Capitulo 13

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Asombroso... como unos labios que parecían delgados y poco acogedores podían
ser en realidad tan suaves y saber tan bien. Inicialmente, el beso fue un poco
vacilante, pero aquello no tardó en ser insuficiente.
Kendall tocó con su lengua la de ______ y el deseo lo estremeció como un relámpago
cuando ella abrió la boca, permitiendo que penetrara en ella.
Sabía a inocencia y a palpitante sensualidad, una combinación embriagadora que
fue como una explosión en su cabeza. Bebió de ella, adorando su sabor.
Sintió los poderosos latidos de un corazón, pero no supo si era el suyo o el de
ella. Deslizando las manos por su espalda sintió lo delicada que era, y despertó en su
interior un intenso sentimiento protector totalmente atípico en él.

______ se arqueó bajo sus caricias, como un gato disfrutando y alentándolo a que
siguiera. Mientras se arqueaba, sus senos presionaron contra el pecho de Kendall, como animándolo a que los tocara, a que explorara su plenitud bajo la fina tela que los cubría.  

Él dudó, temiendo perder el control, temiendo asustarla.

Se hizo vagamente consciente del sonido de sus respiraciones, breves y
ligeramente ásperas mientras sus lenguas se acariciaban.
Alzó una mano y tanteó el pasador que sujetaba el pelo de ______ hasta que logró
soltarlo.
En cuanto su pelo quedó libre, ______ se apartó de él y se puso en pie.
—¿Por qué... por qué has hecho eso? —preguntó, con voz débil y entrecortada.
Se agachó y recogió el pasador que había caído al suelo. Kendall vio cómo temblaban sus manos.

—¿Por qué he hecho qué? —preguntó, aturdido, tratando de recuperar el control,
de apartar aquel dulce sabor de su boca. Estaba asombrado por su reacción a aquel
beso, por la intensidad de su deseo.
—Besarme. ¿Por qué me has besado? —______ no lo miró mientras volvía a
ponerse el pasador.
Kendall se encogió de hombros.
—Si no te ha gustado, ¿por qué me has devuelto el beso?
Las mejillas de ______ se tiñeron de un intenso rubor.
—No he dicho que no me haya gustado. Solo te he preguntado por qué lo has
hecho.
Kendall se levantó y le pasó una mano por el pelo.
—No lo sé —admitió—. Simplemente ha sucedido. Lo siento. No debería haberlo
hecho —era la primera vez en su vida que sentía la necesidad de disculparse por un
beso.
—No tiene importancia —dijo ______. Sonriendo tímidamente, añadió—:
Simplemente me has sorprendido. No mencionaste que los besos fueran a formar
parte de mi trabajo.
Kendall respiró profundamente, tratando de tranquilizar los latidos de su corazón.
—No te preocupes. Te prometo que no formarán parte de tu trabajo habitual
—volvió a pasarse la mano por el pelo—. Aún tenemos un par de horas antes de la cena.
¿Qué te parece si vamos a Mustang a dar una vuelta? —sugirió, pensando que un par
de horas alejados del rancho les vendrían bien para volver a poner las cosas en su
sitio.

Después de lo sucedido se sentía descentrado. Por unos momentos había olvidado
que la mujer con la que estaba era su secretaria, ______.
Por unos momentos, mientras la tenía entre sus brazos, sus rasgos se habían
iluminado con una luz interior que la había hecho parecer muy atractiva.
Pero no quería pensar en ella como en una mujer bonita y, mucho menos, sexy.
La necesitaba como secretaria. No podía permitirse complicar las cosas con ella.
—Podemos tomar un café y pensar en algunas ideas para el proyecto Martindale
—era una descarada treta para volver a poner las cosas en su sitio.
______ lo miró, indecisa.
—¿En serio? ¿Vas a dejar que te ayude con ese proyecto?
—Claro —Kendall  abrió la puerta de la biblioteca, sintiendo que necesitaba un poco de aire fresco para aclarar sus ideas.

—De acuerdo. Deja que vaya por mi bolso.

Mientras ______ subía al dormitorio, Kendall salió al porche a esperarla.

No sabía por qué le había afectado tanto el beso que había compartido con ella.
No había sido especialmente largo, al menos para lo que él estaba acostumbrado.
Pero no había duda de que le había afectado, y mucho. Su respiración se había
vuelto entrecortada y su cuerpo había respondido al instante, como preparándose para
hacer el amor apasionadamente.
Volvió a respirar hondo, como si acabara de pasar por una especie de crisis de
vida o muerte. Había sido un peligroso descuido, un momentáneo coqueteo con la
locura. Debía tener cuidado durante el resto de la semana. De algún modo, el ejercicio
que acababan de practicar con Barbara lo había vuelto más vulnerable... más
necesitado. Por un instante, casi se había sentido como si de verdad estuviera casado
con ______. Pero no debía permitir que la frontera entre la fantasía y la realidad se
volviera confusa.

______ tomó su bolso del tocador y se detuvo un momento ante el espejo. Tenía
las mejillas sonrosadas y los labios rojos y un poco hinchados. Se los tocó con los
dedos, recordando el beso de Kendall . Una intensa calidez la recorrió al recordar los momentos en que los labios de ambos se habían unido.

Había sido su primer beso verdadero, adulto y, además de dejarla sin aliento,
había anulado su capacidad de razonar. El instantáneo deseo que se había apoderado
de ella la había dejado anonadada.
Si Kendall hubiera querido, podría haberla tomado allí mismo, en el suelo de la biblioteca.

Podría haberle hecho el amor sin que ella se lo hubiera impedido.

De hecho,habría colaborado activamente.

Sintiendo que le ardían las mejillas, se apartó del espejo. Todo había sido culpa
de Barbara. El ejercicio que les había hecho practicar había conseguido exactamente
su propósito: crear un lazo de unión e intimidad que enriquecería la relación entre las
dos personas implicadas.
Pero la única relación que existía entre Kendall y ella era la de jefe y empleada. No podía olvidar eso.

Así que, ¿por qué la había besado? Barbara no estaba en la habitación en aquel
momento, de manera que no era necesario seguir simulando que estaban casados.Kendall 
había dicho que simplemente había sucedido.
Ella sabía que lo mejor que podía hacer en aquel momento era olvidar lo que había
pasado.
Unos minutos después se reunió con Kendall en el porche.

—Ya estoy lista —anunció.
—He visto a Brody hace un momento —dijo Kendall , mientras se acercaban algaraje—. Le he dicho que no nos esperaran para cenar, que comeríamos algo en el pueblo.

______ lo miró, sorprendida.
—De acuerdo —dijo.
—También le he dicho que volveremos a tiempo para la última sesión —Kendall le abrió la puerta del coche para que entrara.

______ lo hizo así, preguntándose por qué habría decidido que iban a cenar en el
pueblo. Tal vez sentía la necesidad de estar con otras personas... personas distintas a
aquellas a las que trataba de engañar.

Ella sentía la misma necesidad, el deseo de distanciarse de él, de recordar que
era su secretaria, nada más. Y tampoco debía olvidar que no era la clase de mujer con
la que Kendall solía salir.

—Hace un día precioso —dijo, mientras Kendall conducía el coche fuera del rancho.

—Maravilloso —asintió él—. Aunque el invierno no tardará en llegar. No querría
vivir aquí cuando la nieve empiece a caer.

Se Busca Esposa (Kendall y Tu) TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora