39.- De nuevo en casa

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12 de abril de 1997 - Hogwarts

Abrió los ojos y miró al techo. Un breve vistazo le dijo exactamente dónde estaba: el ala del hospital de Hogwarts. Y era como lo recordaba de su época en la escuela, no de cuando enseñaba aquí.

Reprimió un gemido cuando se dio cuenta de que la poción no había funcionado. No se había quedado en el pasado. El golpe en su cabeza por el impacto de las Bludgers no era nada comparado con el dolor emocional que estaba sintiendo.

– Hola, James – Lo saludó una voz familiar. – O supongo que debería decir Harry ahora –

Harry respondió sin abrir los ojos.

– ¿Qué pasó, Albus? Pensé que la poción funcionaría. ¿Y por qué Madame Pomfrey no me está metiendo pociones en la garganta? –

– En cuanto a su primera pregunta, he enviado a buscar al joven Tom para discutir eso con usted. En cuanto a la segunda, me temo que he expulsado al personal del hospital en protesta hasta que se recupere. ¿Planea abrir los ojos? –

Harry abrió los ojos y se dio la vuelta para mirar al Dumbledore sentado. Harry sonrió levemente.

– Has envejecido desde la última vez que te vi –

Albus se rio entre dientes.

– Me atrevo a decir que sí. Han pasado más de cincuenta y dos años desde la última vez que te vi –

Las puertas de la enfermería se abrieron para admitir dos figuras. La vista hizo que Harry gimiera, Fudge y 'Weatherby'. Harry simplemente se dejó caer sobre su almohada.

– ¿Es este el joven que interrumpió el partido de Quidditch hoy? – Preguntó Fudge. – ¡Ese fue un evento muy importante que interrumpiste hoy! ¡Haré que te coloquen en Azkaban para esto! –

– Oh, vete al infierno, Fudge y llévate a Weatherby contigo – Gimió Harry.

Percy Weasley parecía indignado.

– ¡¿Cómo te atreves a hablar con el Subsecretario de Juegos y Deportes de esa manera?! Te haré saber... –

La cabeza de Harry se disparó.

– ¿Subsecretario? ¿No es usted el ministro? –

La pregunta detuvo la perorata de Weasley y provocó que los ojos de ambos lacayos del Ministerio se desorientaran.

– ¡No, yo no soy el Ministro! – Fudge farfulló.

– Ése sería yo –

Harry se giró para ver a un mago alto, de cabello oscuro y ojos azules entrar en la habitación. Parecía de unos setenta años y la plata apenas tocaba las sienes de su cabello castaño. Harry puso una cara larga.

– ¿Tommy? – El mago sonrió y asintió.

>> ¿Eres el Ministro de Magia? – De nuevo el asentimiento.

Harry echó la cabeza hacia atrás y dejó escapar un gemido quejumbroso.

– ¡Después de todo eso, Tommy, todavía te volviste oscuro! – Fudge y Weatherby hicieron ruidos de protesta cuando Tom y Albus comenzaron a reír.

Harry se sentó para burlarse del hombre mucho mayor que era su hijo.

– Enviaste a esos dos aquí para que me liquidaran, ¿no? –

Tom sonrió.

– Culpable de los cargos. En realidad, he estado planeando esto durante al menos cinco años. Sin embargo, no esperaba que llegaras en medio de un partido de Quidditch. ¡La expresión de tu rostro valió la pena! –

Destinos AlteradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora