Capitulo 29 Ultimo

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________ asintió, con el estómago hecho un nudo a causa de la ansiedad. Kendall estaba
loco. No debería haber hecho aquello. No debería haberse arriesgado a perder a
Brody como cliente para demostrar algo que ella nunca creería.
Brody suspiró y miró a Kendall.
—No sé lo que pasa entre vosotros. Quise que te beneficiaras del curso de
Barbara porque me caes bien. Deberías haber sido sincero conmigo desde el principio.
Kendall asintió con evidente pesar.
—Ahora lo sé... y si decides cambiar de agencia de publicidad, lo entenderé.
—¿Cambiar de agencia? —Brody miró a Kendall como si hubiera perdido la
cabeza—. Soy un hombre sencillo, Kendall . Me gusta el calor del hogar y la familia, pero
los negocios son los negocios. Tú eres el mejor en lo tuyo. ¿Por qué iba a querer
cambiar de agencia? —moviendo la cabeza, sacó del bolsillo las llaves de su coche—. No
sé qué pasa entre vosotros. Nunca he visto a dos personas que parecieran más casadas
que vosotros dos —miró a ________—. Si eres lista, cariño, te casarás con él y lo sacarás
del pozo en que se ha metido. Cuando ha llegado esta mañana a buscarme estaba
totalmente desquiciado. Se ha tomado muchas molestias para traerme hasta aquí y
aclarar las cosas... aunque debo confesar que estoy más confundido que nunca —se
encogió de hombros—. Y ahora me vuelvo a Mustang, donde mi esposa es mi esposa y
sé exactamente cómo están las cosas —a continuación, dio media vuelta y fue hasta su
coche, que se hallaba aparcado tras el de Kendall.
—Estás loco —dijo ________ en cuanto estuvieron solos, recordando lo que había
dicho Kendall la última noche que pasaron en Mustang—. Te tomaste un montón de
molestias para nada.
—¿Qué quieres decir?
—El último día me confesaste que en el fondo no supondría un gran problema
para la agencia perder a Brody como cliente —replicó ________, poniéndose de nuevo en
guardia ante la atractiva presencia de Kendall.
Él se quedó mirándola.
—Ven a dar un paseo conmigo.
—¿Qué? —el repentino cambio de tema confundió a ________.
—Vamos. Solo ven a dar un paseo. Hay algo que quiero enseñarte —Kendall alargó
una mano hacia ella.
—¿Qué quieres enseñarme, Kendall ? —________ quería gritarle, patear el suelo y
rogarle que se fuera. Quería arrojarse a sus brazos y rogarle que la abrazara fuerte,
muy fuerte.
—Tú ven conmigo —la vulnerabilidad de la mirada de Kendall atravesó las defensas
que ________ había tratado de erigir contra él.
A pesar de sí misma, aceptó la mano que le ofrecía y dejó que la llevara hacia el
coche. Sabía que era una locura pasar un solo minuto en su presencia. La conversación
con su madre la había dejado confundida, débil y vulnerable, y lo último que quería era
caer presa de la fantasía de amor de Kendall.

Una vez en el coche hizo acopio de todas sus fuerzas, sabiendo que iba a
necesitarlas para contrarrestar el nuevo asalto que sin duda se avecinaba.
Kendall le sonrió mientras ponía el coche en marcha.
—¿Recibiste mi mensaje esta mañana? —preguntó, cuando ya estaban en la
autopista.
—¿Te refieres a esa exagerada muestra de tontería? —replicó ________. Sabía que
estaba siendo mezquina, pero no encontraba otro modo de mantener la distancia
emocional.
Kendall hizo un gesto de pesar.
—Vaya.
—¿A dónde vamos? —preguntó ________ y, sin esperar a que Kendall respondiera,
añadió—: No importa adonde me lleves. Aunque me llevaras a la luna, nada cambiaría.
—Sé paciente conmigo, ________ —dijo Kendall, suavemente—. Puede que mis
intentos previos hayan sido extravagantes y excesivos, pero esta es la primera vez
que estoy tan enamorado, y desconozco las reglas.

________ miró por la ventanilla para que Kendall no viera las lágrimas que ardían en
sus ojos. Debería haberle cerrado la puerta en las narices. No debería haberse ido con
él. Estaba a punto de desmoronarse, y no quería hacerlo delante de él.
Unos minutos después, Kendall entró en una carretera por la que ________ no había
circulado nunca. Tras hacer un giro a la izquierda y otro a la derecha, tomaron un
camino que no parecía conducir a ningún sitio.
________ se movió en el asiento, tratando de imaginar qué se traería entre manos
Kendall . ¿Iría a enseñarle algún viejo edificio con una nueva declaración de amor escrita
en letras grandes en sus paredes?
No importaba. Nada importaba. Nada de lo que Kendall Schmidt dijera o hiciera la
haría cambiar de opinión. Nunca había creído que la amara de verdad. Nunca se había
permitido esperar... o soñar, porque la realidad siempre era demasiado dolorosa.

Kendall se había quedado sin ideas. Cortejar a las mujeres que no le preocupaban
había sido fácil. Conquistar a la mujer que amaba era lo más difícil que había hecho en
su vida.
La tarde anterior había estado con un agente inmobiliario visitando algunos
ranchos cercanos. En cuanto vio el tercero supo que aquel era el lugar de sus sueños, la
tierra encantada en la que se hallaba su futuro. Todo lo que tenía que hacer era
convencer a ________ de que ella formaba parte de su futuro.
La miró de reojo, con el corazón latiéndole tan fuerte que se preguntó si ella
podría oírlo. Sabía que había llegado el momento de la verdad. Si ________ lo rechazaba
tras su declaración final, tendría que encontrar el modo de vivir sin ella. Y esa idea lo
aterrorizaba.
Recordó el día en que ________ le dijo entre risas que él nunca estaba solo, dando a
entender que siempre tenía alguna bella mujer a su lado. Pero él no mintió cuando le
dijo que se sentía solo. Hasta la semana anterior, se había sentido solo todos y cada
uno de los días de su vida de adulto.
Una vez tenía a ________ tan firmemente grabada en su corazón, no podía imaginar
el resto de su vida sin ella. En pocos minutos estarían en el lugar en que tenía intención
de pasar su futuro, y quería compartir ese futuro con ________.
No dijo nada mientras giraba en el camino de tierra que llevaba a la casa del
rancho. A lo lejos se alzaba un viejo establo gris con una veleta de metal en el tejado.
Detuvo el coche ante la casa, apagó el motor y se volvió hacia ________.
Ella miró la casa a través de la ventanilla, sin que su expresión revelara la más
mínima emoción.
—Es sobre lo que hablamos la última noche en Mustang —dijo Kendall —. Una bonita
casa ranchera rodeada por una valla blanca de madera, algunos acres de terreno y un
establo en el que guardar un par de caballos.
—¿Por qué estás haciendo esto? —preguntó ________, con sus preciosos ojos
marrones llenos de lágrimas—. ¿Por qué me estás torturando de este modo? —abrió la
puerta y salió rápidamente del coche.

Kendall la siguió hasta donde se había detenido. ________ miraba la casa mientras las
lágrimas se deslizaban lentamente por sus mejillas.
No lo quería. No lo amaba. De lo contrario, no sería tan infeliz.
Kendall caminó hasta la casa y se sentó en el porche, frente a ella. Respiró
profundamente y se pasó una mano por el pelo, sintiendo un terrible vacío en su
corazón.
—No sé qué hacer —dijo—. No sé cómo hacerte comprender cuánto te necesito,
cuánto te quiero.<3

Se Busca Esposa (Kendall y Tu) TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora