one shorts de ZoroxRobin.

#37

-¿Por qué no puedo verla?- preguntó Zoro molesto cruzándose de brazos, miró a Nami encogerse de hombros y pasarle el traje a Luffy antes de caminar hacia la puerta.

-Por qué es una boda, espera a verla hasta la ceremonia.- le guiño un ojo y salió de la habitación dejándolo sólo, el peliverde bufo molesto y acepto el traje que su capitán le dio.

-Debes dejar a Nami organizar esto, ella es feliz haciéndolo.- Hablo el rubio acercándose al peliverde y sentándose en un sofá cercano, como de costumbre, el rubio ya llevaba su impecable traje.- Y apuesto que Robin también está emocionada.

-¡Robin se veía muy feliz! Cuando fuimos a elegir el vestido...- Luffy fue silenciado por Brook antes de que revelará las características del peculiar vestido de la morena, Zoro elevo la ceja y se cambio la ropa.

Principalmente Zoro y Robin habían planeado casarse a escondidas de todos, pero tan pronto como Franky los escucho hablar de una boda secreta fue y contó a todos para organizarles una gran boda.

No sería algo muy grande, serían solamente los integrantes de la banda en un pequeño pueblo de una isla muy tranquila para evitar ser sorprendidos.

Todos estaban juntos en una habitación del barco preparándose para la ceremonia, Nami se había llevado a Robin desde el día anterior para que no se viera con Zoro hasta la ceremonia, por que ella sabía que si fuera por sus compañeros ellos hubiesen permanecido juntos.

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Zoro estaba muy nervioso, estaban en un patio con alberca que se encontraba finamente decorado con blanco y mucho negro, el lugar era muy bonito, pero sin duda él estaba buscando ver a algo a ver algo aún más bonito, él quería ver a Robin.

Se escucho la música ser entonada por Brook, Zoro se giró emocionado y se encontró a Nami corriendo apresurada gritando que todos huyera por que la marina estaba llegando.

Zoro maldijo mirando a todos ponerse de pie, el hombre que iba a casarlos miró con pánico como todos huían y luego entró Robin.

Llevaba un vestido negro ajustado y muy largo, el velo cubría hasta el suelo y los zapatos negros abandonaron su cuerpo cuando tomo la mano del peliverde y comenzó a huir junto con él.

Robin soltaba risas muy emocionadas mientras corrían rápidamente, hasta que Zoro la tomó entre sus brazos y comenzó a correr aún más rápido, aunque perdiéndose entre los árboles que crecían y crecían mientras se adentraban más al bosque.

Una rama que no fue vista los hizo caer al suelo, Robin cayó sobre las piernas de Zoro, él le sonrió mirando como habían caído enredados dentro del velo, Robin pasó ambas manos por el cuello del peliverde y se acercó un poco.

-¿Aceptas ser mi esposa?- preguntó él sacando los anillos de su bolsillo, Robin asintió lentamente elevando su mano y dejando que el peliverde le pusiera el anillo.

-Y supongo que tú aceptas ser mi esposo, ¿cierto?- Pregunto ella tomando el otro anillo entre sus dedos y observando la mano del peliverde, él extendió su mano y acepto el anillo que la morena colocó en su dedo.

Ambos sonrieron y sellaron el íntimo y simbólico momento con un beso, al separarse se miraron a los ojos.

-¿Es esta la boda que esperabas?- Preguntó sonriendo Zoro, Robin le guiño un ojo y acaricio su rostro con las yemas de sus dedos.

-Todo lo que sea contigo es más de lo que podria esperar jamás.- Susurró ella sonriendo, Zoro la abrazo con mucha fuerza y se puso de pie, dejándola que sus pies tocaran el suelo.

-¿Quieres bailar? Nadie nos ve, somos sólo nosotros dos.-Zoro extendió la mano y Robin la tomo entre risas mientras aceptaba la mano de su ahora esposo y comenzaban a bailar entre los árboles.

Era un momento íntimo y muy especial para ambos, ellos sabían que se amaban y que estaban dispuestos a todo para hacer que su amor continuará presente el resto de sus vidas y ante toda situacion.

Zoro miraba a Robin como lo más preciado que tenía en su vida, aún no comprendía como había pasado de no tener nada a tener a todos sus nakamas... Y a tenerla a ella.

Y Robin sonreía como niña pequeña pensando en que ahora su familia estaba iniciando, por el momento eran ellos dos, y ella estaba encantada con la idea de no ser solamente ella, ahora era ella y su esposo, Zoro, el hombre más irritante y enojon del mundo, pero era su hombre.

El amor de su vida.

Y esperaba que nunca tuviera que separarse de él.

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Holaa, estuve muy desaparecida por que la universidad me tiene hasta el cuello con trabajos, espero poder ponerme más al corriente pronto actualizando todas las que tengo en borrador.