Destinos Alterados

33.- Feuersturm (Tormenta de fuego)

26 de julio de 1943 - Hamburgo, Alemania

James se bajó del tren en Hamburgo doce horas antes de su horario original. Di lo que quieras sobre los nazis, pero hicieron que los trenes llegaran a tiempo.

La estación de tren estaba profusamente decorada en un estilo grandioso, casi exagerado. Esas condecoraciones chocaron con el daño de la bomba causado por un bombardeo británico hace solo dos días. Los escombros habían sido retirados, pero varias paredes mostraban grietas por los golpes de las explosiones. La incursión había tenido como objetivo los distritos de fabricación, pero los vientos, el humo y la simple falta de juicio de los bombarderos hicieron que un porcentaje significativo de las bombas cayeran fuera de las áreas objetivo planificadas. El ayuntamiento, la comisaría principal y la central telefónica de la ciudad resultaron dañados en el ataque.

James hizo una demostración casual de indiferencia mientras esperaba en la fila para que un par de guardias de la Gestapo le autorizara a salir de la estación. El titular del periódico proclamaba la traición de "Il Duce". El líder supremo italiano, Mussolini, había sido destituido del poder por miembros de su propio gobierno. Entre los "traidores" se encontraba el ministro de Asuntos Exteriores italiano, que también era yerno de Mussolini. El artículo del periódico afirmó que el gobierno nazi condenó el golpe interno y prometió su continuo apoyo al dictador.

Los guardias de la Gestapo pasaron los papeles de James sin hacer comentarios. El Soldado del Ejército Oscuro que se unió a la resistencia proporcionó un excelente conjunto de papeles. Un muggle que los miraba vio autorizaciones de la sede de la Gestapo para viajar sin restricciones. Por la expresión en el rostro del guardia cuando le devolvió los papeles, James apostó que el hombre asumió que James era un agente de la Gestapo en viajes discretos.

Un corto paseo llevó a James a una pequeña posada con un restaurante que aún estaba abierto. Sus ventanas se habían cubierto con tablas para evitar que la luz se escape y ayudar a proteger el edificio de cualquier explosión cercana. Durante su corto viaje a la posada, James observó varios incendios que seguían ardiendo desde el último bombardeo.

– Guten Aben – La bonita mujer mayor detrás del mostrador saludó a James cuando entró en la posada. – ¿Puedo ayudarle señor? –

James sonrió de manera amistosa.

– Sí, necesitaré una habitación por tres noches. ¿Tendrías una disponible?–

La mujer sonrió.

– Sí, lo hacemos. Soy Gerta. La mayoría de nuestras habitaciones están siendo utilizadas por oficiales, pero tenemos una habitación todavía abierta – James entregó el dinero para pagar la habitación por tres noches. Gerta le entregó la llave y le dijo el número de la habitación.

Antes de que se fuera, ella añadió una cosa más.

– El refugio antiaéreo más cercano está a cincuenta metros a la izquierda, frente a la puerta principal. Esos malditos asesinos vuelan aquí y dejan morir a gente buena y decente. ¡No entiendo por qué no se preocupan por sus propios asuntos y se van a casa! –

James hizo algunos murmullos apropiados de acuerdo y se despidió. Podía entender su punto de vista. La gente común de ambos lados de esta guerra no pidió esta muerte y destrucción. La mayoría de las personas mágicas y muggles solo querían vivir una vida en paz. Desafortunadamente, a veces para luchar contra el mal se hizo necesaria la guerra.

Llevando maletas llenas de ropa muggle normal y otros artículos de viaje hasta su habitación, James observó cuidadosamente a sus compañeros invitados mientras se abría paso por los pasillos. James entró en la habitación y cerró la puerta detrás de él. Dejando caer las bolsas muggles, James sacó su varita y lanzó algunas defensas sutiles. Los amuletos Note-Me-Not dirigidos tanto a los mágicos como a los muggles se colocaron en la habitación junto con una protección para amortiguar la capacidad del Ejército Oscuro de detectar cualquier magia utilizada en la habitación.