Rosas. Rojas. Enormes. Eso fue lo primero que vio ________ cuando llegó al
despacho el lunes por la mañana. El florero, que estaba en medio de su escritorio, no
sirvió para animarla.
Si Kendall Schmidt creía que iba a cambiar de opinión porque le hubiera comprado
unas flores, estaba equivocado.
________ se había pasado casi todo el domingo buscando trabajo en la prensa.
Había rodeado varios anuncios con un círculo rojo.
No podía creer que hubiera sido tan estúpida, tan vulnerable como para haberse
enamorado perdidamente de Kendall . Sabía con certeza que lo que sentía por él iba
mucho más allá de la mera atracción física. Lo amaba profundamente, tanto física
como espiritual y emocionalmente. Era todo lo que siempre había querido en un
hombre, y sabía que nunca lo tendría.
Tomó el florero y lo sostuvo sobre la papelera. Si Kendall viera las flores allí
comprendería lo poco efectivo que había sido su plan. Qué típico en él hacer algo así
para conseguir lo que quería...
Pero sintiendo el aroma de las flores tan cerca, viendo su exquisita perfección,
fue incapaz de tirarlas. En lugar de ello, dejó el florero sobre el archivador metálico
que había tras su escritorio, donde pudieran admirarlas las personas que acudieran a la
oficina sin necesidad de que ella las estuviera viendo todo el rato.
Su primera ocupación del día iba a consistir en llamar a algunas agencias de
empleo para concertar citas con posibles secretarias. En cuanto había reconocido que
estaba enamorada de Kendall , había comprendido que no podía seguir trabajando para él.
Pero tampoco iba a dejarlo en la estacada. Tenía que conseguir una buena sustituía.
Ocupó su asiento ante el escritorio y miró la foto de Kendall en la pared opuesta.
¿Cómo iba a pasarse allí dos semanas con su atractivo rostro delante?
Encendió con más energía de la necesaria el ordenador, decidiendo que debía
mantenerse lo más ocupada posible para no pensar en él. Catorce días. Eso era todo lo
que tendría que soportar.
Y después, la ilusión de empezar un nuevo trabajo, de conocer nuevos
compañeros, serviría para mantenerla distraída.Mientras trataba desesperadamente de convencerse de ello, Kendall salió de su
despacho.
—Oh... estás aquí —dijo.
Estaba más atractivo que nunca. Vestido con una chaqueta azul marino,
pantalones y camisa blanca, aparte de elegante resultaba increíblemente sexy. El color
de la chaqueta realzaba el tono de sus ojos... unos ojos que estaban mirando a su
alrededor, evidentemente, en busca de las flores. Finalmente, las localizó en lo alto del
archivador, pero su expresión no reveló nada.
—Te dije que vendría por la mañana, como de costumbre —dijo ________, y a
continuación, respiró profundamente para relajarse.
¿Por qué tenía que ser tan atractivo? ¿Por qué tenía que quererlo? ¿Por qué no
había podido enamorarse de un hombre sencillo y corriente? ¿Por qué tenía que ser
Kendall el que había capturado su corazón?
—¿Puedes venir al despacho un momento? —preguntó él.________ asintió y sacó su carta de renuncia del bolso. La había escrito el día
anterior por la tarde, decidida a colocarla sobre el escritorio de su jefe a primera
hora de la mañana.
Lo siguió al despacho y él cerró la puerta, pero luego no se sentó tras su
escritorio, como solía hacer.
—Tenemos que hablar —dijo, dando un paso hacia ella.
________ se hizo consciente de los poderosos latidos de su corazón. ¿Podría oírlos
Kendall ? ¿Sabría que latía de amor por él?
—¿Vas a dictarme? ¿Necesitas que tome nota para alguna cita? —preguntó,
logrando a base de gran esfuerzo mantener un tono de voz controlado.
—¿Has leído la tarjeta que había en las rosas? —preguntó Kendall.
Avanzó un paso más, invadiendo por completo el espacio personal de ________ y
obligándola a dar un paso atrás.
—No. Pero estoy segura de que dice que quieres que siga trabajando para ti
—________ le alcanzó su carta de renuncia—. Aquí está mi respuesta.
Kendall tomó la carta, la leyó y luego la arrugó en un puño.
________ frunció el ceño.
—No importa lo que hagas con ella. Ya te he avisado, y eso es lo que importa.
—Escúchame, ________ —Kendall se acercó aún más y ella quiso dar otro paso atrás,
pero la puerta cerrada se lo impidió. Él apoyó las manos a ambos lados, impidiéndole
moverse—. La tarjeta de las rosas no dice nada sobre el trabajo. No te pido que no lo
dejes —dijo, mirándola con una intensidad que ________ no había visto nunca en sus
ojos—. Deberías haberla leído. Dice que te quiero.El corazón de ________ pareció detenerse un momento. Luego, un punzante dolor lo
atravesó. Miró a Kendall , incapaz de creer lo que acababa de decirle.
Una intensa rabia se acumuló en su interior. Trató de reprimirla, pero siguió
aumentando. Con un solo movimiento, pasó bajo uno de los brazos de Kendall y se volvió
para encararlo.
—Serías capaz de hacer cualquier cosa por conseguir lo que quieres, ¿verdad?
—dijo, indignada—. ¿Cómo eres capaz de fingir que me amas para conseguir que siga
trabajando para ti?
—¡No! — Kendall parecía horrorizado—. ¡No, no es eso! —protestó.
—Qué conveniente —continuó ________—. Casualmente, has descubierto que me
quieres justo cuando he decidido presentarte mi renuncia —lo apartó a un lado sin
miramientos y agarró el pomo de la puerta con una mano—. Debería haber supuesto
que intentarías cualquier cosa para lograr que me quedara, pero nunca habría
imaginado que pudieras caer tan bajo —abrió la puerta—. ¡Me voy a almorzar!
—exclamó.
—¿A almorzar? Pero si acaban de dar las nueve...
—Pues despídeme —le espetó ________. Cerró de un portazo, tomó su bolso del
escritorio y salió de la oficina. Mientras abandonaba el edificio se preguntó cómo era
posible que se hubiera enamorado de un tipo tan miserable. Pero Kendall no podía saber
cuánto le había dolido su falsa confesión de amor, porque no sabía que ella lo amaba de
verdadespero les hayan gustado estos capitulos perdon por tenerlas abandonadas pero por sircunstancias de la escuela no habia subido Caps :( espero no me odien talvez mañana y viernes suba :3
Nota : Ya son los Ultimos capitulos :(