Inefable © ✔︎ (SGL2) [Cristiana]

Capítulo 10 : Azar ☽︎

lunes 29 de nov

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Escena +16 si eres menor y la lees queda bajo tu responsabilidad. NO contiene sėx0, Contiene violencia y angustia

Si no me ayudara Jehová,Pronto moraría mi alma en el silencio.❤️
Salmos 94:17

Se escucharon pasos.Liz acababa de lavar los platos.

Se secó las manos y bostezó. El día anterior había llegado agotada del trabajo. Apenas eran las ocho de la mañana.Ya había desayunado y estaba preparada para enfrentar el día en la universidad.

El recuerdo de Allan y su discusión atravesaba su mente con pesar.

Caminó hacia Evan que abría la puerta. El chico meditó si hablar. Su expresión era seria y seguía enfadado. Aún así no quería continuar molesto con ella. Pero no sabía como pedir perdón.

-Carlos me ha dicho que viene a por mí con la tía lila. Para no coger el autobús.

-Está bien.

Evan abrió la boca pero la cerró al momento.

-Adiós - y cerró la puerta principal.

Liz suspiró agotada. Una sensación de vacío la removió. Desde que vivía con Evan la soledad la inquietaba. Cosa que antes no sucedía. El amor hacia él la movía a querer estar siempre protegiendole. Habían pasado mucho tiempo separados.

Abrió la puerta decidida a bajar y pedirle perdón pero al imaginar que ya se había ido decidió volver a cerrarla. Ya llegaría el momento de reconciliarse.

Oró en su mente por su hermano mientras preparaba los libros que debía llevar a la universidad. Deseaba con todas sus fuerzas terminar su carrera de sociología. Lograr trabajar en su carrera, ser feliz.

Sonrió al saber que quedaba poco para cumplir sus sueños. Comprendiendo que con Dios todo era mucho más fácil.

La alegría fue sustituida rápidamente por desasosiego cuando recordó a Melantha. Hoy se enfrentaría a ella.

Sí, había decidido no cambiar la cerradura para que no sospechase que la había descubierto.

La marca color ocre, su odio hacia Kali y hacia ella misma, su actitud agresiva. Ella era la única que podía hacerlo.

No había pertenecido a los indomables pero le movían los retos. Seguramente había conseguido las llaves de su casa en algún descuido.

Un pensamiento fugaz culpó a Munna y a su reciente reacción explosiva pero lo negó. A pesar del ambiente laboral pesado, habían pasado mucho tiempo juntas.