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Chris había puesto su casa para los ensayos de la banda porque sus padres salían y tenía equipo, así que fui a la tarde siguiente y le pedí a Sam que me acompañara.

—¿Me vas a cantar algo? —preguntó Sam.

—No canto —le dije mientras tomábamos el bus hacia allá.

—Ay, anda.

—Sam, no canto.

Sam me pidió que le cantara durante todo el trayecto, aunque mi respuesta siempre fuese no.

Al llegar, notamos que era una casa gigantesca, Chris salió a recibirnos entusiasmado, Becca estaba en la puerta, Bora y los gemelos ya estaban adentro.

—¿Listo para hacer arte? —preguntó Chris.

—Claro —contesté.

Chris saludó a Sam y entonces entramos. Justo después de nosotros, llegó Bianca. Chris la miraba con ojos de enamorado o por lo menos eso noté porque cuando salió del auto de sus papás, él corrió a recibirla. Saludamos a los demás y conecté la guitarra. Sam se jaló una silla para vernos y Becca se le unió.

Tardamos un rato en conectarnos y afinarnos, sobre todo porque Chris no dejaba de tocar la batería en el intermedio, intentando quizá impresionar a Bianca. Ella reía de los chistes de él.

Bora improvisaba unos ritmos increíbles, pero por casi media hora estábamos cada quien por su cuenta, Sam y Becca platicaban, hasta que se hartó y nos calló a todos.

—¿Van a tocar algo o...?

—Sí, sí —interrumpió Chris—. ¿Ya todos listos?

Todos asentimos. Bianca pasó al micrófono. Y... no hicimos nada. Sam se golpeó la frente con la mano.

—¿Y...? —cuestionó.

—¿Qué tocamos? —preguntó Chris.

—¿Música? —interrogó Bianca.

Sam y yo nos miramos burlándonos del comentario.

—O sea, sí. ¿Pero qué? —pregunté.

—¿Algo de Coldplay? —preguntó Chris.

Los gemelos empezaron a tocar Clocks.

—Eso funciona para mí —dije.

—Igual —dijo Chris.

—Igual —mencionó Bianca.

—¿Puedes, Bora? —preguntó Chris.

Bora puso los ojos en blanco sarcásticamente y sacó un ritmo bastante animado para la canción. Asentimos y empezamos a practicar.

Después de ese cover, vino otro y otro. Sam nos miraba como si fuera una fan y aplaudía gritando al final de cada canción. Claro, en cada vuelta, le agregábamos arreglos nuestros, cosa que no era tan difícil teniendo a Bora con nosotros.

Después de un rato, Chris paró el ensayo y nos dijo que nos sentáramos en la sala.

—Yo quiero con esto... Ya saben, llegar lejos, tomarme esto de la música en serio —dijo Chris. Asentimos—. Mierda, no sé a dónde va esto.

Reímos.

—Estoy contigo —dije.

—Yo igual —dijo Bora. Los gemelos asintieron de nuevo estando de acuerdo.

—Estaría cool —dijo Bianca, aunque no sonaba muy convencida.

Sam aplaudió emocionada. Chris sonrió.

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