yo me iba a ir y solo fue una noche —intenté relajarme y comprender la situación, no tenía sentido enfadarme por esto.

Una constelación más Donde viven las historias. Descúbrelo ahora