Con el corazón en la mano, respiro hondo mientras se detiene el autobús y me pregunto el siguiente paso en mi plan. Me paro nervioso y me cuelo entre la gente que sale en fila; no pasa mucho y entonces me encuentro rodeado en la oscuridad, en el negro absoluto de la noche.
Agarro el celular, con las manos temblorosas y pongo el dedo para desbloquearlo, pareciera que el proceso de abrir una aplicación es eterno y le doy a «contactos»; respiro hondo, muy hondo y deslizo la yema de mi dedo pulgar hacia arriba para poder encontrar a Sam en la lista, su foto de perfil la tiene conmigo.
Le doy un toque al botón de teléfono y se me va la respiración al primer pitido de marcado, mi corazón empieza a sentirse latir más fuerte dentro de mi esternón y una sensación de emoción y adrenalina recorre cada centímetro de mi cuerpo, como un escalofrío, que llega desde las uñas de los dedos de los pies hasta el cuero cabelludo.
-¿Hola? -pregunta Sam, contestando el teléfono, puedo notar que su expresión no se encuentra del todo bien y, aunque ya la había escuchado quebrar la voz, esta vez todo suena definitivo.
-Hola.
-¿Cómo...? ¿Cómo estás?
-Estoy loco por ti. ¿Y tú? -contesto.
Puedo escuchar a Sam en el fondo soltando una carcajada y luego un suspiro hondo, que deja la línea en silencio y que me pone la piel de gallina, percibo su respiración del otro lado de la llamada y, aunque quiere decir algo, se rinde.
-Yo también estoy loca por ti -no está de frente a mí, pero puedo imaginar cómo se le escapan las lágrimas de los ojos y se escucha en su respiración que se siente igual que yo.
Experimento un vacío absoluto en mi pecho.
-¿Qué ves por tu ventana? -pregunto.
-¿Qué? -pregunta Sam aún triste.
-Sí, de tu casa, de tu cuarto. ¿Qué hay enfrente?
-Hay un pequeño parque y más casas, al otro lado, una panadería que está cerrada.
-¿Hacen buen pan?
-Decente, diría yo -ríe-. ¿Por qué?
-Porque quiero cerrar los ojos e imaginar que estoy contigo.
Sam no dice nada y se suelta a llorar.
-Perdóname por no decirte nada -ruega.
-Perdóname a mí, Sam. Debí serte honesto -digo, también respirando más y más rápido, aún enfrente de la estación de autobuses.
-Te hubiera besado -dice, entre exhalaciones ahogadas.
-Te hubiera besado -repito-. No es muy tarde. ¿O sí?
Sam no sabe qué contestar, lo noto porque tarda en decir cualquier cosa y trata de tranquilizarse.
-Hubiéramos sido una pareja genial. Te amo.
-Te amo -contesto.
-Debo irme, me voy a bañar y luego iré a dormir. Te marco cuando salga. ¿Sí?
-Sí.
-Adiós.
-Adiós, Samantha.
En ese momento, no tengo alternativa y me acerco a un conductor de taxi.
-Necesito encontrar un vecindario con un parque y una panadería.
El señor se me queda viendo extrañado, pero luego ríe.
-Tengo que encontrar al amor de mi vida.
Él asiente.
-Súbete -me dice.
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Preguntas Frecuentes
Teen FictionEste no es tu típico cliché de friends to lovers, en realidad Sam y yo no podríamos ser más diferentes y solo somos amigos por esto del Apocalipsis Zombi. ¡De verdad! Nada ocurrirá entre nosotros. Como decía, este es mi último año de preparatoria...