No tardaron mucho en deshacer el equipaje. Kendall ocupó los dos cajones
inferiores de la cómoda y el lado izquierdo del armario.
_______ se quedó con los dos cajones superiores y con el lado derecho. Resultaba
extrañamente íntimo ver la ropa de los dos colgando en el interior.
—Menos mal que me dijiste que preparara un equipaje informal —dijo ella,
mientras colocaba unos vaqueros en el cajón.
—¿Por qué?
—Porque si esto hubiera sido más formal, no habría podido traer la clase de ropa
que sin duda utilizaría la esposa de Kendall Schmidt.Kendall se sentó en el borde de la cama y le sonrió.
—¿Y qué ropa crees que utilizaría mi mujer?
_______ se encogió de hombros, deseando que se levantara de la cama, deseando
que no fuera tan atractivo. Toda aquella situación resultaba obscena mente íntima, y
lamentaba haber aceptado formar parte de ella.
—Seda —contestó—. Mucha seda, trajes de moda y vestidos vaporosos. Estoy
segura de que tu mujer sería muy elegante y seguiría la última moda.
—Me alegra que puedas imaginarte a mi mujer con tanta facilidad. Yo no puedo,
desde luego —Kendall se levantó y fue hasta la ventana—. Nunca he deseado una esposa, y aún no he encontrado a ninguna mujer que me haya hecho cambiar de opinión.—¿De qué tienes tanto miedo? —_______ formuló la pregunta sin pensárselo dos
veces.
Kendall se volvió a mirarla con expresión divertida.
—Qué típicamente femenino decir eso. Solo porque no quiero casarme asumes
que tengo miedo al compromiso, o que temo la intimidad, o que hay alguna otra
explicación seudo psicoanalítica.
—Tienes razón. Te estaba concediendo el beneficio de la duda. La verdad es que
probablemente eres demasiado egoísta y estás demasiado centrado en ti mismo como
para querer compartir tu vida con alguien —_______ se cubrió la mano con la boca,
horrorizada por lo que acababa de decir.
Kendall se quedó mirándola y su boca esbozó una media sonrisa.
—Probablemente esa sea la valoración de mi carácter más sincera que me han
hecho nunca.
—Yo... lo siento, pero me había enfadado.
Kendall alzó una mano.
—No lo estropees disculpándote, por favor —su sonrisa se ensanchó—. Y eres
muy buena juzgando el carácter de las personas. Soy egoísta y egocéntrico. También
soy testarudo y difícil, así que no puede decirse que tenga una personalidad muy
adecuada para el matrimonio.
—Si Brody pudiera oírte ahora...
—Menos mal que no puede —Kendall miró a _______ con gesto especulativo—.Supongo que eres una de esas románticas incorregibles que solo se sienten completas
compartiendo su vida con un hombre.
—Al contrario. No necesito un hombre para que colme mi vida —_______ siempre
había creído que su felicidad dependía de sí misma. No vivía esperando a que un
hombre la completara—. Sin embargo, con el tiempo sí me gustaría compartir mi vida
con alguien.
Apartó la mirada de Kendall , recordando todas las noches que había soñado estar entre los brazos de alguien, sintiendo el calor de otro cuerpo junto al suyo. Algún día no muy lejano esperaba compartir sus días y sus noches, sus sueños y sus decepciones con algún hombre especial.—No me preocuparía estar sola el resto de mi vida, pero no es lo que yo elegiría.
—Pues yo sí —replicó Kendall ._______ rió.
—Oh,Kendall , tú nunca estás solo. Pasas de una mujer a otra sin apenas respiro.Él la miró, sorprendido.
—Pero siempre me siento solo —frunció el ceño mientras se pasaba una mano por
el pelo—. Vamos a dar una vuelta por el rancho —su tono impaciente hizo saber a
_______ que había tocado un tema delicado—. Estoy seguro de que a Brody no le
importará que echemos un vistazo hasta la hora de la cena.
_______ asintió. Estaba deseando salir de los estrechos confines del dormitorio.
Además, la conversación le había afectado. Había hablado en serio, pero lo cierto era
que la idea de entregar su corazón a otra persona le daba bastante miedo. Lo había
hecho una vez y salió escaldada. No volvería a hacerlo con facilidad.
Bajaron las escaleras y salieron al porche.
—¿Hacia dónde vamos? ¿A la derecha o a la izquierda? —preguntó Kendall ,señalando.—Me da igual.
Kendall sonrió.
—Siempre dejo que mi esposa tome las decisiones.
_______ le devolvió la sonrisa, ladeando la cabeza.
—Supongo que solo si las decisiones son tan insignificantes como esta.
Kendall rió.
—¿Cómo es que nunca muestras tanto ingenio en la oficina?
—Porque no tengo tiempo. Me mantienes bastante ocupada —_______ quiso añadir
que lo que más tiempo le quitaba era encargarse de sus asuntos personales, que le
gustaría que se buscara una esposa de verdad para ocuparse de aquellos deberes, de
manera que ella pudiera centrarse en su carrera de publicista. Pero mantuvo la boca
cerrada, pues no quería empezar aquella larga semana metiendo la pata.
Se encaminaron hacia el gran corral que se hallaba junto al establo, donde había
varios caballos.
—¿Te gustan los caballos? —preguntó Kendall mientras se apoyaban contra la valla para observar a los animales.—Sí, supongo. Lo cierto es que no lo sé. Nunca he estado cerca de ellos
—contestó _______.
—Supongo que Brody logrará que cabalguemos como auténticos vaqueros para
cuando acabe la semana.
—Mencionaste que Brody compró este rancho hace poco, ¿no?
—Sí. Hace unos tres meses. Al parecer, se produjo algún tipo de escándalo y la
dueña anterior, Rachel Emery, quiso irse de Montana. Brody lo compró a precio de
ganga, y ahora está viviendo su sueño de ser un auténtico vaquero.
_______ rió.
—Parece un hombre muy agradable —dijo, mientras caminaban hacia los establos.
—Es un gran tipo —asintió Kendall —. Es tal y como nuestra agencia lo ha promocionado: un poco anticuado, pero un hombre honrado y con altos valores morales._______ frunció el ceño, sintiendo una repentina ansiedad en la boca del estómago.
—Me siento mal engañándolo con esta farsa de matrimonio.
—Lo sé, pero no te preocupes demasiado. No estamos haciendo daño a nadie y los
dos vamos a beneficiarnos de ello. Brody nunca notará la diferencia, así que no hay
problema.
_______ asintió. Kendall tenía razón. Había aceptado participar en aquella locura y ya no podía echarse atrás.—Vamos —dijo Kendall , tomándola con ligereza por el brazo—. Todo irá bien —la
luz que brilló en sus ojos marrones hizo que cualquier cosa pareciera posible. Sonrió
picaramente—. ¿Has explorado alguna vez un establo?