Capítulo 2 : No se lo digas ☽︎

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Así que no temas, porque yo estoy contigo;
no te angusties, porque yo soy tu Dios.Te fortaleceré y te ayudaré;te sostendré con mi diestra victoriosa.

Isaías 41:10

Allan gemía sobre el enorme charco de sangre

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Allan gemía sobre el enorme charco de sangre. Deseaba pedir ayuda pero no era capaz de dejar de sollozar. Veía sus manos llenas de sangre. Intentó abrir la boca pero sus labios estaban pegados. El cuerpo de la chica estaba en el suelo, todavía caliente y él se sentía muy pequeño.

Se levantó del suelo temblando e intentó pedir ayuda pero la puerta estaba cerrada. En el pomo quedó sangre seca y Allan logró gimotear de nuevo, su corazón latía a una velocidad desenfrenada. Tras intentar por todos los medios abrir la puerta sin éxito se acercó de nuevo al cuerpo de la chica.

Allan despertó sobresaltado y con taquicardia. Sus manos temblorosas buscaron el móvil para usar la linterna de este. Solo había sido una pesadilla, repetía el recuerdo en sueños una y otra vez.

Hacía todo lo posible por evitarlo pero aquellos pensamientos intrusivos volvían una y otra vez. El joven deseaba pensar que si tal vez se alejaba de Liz las cosas cambiarían pero lo dudaba. Aquello había vuelto al igual que cuando conoció a Bo y no por ello se había alejado de él. Solo necesitaría tiempo para acostumbrarse.

Cerró los ojos tras sentarse en la cama. Esta vez Cathy no se había despertado o eso esperaba. No recordaba haber gritado .Camino hacia la habitación de su hermana a paso lento y abrió la puerta con lentitud. Ella dormía profundamente y sonreía. Cuando Allan se dio la vuelta saltó al deslumbrar una sombra.

─Mamá... qué susto me has dado

─ Allan. Creo que deberíamos hablar

─Estoy bien mamá ─respondió caminando hacia su habitación. Al llegar se sentó en la cama. La madre le miró en silencio.
La madre de Allan,la hermana Ana, era una persona tranquila, reflexiva y dulce. Su forma de hablar pausada producía tal agrado al escucharla que todos los que lo hacían podían decir que sin lugar a dudas era una persona muy sabia y entregada a Dios. Vivía junto con sus dos hijos en aquella casa y  trabajaba como secretaria en una oficina cercana a su casa.

─Acabo de recordar el día que conociste a Bo─ comenzó la madre y volvió a callar esperando que su hijo dijese algo pero no contestó. Así que decidió continuar ─ Casi al mes se convirtió en tu mejor amigo. Dios lo sacó  del mundo en el que estaba pero tú fuiste una ficha clave.

─Mamá sé a dónde quieres llegar...

─Te diste cuenta de que él estuvo metido en peleas cuando os acorralaron aquel día y tus pesadillas volvieron.

─Así fue...pero esto no es lo mismo

─ Allan llevas varios días así ¿Cuál fue el desencadenante? ¿Es Liz?

Inefable © ✔︎ (SGL2) [Cristiana]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora