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Un mes después, Chris me convenció de ir con él a una fiesta cerca de la escuela, para distraerme. Allí, llamó a las chicas que ya nos esperaban adentro, las buscamos y las encontramos por la barra de bebidas. Saludé a Becca que estaba extrañamente alegre y después a Sam. Nos abrazamos muy fuerte.

-¿Estás bien? -preguntó Sam.

-Creo -dije.

Nos sentamos todos juntos a conversar y conforme pasó la tarde, noté que Chris sí miraba más a otros chicos y que Sam realmente me miraba a mí. Becca sonreía como boba y estaba más animada de lo normal, llegué a pensar que estaba ebria.

Todo iba bien y, ahí, llegó ese momento, en que nos dimos cuenta de que todo estaba cerca de terminar, ese mismo sentimiento que habíamos tenido en Navidad, pero que hoy cobraba un color más vivo. Dejamos las bebidas en la mesa y nos pusimos a bailar con la música para que los momentos juntos duraran más tiempo.

Ninguno de nosotros era especialmente bueno en eso y, de hecho, quizá éramos más bien patéticos, pero de pronto, nada de eso importaba y ahí estábamos, solo los cuatro, disfrutando un momento que por fuera parecería gracioso y, al mismo tiempo, vano..., pero por dentro, era distorsión temporal, era el principio y el fin, era el presente y todo lo que importaba. Y entonces me olvidé de perderlos, de lo mucho que extrañaba a Grace, de mi miedo a crecer, de la música, de todo... Solo había aquí y ahora.

No teníamos ritmo y eso nos provocaba risas entre todos, luego nos empujaron Becca y Chris a Sam y a mí para que bailáramos juntos; era pésimo. Y ella más.

Sam me miró y después me dio una vuelta, luego yo otra a ella, nos acercamos...

-Te quiero -dijo Sam en silencio y con los labios.

-Te quiero -contesté de igual manera.

-Lo sé -rio.

Entonces, por un instante nos acercamos más, nariz con nariz, Sam se veía lindísima. Lindísima, ¡joder!

Y... sentimos la mano de Chris en nuestros hombros invitándonos a ver algo, volteamos al mismo tiempo.

-¿Ya vieron a Becca? -dijo Chris emocionado.

Ella estaba flirteando con un chico de universidad y estaban bailando juntos muy pegados.

-¡Venga, Becca! -gritó Sam.

-¡Esa es mi amiga! -gritó Chris.

Yo me limité a reír. Se veían bien y Becca sonreía como nunca.

-Era el que le gustaba. ¿No? -preguntó Chris.

-¿Qué? -pregunté yo.

-Sí -contestó Sam. Los miré sintiéndome excluido, pero, de nuevo, Becca no hablaba mucho.

-Su crush -dijo Sam.

-A mí solo me contó Becca -se defendió Chris.

De pronto, Becca y el chico se besaron.

-¡Woo! -grité. Luego Chris y Sam me siguieron el juego.

Becca y su chico se pusieron algo rojos, aunque eso no los detuvo para seguir en lo suyo.

-Voy a buscarme una chica, ya que ustedes dos... -dijo Chris bromeando. Y se fue a la fuente de sodas.

-No le creo -dijo Sam.

-No sé por qué, pero yo tampoco -contesté.

Soltamos una carcajada al mismo tiempo. Sam se puso seria un segundo, noté que realmente no todo estaba bien y, bueno, siendo sincero yo tampoco estaba del todo bien.

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