AU. Shōto era un joven exhausto y sin fuerzas que encontró en Izuku aquella luz llena de esperanza. La cual lo levantó de sus penas y ofreció un lugar dentro de su cálido y dulce corazón.
Porque él, fue el único que estuvo ahí para escucharle. En e...
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Ella esta vez irreconocible, llevaba lentes oscuros y una capucha que no le permitiría ver su rostro fácilmente.
Allí siguió a Todoroki sin que este se diera cuenta.
Pues su compañero y uno de los mejores en la clase, ya llevaba días sin asistir. Eso le preocupaba a tal punto de estarlo siguiendo.
Y aunque Midoriya también faltó, habían rumores respecto a que estaba medianamente enfermo. Ya que según la llamada entre él y Uraraka, dijo que tenía gripe.
Al bajarse del metro de la estación frente al hospital, se comenzó a preocupar respecto a su salud.
O eso hasta que el bicolor la tomó de la mano y enfadado le habló:
—¿Quién eres? ¿Por qué me sigues y qué es lo que quieres?
—¡T-Todoroki-San!
Y automáticamente al escuchar la voz ajena, se tranquilizó y soltó su agarre.
—¿Yaoyorozu? ¿Qué haces aquí? —Suspiró aliviado— Me alegra que seas tú, ya no sabía qué hacer en tal caso que me estuvieran siguiendo —Confesó, tranquilo.
—Yo... te diré la verdad. Te estoy siguiendo porque me parece extraño que faltes tan seguido a clases. Además, ¡Siempre asistes y sin razón alguna te vas y luego vuelves! ¿Qué es lo que te pasa? —Preguntó finalmente.
—Vengo a visitar seguido a mi madre porque está enferma, es eso...
—Oh, lo lamento tanto Todoro-...
—¡Buenos días, joven Todoroki! Qué suerte que se encuentra aquí, acaban de salir los resultados de la radiografía que hicimos al paciente Midoriya. Por favor entre rápido, los resultados se los entregaremos a la madre y por sus usuales visitas, nos tomamos el atrevimiento de entregárselos a usted también —Informó el doctor. Quien ignoró totalmente a la compañía.
La otra confundida, trató de preguntar.
—¿Acaso dijo...?
El otro no prestó atención a la pregunta y corrió hacia dentro de las instalaciones. Estaba nervioso y su estómago en ese momento era un desastre.
Recibió la radiografía de tórax que se hizo para detectar algo extraño. Allí se encontraba Inko, y al mismo tiempo, el médico entregó los resultados.
