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-Joder, ¡hoy faltaron  cinco meseros!- Sanji llegó limpiando sus manos con un gesto de preocupación, Zoro lo miró estirando las piernas en la pequeña silla y miró a Luffy, quien se encogió de hombros.- Es catorce de febrero, ¡todo esta hasta el tope! No sé cómo demonios haremos para atender las mesas.- retiro la red de su cabello rubio, mismo que cayó libremente y cubrio uno de sus ojos.

-Es catorce de febrero, tienes amigos casi tan solo solitarios como tú, ¿por qué no nos dejas ayudarte?- hablo Luffy sonriendo mientras dejaba sobre la mesa el menú.

-Conocemos cada platillo del maldito menú por que hemos venido a comer aquí desde que teníamos doce años.- habló Zoro dejando su menú sobre la mesa.- Sólo danos uniformes y nos encargamos, podemos hablarle a Ussop y decirle que le llame a esa tal Nami por que la que suspiras.

Inmediatamente los ojos de Sanji se iluminaron y asintió rápidamente, sacó su teléfono celular de la bolsa trasera de su pantalón y marcó los dígitos que se sabía de memoria, el número de Nami.

-Denme un momento, iré a hablar con ella.

Sanji era un cocinero nato, desde muy pequeño fue amante de las cocinas y del estresante ambiente que se vive dentro de ellas, por lo que no era de sorprender que a sus escasos veinte años fuera alguien tan sorprendente a la hora de manejarse en las cocinas, menos cuando te enterabas que su padre era un reconocido chef que se encargo de enseñarle todo lo que sabía desde que Sanji nació.

Rubio natural, con unos despampanantes ojos color miel y una sonrisa increíble, Sanji era un sueño.

Luffy, determinado joven que había emprendido el sueño de ser el mejor del mundo en cualquier cosa que se propusiera, por ahora estaba enfrascado en ser un gran aventurero, llevando consigo a Zoro y Sanji para hacer más llevaderas las aventuras, era un chico de cabello negro y piel morena clara, sus ojos color café eran de un tono exquisito, pues eran lo suficientemente claros para que el brillo en ellos siempre deslumbrara, llevaba una cicatriz debajo de su ojo izquierdo, un gran recuerdo de su infancia.

Por otro lado estaba Zoro, el joven malhumorado y deportista con el cabello color verde y tres pendientes colgado de su oreja izquierda, sus ojos eran de color gris, un gris tan obscuro y frío que podía pasar por negro con mucha facilidad, aunque claro, nadie se lograba acercar sufiente a su rostro como para poder notar su verdadero color; Zoro era deportista de tiempo completo, dominaba varias categorías de distintos deportes, aunque su principal ambición era ser espadachín, entrenar con algo tan peligroso como lo eran las katanas lo hacía sentir lleno de vida y adrenalina, aunque el boxeo también lo mantenía muy entretenido, ¿cicatrices? Por todo el cuerpo, resultado de sus entrenamientos exhaustivos con armas peligrosas, un hombre que solía estar aislado, sólo con sus dos grandes amigos.

Sanji regreso sonriendo mientras bailaba un poco emocionado, Luffy sonrió al ver la alegría de su amigo.

-¡Nami ha dicho que vendrá a ayudar!- sonrió y coloco un cigarrillo entre sus labios, la señal de que saldrían todos para que pudiera fumar.- Dijo que le diría a Ussop y que traería a su hermana y una amiga que ha venido desde muy lejos.- dio una calada tras encender el cigarrillo.- Y me ha dicho que solamente me pediría luego que cocine para ella y sus amigas, así que yo encantado.

-¿A que hora abren al público?- preguntó Zoro cruzando sus brazos y recargandose en la barandilla del pequeño balcón, ya que se encontraban en el segundo piso del establecimiento.

-En una hora y media, estamos sacando pedidos y atendiendo eventos privados desde muy temprano, te sorprenderías la cantidad de personas que han reservado pedidos desde muy temprano, nuestros organizadores de eventos están muriendo, muchos desayunos y sorpresas planeadas para hoy con pocos minutos de separación.- dio una profunda calada al cigarrillo.- Nami dijo que su hermana y Ussop aseguraban saber el menú, entonces queda la amiga que traera, no la conozco pero como no sabe el menú, podría ponerla de ayudante de mesero, tal vez con Nami o contigo.- señaló al moreno que sonrio mientras tenía entre sus labios un cigarrillo, mismo que se encargaba de solamente mordisquear.

one shorts de ZoroxRobin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora