Destinos Alterados

29.- El Duelo

9 de abril de 1942 - Hogwarts

Tom se reclinó contra su silla y observó con gran satisfacción cómo el escudo de Nott se hacía añicos bajo la avalancha de hechizos. El chico de cuarto año de Slytherin se vio obligado a adoptar una postura puramente defensiva. Nott esquivó los primeros tres hechizos mientras intentaba restaurar sus escudos.

No tendría esa oportunidad.

– ¡Antiea Numinus! –

Un hechizo de color púrpura brillante atrapó al niño en su muslo izquierdo. Instantáneamente cayó al suelo mientras perdía toda la sensibilidad en sus piernas. Nott extendió las manos en un vano esfuerzo por recuperarse antes de caer al suelo del duelo. El joven mago no se dio cuenta de que su varita había sido convocada hasta que ya estaba tirado en el suelo y quiso neutralizar la maldición. Al darse cuenta de que era inútil, Nott señaló su rendición.

El instructor de Duelo se acercó con una pequeña sonrisa en su rostro. Silenciosamente eliminó el maleficio con solo un gesto de su varita.

– Bien hecho, Sr. Nott. Sus defensas están mejorando – Ayudó al niño a levantarse y luego se volvió hacia el otro lado de la colchoneta.

– Una victoria de lo más impresionante, Sra. Parkinson. Usar un encantamiento entumecedor en un duelo es una idea interesante. Sin embargo, si el Sr. Nott hubiera podido levantar incluso el escudo más básico, habría sido bloqueado –

– Sí, profesor Evans – Reconoció la bruja. – O podría haberlo golpeado en la cabeza y tampoco haber tenido ningún efecto –

Tom recurrió a su entrenamiento en Oclumancia para evitar reírse por el comentario de Laura. Nott parecía desgarrado mientras la ira, la vergüenza y la culpa parecían luchar en su rostro. Al ver a su mejor amigo, Tom tuvo que esforzarse más para contener la risa.

Desafortunadamente para Nott, nadie más en la clase estaba recibiendo entrenamiento en el Arte de la Mente. Los de cuarto año de Slytherin y Ravenclaw sentados alrededor del área de duelo no hicieron ningún esfuerzo por ocultar su diversión por el espectáculo que ocurrió ante ellos.

Con solo una leve sonrisa para indicar su diversión, James despidió a la clase por la tarde.

Nott aceptó su varita de manos de su maestro y regresó a su asiento para recoger sus libros. Tom lo vio arrojar su libro, pluma y pergaminos en la bolsa. Tom pudo ver que su amigo quería explotar pero se negó a hacerlo en ningún tipo de lugar público.

– Hubiera sido una mejor idea haber recordado su cumpleaños, Romeo –

Nott hizo una pausa en su enojo para mirar a Tom.

– ¿Quien? – Luego rechazó su pregunta con un gesto. – Otra de tus referencias Muggles otra vez. Sí, sé que debería haber recordado su cumpleaños. ¡Pero tuve un examen de Runas Antiguas ese día y tuvimos práctica de Quidditch! ¡Han pasado dos semanas! Pensarías que lo superaría –

– ¿Has pensado en disculparte? –

– ¡Lo hice! ¡Estuviste allí en el desayuno! –

Tom resopló.

– Amigo, solo le dijiste "Lo siento, ayer estuve muy ocupado", no te disculpaste, le diste excusas –

– ¡Gracias por el consejo del Gran Romántico! Me di cuenta de que tienes un problema para encadenar dos oraciones coherentes alrededor de Mary. Xurana parece distraerte un poco también. ¡Preocúpate por tu propia vida amorosa y mantente fuera de la mía! –

Tom vio a su amigo alejarse con una mirada de desconcierto en su rostro. Nunca había sabido que Nott explotara de esa manera. Normalmente, su compañero Slytherin trabajaba para mantener el ideal de Slytherin de proyectar un control frío y superioridad. Ahora parecía estar explotando como un Gryffindor.