.°.•.Gato Min.•.°. • Yoonkook • 🔚

🐈 - 41

Era diferente, Yoongi podía sentir su cuerpo diferente, más pesado, también, podía sentir ¿Unas manos? ¿Por qué sentía húmedo?

Al abrir los ojos percibió el color azul de una habitación, bastó con girar un poco su cabeza para ver la respuesta a sus preguntas. Hara, su mamá estaba ahí, ella era quien lo sostenía con anhelo, sus lágrimas eran las que se acumulaban en su estómago.

- Ma... - Se preocupo por no poder articular la palabra, que ni siquiera se planteo que ya estaba en su cuerpo humano.

- Yoongi, cariño. ¿Cómo te sientes? - La mujer en menos de un segundo ya estaba acariciando el pálido rostro, sus manos temblaban, no podía distinguir si lo que veía era real, si su deseo se había cumplido, ver a su pequeño de vuelta. Si despertaba del sueño su felicidad escapararia como polvo entre sus manos.

Las palabras no podían describir lo que sintieron aquellas dos almas al reencontrarse. Habían pasado por tanto, mientras Min Saejoon y Haseung habían percibido todo como un largo sueño, ellos habían sufrido la ausencia, la soledad, habían vivido sin libertad, ansiando el día en que recuperarán su vida.

Pero Min Yoongi después de conocer a más personas, no era el mismo, incluso conoció el amor, pero ella, Hara cambió en sentido negativo, su mente no ansiaba más ver cielos azules, días brillantes, no esperaba un futuro más allá de los muros, porque esos muros se llamaban So Hyungjon, temía soñar y que el le arrebatara todo de nuevo.

Y aún así, el amor por su familia seguía tan intacto es más, se amaban mucho más.

Yoongi no se preocupo por cuestionarse su estado, sólo se dejó alimentar, limpiar y admirar por su hermosa madre. Los minutos estaban contados para ellos.

Las deidades escribían destinos, en su guión existen tantas incoherencias que no debían existir, Hyungjon era un ejemplo de ello. Taehyung siempre se preguntó con qué fin, porque hacerlos a ellos ser "Kim" y que los "So" existieran, si tan solo fuera todo blanco, no existirían manchas que opacaran la luz.

Pero existían, y ellos constantemente peleaban con eso, día a día, incluso contra uno mismo. ¿Cuál es el punto de dejalos vivir, si ya estaba todo planeado? El no podía luchar para ir a contra corriente.

Pasado unos días, por fin Yoongi se dio cuenta de la situación, incluso recordó los ojos chocolate del chico que presencio el show de Hyungjon, el trato que hizo con Taehyung antes de entrar el solo al infierno.

- Jungkook, el...

- Lo dejaron libre. - Respondió inmediato su madre, frunciendo los labios preguntándose si realmente fue así y el chico estaba bien.

- Mamá, ¿Qué dirías si te digo que me gusta un chico, y ese chico es Jungkook? - No iba a mentir, esos años no cambiaron en nada la confianza que tenía con madre, pero habían cosas de las que ella no estaba enterada, y aunque sonaba tan estúpido, tenía miedo de hacerla infeliz con situaciones, como las de su aparente sexualidad.

Pero su mamá solo le sonrió, tomando sus manos lo llevó a sentarse con ella al borde de la cama.

- Me sorprende si soy sincera, ¿Aun siendo un gatito desarrollaste sentimientos por é? Pero te puedo decir que es un buen chico estoy segura de ello. Ese niño mientras estuvo aquí ni siquiera se preocupo de estar encerrado, cuido de mi, trato de animarme cada día, incluso el me trajo esperanza. - Hara hizo memoria de aquel rostro tierno y una risa se le escapó. - Siempre estaba diciendome "Animo Hara-ssi"

El pálido sintió su corazón aún más cálido, sus sentimientos sólo iban en aumento por el castaño que iba y venía en su mente.

- Me alegra cariño, es un buen hombre. - Hara sabía que Jungkook no albergaba sentimientos por su pequeño, lo cual era bastante tranquilizador para ella, porque digo, en ese tiempo que se conocieron su pequeño era un gato, sería raro que el chico se enamorara de un animal en sentido romántico. Pero sabía que Jeon estaba interesado por la historia de Yoongi como ser humano.