Capítulo 18: Hermosa creación ☾

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Israel, yo te amo;
tú vales mucho para mí.
Para salvarte la vida
y para que fueras mi pueblo,
tuve que pagar un alto precio.️✨

Isaías 43:4 TLA

— Siéntate Elizabeth

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— Siéntate Elizabeth. ¿Cómo estás?

La joven se sentó. Ante ella había distintas bebidas y algunos alimentos para picar. Intentó no observarnos sino mirar a la directora. No era capaz de mirarla a los ojos.

—Bien

—Coge lo que quieras. Es para ti.

La directora le preguntó que bebida quería y le sirvió una. Acto seguido Liz cogió un mini croassant y se lo llevó a la boca. Por educación más que por hambre.

— Gracias

—Un placer.

La directora entrelazó sus dedos frente a ella y observó a Liz. 
Parecía de unos cuarenta y cinco años. Ella fundó la universidad y ésta tenía quince  años.
Liz bebió de la bebida intentando soportar el silencio. La directora bebía té de limón con tranquilidad.
Las facciones de ella eran tan perfectas que Liz imaginó que antes de dedicarse a la docencia, era modelo.
Su cabello era ondulado. Llevaba una chaqueta gris y una camisa azul celeste.

Liz se miró y su cuerpo se encogió de vergüenza. Apenas llevaba un jersey oscuro de hace años.
Siempre admiró a la directora por su paciencia y por ser capaz de sacar el máximo de cada uno de los alumnos del centro. Pero, salvo la reunión de acceso nunca antes había estado allí. No sabía que le diría. Estaba segura de que había descubierto que se habían colado allí por la ficha.

—Elizabeth siento lo que sucedió. La foto que circuló por mensaje a todos los estudiantes

—No fue tu culpa

— Pero lo siento

Parpadeó. La directora arrugó la nariz. Ese gesto le recordaban a alguien pero no podría determinar a quién. Intentó no mostrarse nerviosa.

— Igual estoy bien.

—Quizás. Pero tienes derecho a hacer lo que quieras y a estar con quién quieras sin que nadie viole tu intimidad por ello.

—Gracias aunque ...no estoy con él.

La imagen de Kek le produjo asco. Él era todo lo que no deseaba en su vida.

— Entiendo Elizabeth. Quiero que sepas que ya sabemos quién ha sido.

Liz se removió en la silla.

—Bien.

—Y recibirá su merecida sanción

—No es necesario. Ya he perdonado —confesó. Y era cierto. A pesar de lo sorprendente que fue para ella que Shirley mostrase su verdadera cara, no la odiaba. De alguna forma todo su rencor hacia ella se  había disiparo. Comprendiendo que el amor-odio que sentía por Alex era la causa.
A quién no podía perdonar era a Melantha.

Inefable © ✔︎ (SGL2) [Cristiana]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora