Destinos Alterados

14.- Niebla de Guerra

1 de Setiembre de 1939

James se escabulló en medio del caos reinante en el Ministerio. Los reporteros y los trabajadores mágicos llenaban el Atrio y la muchedumbre se hacía a un lado nerviosamente ante el paso de James, vestido con su túnica de inefable. Estaba furioso.

Notó a su paso que casi no habían quedado signos de la batalla librada allí la noche anterior, aunque a la fuente aún le faltaba un buen trozo.

"Por lo menos no hemos destruido la estatua esta vez" Pensó caminando rumbo a los elevadores.

Después de haber leído las noticias, James le pidió a Sarah que llevara a Tom al Expreso de Hogwarts; el muchacho se desilusionó pero entendió por qué su padre debía ir al Ministerio. El haberse perdido la despedida de Tom irritó a James. ¿No podían haber esperado un día más?

Cinco minutos después estaba sentado en un salón del Ministerio junto a una docena de oficiales y personal del DALM y de la oficina de Cooperación Internacional. James, Abel y Charlie representaban al departamento de Misterios.

– Comencemos – Dijo Abel en su tono monótono de voz. – Brujas y magos, el mundo se ha vuelto loco el día de ayer. Por la noche una fuerza de asalto de Grindelwald ingresó a este mismísimo Ministerio y casi al mismo tiempo la Alemania muggle invadió Polonia –

Abel hizo una pausa y miró al salón.

– No creo que alguien considere esto como una coincidencia – Luego miró a James. – Escuchemos el reporte de lo sucedido. Conde, por favor – James asintió y dio un completo pormenor de los eventos durante diez minutos. Al terminar el salón se mantuvo en silencio por algunos segundos.

– ¿Cuál era el objetivo? – Preguntó un oficial del DALM.

– Desconocido – Respondió. – El único sobreviviente se suicidó antes de que pudiéramos interrogarlo – Abel frunció su ceño.

– Las nuevas protecciones funcionaron perfectamente. La respuesta por parte del DALM fue deficiente. Ahora que la guerra está entre nosotros necesitaremos tomar medidas para mejorar nuestras defensas – Charlie opinó:

– Quizá por eso atacaron la noche anterior. Sabían que elevaríamos el nivel de alerta con la guerra desatada –

– Cierto. Hablaré de eso con el Ministro Nott. Creo que no pondrá reparos – Dijo Abel.

– Necesitamos incluir protecciones contra los muggles –

– ¿Qué pueden hacernos esos muggles? – Vociferó alguien.

James se dio vuelta para buscar la fuente de la voz. Era un joven de cabello rubio y un gesto de soberbia en su rostro. "Genial, un Malfoy" Lo reconoció como Abraxas, el mismo al que había vencido en un duelo de exhibición de Hogwarts cuatro años atrás.

– Si hubiera prestado atención al reporte, sabría que Grindelwald utilizó un soldado muggle. Nuestras defensas solo se basan en amenazas mágicas – Dijo James en un tono neutro de voz.

Malfoy respondió con desagrado.

– Solo quiere usar esa amenaza para cubrir su propia incompetencia. ¡Nunca podría ocurrir eso con un mago decente! – Antes de que James le contestara, Charlie intercedió:

– El Conde es el mejor en combate mágico entre los inefables – Abel agregó:

– Sin dudas – Charlie asintió:

– Si el Conde dice algo sobre protecciones o combate, escúchelo. ¡Tiene más experiencia en guerra que nadie! – Malfoy golpeó la mesa con sus puños.