Capitulo 25 ULTIMOS CAPITULOS

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Caminó rápidamente hasta la cafetería en la que solía almorzar. Ocupó su
taburete habitual junto al mostrador y pidió un desayuno completo, aunque lo último
que le apetecía en aquellos momentos era comer.
Mientras esperaba a que le sirvieran la comida dio un sorbo a su café,
preguntándose por qué habría sido tan cruel con  ella el destino. Solo había amado a
tres hombres en su vida: a su hermano, a su padre... y a Kendall.
Aunque ella hubiera sido Atila, sabía que Brian la habría querido. Prácticamente
lo había criado. Entre ella y su hermano había un lazo que nadie podría romper nunca.
Pero cuando su padre los abandonó se quedó totalmente destrozada. Él era su
héroe, el hombre más importante de su vida, y nunca comprendería cómo podía
haberlos dejado con tanta facilidad.
Pensándolo mejor, se dio cuenta de que Kendall y su padre tenían mucho en común.
Su padre era un hombre muy atractivo, capaz de ganarse a cualquiera. Y también era
ambicioso, como Kendall. En su profesión de vendedor de seguros, no tenía competidor.
Cuando se fue, se llevó consigo la mitad del corazón de ________. Y Kendall le había
robado la otra mitad, dejando en su pecho tan solo un vacío.

..*..

Kendall le había dicho a ________ que la quería y ella se había ido a almorzar. Pero lo
absurdo de la situación no lo hizo reír.
Se sentó en su silla y apoyó pesadamente la espalda contra el respaldo. Sabía que
había hecho mal engañando a Brody y a Barbara, y a las otras parejas, en Mustang. Lo
sabía, y sin embargo lo había hecho, y estaba pagando el precio por ello.
Después de haber estado mintiendo ante ________ sin pestañear, ¿cómo iba a
convencerla de que la quería de verdad? ¿Cómo iba a recuperar su credibilidad ante
ella después de haberla sacrificado en beneficio de su negocio?
Tenía que hacer algo. No podía quedarse allí sentado sin hacer nada.
A almorzar. ________ se había ido a almorzar. La encontraría, proclamaría su amor
una y otra vez, hasta que lo creyera.
No podía admitir que ella no lo quisiera, aunque solo fuera un poco. Habían
compartido demasiados momentos íntimos como para creer que era completamente
indiferente. Él la había besado, pero ella le había correspondido. Sin duda, lo había
besado porque sentía algo por él.
Con renovada confianza, salió de la oficina. Pero, una vez fuera, frunció el ceño,
confundido. ________ había sido su secretaria durante dos años y él ni siquiera sabía
dónde solía ir a almorzar.
¿Habría ido en coche o andando? A la izquierda del edificio había varios
restaurantes de comida rápida. A la derecha, un restaurante normal y otro italiano.
El restaurante normal, decidió. Caminó rápidamente por la acera, con el corazón
latiéndole de anticipación. Tenía que hacerle comprender. De algún modo, tenía que
conseguir que lo creyera.

Entró en el restaurante y miró a su alrededor. Su corazón latió aún más deprisa
al ver a ________ junto a la barra. Por un momento permaneció donde estaba, mirándola.
¿Cómo era posible que hubiera tardado tanto en fijarse en ella? Una semana
antes no habría sido capaz de recordar sus rasgos, y en aquel instante sería incapaz
de olvidar nada de ella. ¿En qué había estado pensando aquellos dos últimos años?
________ estaba mirando su plato, moviendo la comida de un lado a otro con el
tenedor. Kendall se fijó en la elegante curva de su cuello, en la recatada posición de sus
piernas. Su corazón se llenó de ternura, una ternura que nunca había sentido.
Cuando el hombre que estaba sentado junto a ella se levantó, Kendall ocupó el
taburete.
—________ —dijo.
Ella lo miró con expresión de incredulidad.
—No puedo creerlo. ¿Qué haces aquí?
—Me gusta comer con la mujer a la que amo —replicó Kendall, disfrutando con el
rubor que cubrió las mejillas de ________—. ¿Sabes lo a menudo que te ruborizas y lo
encantador que resulta?
—Estás loco —replicó ella—. Has perdido por completo la cabeza.
—No estoy loco, estoy enamorado —dijo Kendall, y a continuación giró en el asiento
para encarar a los demás comensales—. ¡Estoy enamorado! —gritó, sorprendiendo a los
clientes—. Estoy enamorado de esta mujer y ella no quiere darme la más mínima
oportunidad.( awwwww)
—Si tú no lo quieres, querida, yo me lo quedo —bromeó una mujer mayor,
guiñando un ojo a Kendall.
—Vamos, dale al menos una oportunidad —dijo un hombre que estaba sentado a la
barra.
________ bajó de su asiento y corrió hacia la puerta.
—¡Eh! —exclamó la camarera—. ¡Aún no me ha pagado!
Kendall sacó un par de billetes de su chaqueta, los dejó sobre el mostrador y
corrió tras ________.
—¡Espera!
No podía creer lo rápido que se había movido. Tuvo que correr a toda velocidad
para alcanzarla.
—________... por favor —la tomó por el brazo. Ella se liberó de un tirón y luego se
volvió hacia él.
—No sé por qué estás jugando a esto, Kendall, pero no va a funcionar —él vio el
brillo de las lágrimas en sus ojos y lamentó de inmediato sus impulsivos actos.
—Lo siento si te he avergonzado —dijo, suavemente—. He pensado que tal vez
me creerías si lo decía en alto y delante de otras personas.
—Desde luego que me has avergonzado —dijo ________, apartando una lágrima de
su mejilla.
—Eso era lo último que pretendía —dijo Kendall, sinceramente. Cuando ________
volvió a caminar, él la siguió, buscando frenéticamente algo que decir... cualquier cosa
que sirviera para convencerla de que era cierto que estaba enamorado de ella.
—________... sé que mentí a Brody, pero ahora no estoy mintiendo.
—No solo mentiste diciendo que estábamos casados. ¡También les dijiste que
estaba embarazada! —lo acusó ________.
—Y creo que deberíamos seguir juntos por el bien del bebé —bromeó Kendall. Su
corazón se encogió al ver que su broma no había servido para animar a ________—. Si con
ello consigo que me creas, estoy dispuesto a decirle a Brody que todo fue una farsa.
—No seas ridículo —le espetó ________—. No quiero que corras el riesgo de
perderlo como cliente.

Cuando llegaron a la entrada de la oficina, se volvió y miró a Kendall. Los ojos de
________ revelaban una emoción que él no pudo discernir; tal vez pesar, o tristeza, o una
mezcla de ambas.
—Lo único que quiero es que me dejes hacer mi trabajo durante estas dos
semanas, que no me niegues que me quede y que no me digas que me quieres. Necesito
un cambio en mi vida, y nada de lo que digas podrá hacerme cambiar de opinión.

Kendall no sabía qué decir. No quería dejar que se fuera. No quería hacer lo que le
decía, pero tampoco quería hacerla infeliz.
Suspiró y se pasó una mano por el pelo.
—De acuerdo —asintió, finalmente—. Te dejaré trabajar tranquila y no volveré a
decirte que te quiero durante el resto del día —la expresión de ________ mostró un
evidente alivio mientras él abría la puerta de la oficina—. Pero sólo por hoy —añadió—.
No puedo garantizarte nada respecto a mañana.

Se Busca Esposa (Kendall y Tu) TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora