Llegué a la casa después de ese día de escuela, Sam se había ido a la suya y noté que había un paquete en una caja de cartón en la mesa de la casa. Dana estaba en su habitación y me di cuenta de que no tenía nombre, así que me dio curiosidad abrirlo; casualmente, sí era para mí. Eran tres cosas, la primera era muy fácil.
Estaba mal envuelta en papel y tenía una Post-it pegada a ella. «Termina lo que empezamos. PD: Me van a matar por esto, pero igual la iban a regalar». Era su computadora... La segunda cosa, eran unos audífonos, los mismos que habíamos utilizado Grace, Bianca y yo cuando grabamos; y, la tercera, el micrófono. Saqué con cuidado la computadora y me quedé pasmado, era un regalo bastante caro y, aunque Chris era muy adinerado, esto era loco. Loco, con L mayúscula.
La encendí, la sesión ahora se llamaba Jace y estaba bloqueada por contraseña, algo me dijo que la conocía. «S-A-M-A-N-T-H-A». Código incorrecto, pensé más fuerte. «S-A-M». Se desbloqueó la sesión y había dos carpetas en el escritorio: «Música» y «S&K».
Abrí la segunda primero. Cerré los ojos un segundo e inhalé hondo, había unas cincuenta fotografías o más, la mayoría de la escuela y las demás de la cafetería de Noel o de ensayos; las habían tomado Chris y Becca a escondidas. Abrí la primera, era del primer día que estuvimos los cuatro juntos, Chris nos había tomado a Sam y a mí una foto cuando estábamos discutiendo. Se me aceleró el corazón. La segunda era de un ensayo en la escuela, en la que Sam me abrazaba el brazo. La tercera en clases, platicando y sonriendo ambos. Cada una era más reconfortante que la anterior y cuando me di cuenta, iba en la foto número cuarenta y cinco y Dana me miraba desde atrás.
-Te dije -rio burlona.
-¿Qué?
-Que ibas a terminar enamorándote de ella.
-No estoy... -suspiré-. Okey, sí, me encanta.
-Ajá -rio-. ¿Y esa computadora?
-Me la dio un amigo.
-Guau, quiero un amigo así.
Después abrí la carpeta de música, estaban todos los archivos de nuestras canciones, desde la primera hasta las incompletas, las que Chris había hecho solo y que nosotros no habíamos ni escuchado, todas tenían un canal de audio listo para meter mi voz y cumplirle la promesa a Chris. Iba a cerrar el directorio cuando vi algo que me dejó algo perplejo... «Sam's Song». Era una carpeta como todas las de los archivos, pero esta traía un MP3. Lo abrí y entonces algo me heló la sangre.
Sonó una guitarra eléctrica sin distorsión, una batería electrónica, un bajo simple y un piano, este hacía unas figuras en las escalas agudas. Sonaba increíble y supe, sin tener que escuchar lo que venía, lo que era. Sonó mi voz cantando y a la primera línea, me vino a la cabeza de nuevo aquella vez que había intentado escribirle su canción a Sam. Era la letra que habíamos intentado hacer Chris y yo, y ahora es que entiendo que había tenido su micrófono activado todo el tiempo.
Respiré. Llegó el coro y entonces supe que tenía que mostrárselo a Sam. No podía quitarme su sonrisa de la cabeza, sus bromas, su manera de tontear y hasta los momentos violentos que había tenido, mi mente se manchaba de acuarelas, plumones y óleos que eran lanzados con toda la energía del mundo contra mí. La canción sonaba a ella, y sonaba a mí, y entonces lo supe, sonaba a los dos.
-¿Qué es eso? Se oye hermoso -cuestionó Dana acercándose más.
-Eso... Eso es la canción de Sam -contesté.
-¿Le escribiste una canción? -preguntó impresionada.
-Creo que sí -dije falto de aliento.
-Y también quiero un novio así, o como los que pegan carteles en toda la ciudad para enamorar. Ya de esos no hay.
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Preguntas Frecuentes
Teen FictionEste no es tu típico cliché de friends to lovers, en realidad Sam y yo no podríamos ser más diferentes y solo somos amigos por esto del Apocalipsis Zombi. ¡De verdad! Nada ocurrirá entre nosotros. Como decía, este es mi último año de preparatoria...