Capitulo 15

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El le explicó pacientemente por qué algunas de sus ideas no servirían, y alabó las
que parecían tener posibilidades. ______ agradeció sus consejos y opiniones, dispuesta
a aprender todo lo posible de él.
Aquella era la clase de relación que había soñado cuando empezó a trabajar como
secretaria de Kendall. Quería aprender, que la tomaran en serio, demostrar que valía lo
suficiente como para llegar a tener parte activa en el negocio.
—Eres brillante, ______ —dijo Kendall, mientras regresaban al rancho después de disfrutar de un trozo de pastel de manzana con café—. Y tienes razón: he malgastado tu talento haciendo que te ocupes de mis asuntos personales. Cuando volvamos a la oficina va a haber algunos cambios.

—Eso me gustaría mucho —dijo ______ sonriendo, feliz. Aquello era lo que había
querido desde que empezó a trabajar para Kendall. En lugar de pasarse los días organizando citas para comer y mandando flores, iba a tener la oportunidad de utilizar su inteligencia.

—Tienes una mente muy despierta, enanita —le dijo su padre el día antes de irse
para siempre—. Tienes que utilizar tu cerebro. Tu inteligencia te llevará lejos —sus
ojos la miraron con un toque de tristeza—. Desgraciadamente, no vas a ser una de esas
chicas que pueden depender de su físico para salir adelante.

Cerró los ojos y trató de apartar aquellos dolorosos recuerdos. Enanita. Así era
como la llamaba siempre su padre. Lo quería con locura y durante años, después de que
se fuera, se preguntó si se habría quedado si ella hubiera sido más guapa.
Pero sabía que no. Su padre se habría ido aunque ella hubiera sido Miss Universo.
Le costó años comprender que su marcha no tuvo nada que ver con ella.
Poco después de llegar al rancho, ______ y Kendall se reunieron con las otras parejas en la biblioteca. Barbara resumió las actividades del día, lo que habían aprendido, lo que aún les quedaba por explorar.

Cuando Barbara terminó, la conversación giró hacia los niños. Trent y Elena
hablaron de su hijo con evidente adoración.
—Travis es un manojo de nervios —dijo Elena—, pero es brillante y sano, y un
constante recuerdo de nuestro amor —sus ojos destellaron mientras buscaba la mano
de su marido.
______ anhelaba aquella clase de contacto con un hombre y, si tenía suerte, algún
día tendría hijos.
—No hay nada mejor en el mundo que los hijos —dijo Brody—. Barbara y yo
tenemos dos, chico y chica. Por supuesto, ya son mayorcitos y tienen sus propias
familias, pero son una alegría sin la que nadie debiera pasarse.
—Por desgracia, Stan y yo no podemos tener hijos —dijo Eddie, con evidente
pesar—. Hemos ido a toda clase de especialistas, pero no hemos tenido suerte.
—El año pasado decidimos adoptar uno y estamos esperando que la agencia nos
avise en cualquier momento —continuó Stan. Sonrió a su esposa y la expresión de esta
se iluminó.
Todos los felicitaron, y luego Brody se volvió hacia Kendall.

—¿Y vosotros? No me digas que habéis sacrificado tener hijos por el
todopoderoso dólar y el afán de prosperar —había un tono sutilmente acusador en su
voz.
—En absoluto —replicó Kendall—. De hecho —continuó, tomando la mano de ______—, no íbamos a anunciarlo todavía —sonrió orgulloso mientras ella sentía que se le encogía el estómago—. ______ está embarazada de tres meses.


..*..

—¿Estás loco? —______ taladró a Kendall con la mirada en cuanto entraron en su dormitorio—. ¿Has perdido la cabeza, o qué?

Kendall alzó las manos en un intento por aplacarla, aunque sabía que merecía su
enfado.
—Lo siento. La verdad es que no sé qué me ha pasado.
Pero sí sabía lo que le había impulsado a hacer aquella ridícula declaración. Por
primera vez en su vida había sentido envidia. Había envidiado a las otras parejas por
su evidente afecto, por los lazos de unión que había entre ellos, que no parecían disminuirlos
individualmente, sino más bien al contrario. Había visto el brillo de sus ojos
mientras hablaban de sus respectivas familias y había deseado aquello para sí mismo.
—Me he visto superado por la situación —dijo, finalmente.
—Pues mientras tú te veías superado por la situación, a mí me has dejado
embarazada —replicó ______.
—Pero yo no he pretendido dejarte embarazada —de pronto, Kendall se dio cuenta de lo divertido de la situación y de sus propias palabras. Se sentó en el borde de la cama y miró a ______, que caminaba de un lado a otro de la habitación—. Aunque no teníamos exactamente planeado el embarazo, prometo que estaré a tu lado cada paso del camino, tanto financiera como emocionalmente.

______ dejó de caminar, lo miró fijamente unos segundos y rompió a reír, como si
acabara de darse cuenta de lo ridícula que se había vuelto su conversación.
Se acercó a la cama y se sentó junto a Kendall.

—¿Y qué piensas hacer dentro de seis meses, cuando Brody quiera ver a nuestro
hijo? ¿Alquilar uno?
—¿Hay algún sitio para hacerlo? —Kendall rió al ver el renovado enfado de______—. No sé... no puedo pensar con tanta antelación. De momento me conformo con superar esta semana.

—Yo debería negarme a seguir adelante con esta farsa y hacer el equipaje para
irme a casa de inmediato.
Kendall asintió.
—Y yo no te culparía por ello —se pasó una mano por el pelo y miró a ______.
Como siempre, llevaba el pelo sujeto a la altura de la nuca. Sintió el impulso de alargar
una mano para soltárselo y liberar todos aquellos rizos.
Al recordar el beso que habían compartido sintió el deseo de volver a saborear
sus labios, de sentir el calor de su cuerpo contra el suyo.


Le parecía extraño haberla considerado alguna vez poco atractiva. Aunque no era
bonita en un sentido clásico, su rostro irradiaba una calidez que hacía olvidar que sus
rasgos eran bastante irregulares. Y sus ojos, de un precioso color castaño dorado,
atraían inevitablemente la atención.
—¿Y hemos elegido ya el nombre para nuestro retoño? —preguntó ______,
sacando a Kendall de sus absurdos pensamientos.

—Por supuesto. Kendall Júnior si es niño, y Ashley si es niña.

—Parece que has pensado mucho en ello —______ ladeó la cabeza y miró a Kendall
con curiosidad—. Entiendo de dónde viene el Kendall Júnior, ¿pero qué me dices del Ashley?

—Mi padre me contó que mi madre siempre quiso tener un Kendall y una Ashley.

Murió antes de tener una Ashley, y he pensado que así podemos hacer que su deseo se cumpla.

______ alzó una mano y le acarició la mejilla.
—Bajo tu actitud machista hay un hombre muy agradable, Kendall Riverton.

Kendall sintió el calor de sus dedos en la piel y aspiró su aroma. Un inmediato deseo
se apoderó de él. Deseo de hacerle el amor, de excitarla hasta que por sus venas corriera lava, de unirse a ella como nunca se había unido con otra mujer.

Se Busca Esposa (Kendall y Tu) TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora