A Liz no le importaba morir... hasta que la amenazaron. Su vida, ya sumida en el caos, se complica aún más cuando secretos y mentiras empiezan a salir a la luz. Entre la traición de quienes la rodean, el embarazo inesperado de su mejor amiga, y una...
Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte
2 de corintios 7:10
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Cuando el pastor cogió el micrófono, Liz sostenía la Biblia con decisión. Acababa de leer los versículos. Todos se sentaron y ella les imitó. Miró a Kalila que observaba con los ojos brillantes al predicador, atenta a cada palabra que decía. El día anterior la había mentido. Ella no debía saber que eran amenazas de muerte. Volvió a observarla. Se mordió el labio. Su amiga había creído cada palabra.
La prédica comenzó:
-Dice la escritura: Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión.
El ser humano estaba condenado a una vida vacía que terminaba con la muerte. No porque Dios tenga la culpa sino porque el hombre piensa continuamente en hacer el mal, nosotros en nuestro libre albedrío decidimos hace lo malo. Pecar, alejarnos del dador de la vida.
Estudios científicos han demostrado que sin sangre es imposible vivir. Que necesitamos determinada cantidad de litros. Dentro de nuestra sangre tenemos glóbulos rojos, blancos, plaquetas etc necesarios para la vida. Pero eso no es nada nuevo, ya Dios dice en su palabra que la sangre es la vida.
Por eso mismo se pedía sacrificios de animales para cubrir el pecado del hombre. Pero aquello no era suficiente. El pecado envolvía al hombre. Se necesitaba un sacrificio humano de alguien santo. Un hombre que no hubiese pecado nunca.
Por eso él decidió redimirnos, redimir es: Conseguir la libertad de una persona o sacarla de la esclavitud mediante el pago de un precio.
Con su gran amor con que nos ama ¡Él mismo vino a morir por nuestros pecados! Él, el único Dios, vino a este mundo y se hizo carne.