Capitulo 26 ULTIMOS CAPITULOS

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Y mantuvo su promesa durante el resto del día. Después de la semana que habían
estado fuera, tenía mucho trabajo pendiente en la oficina y pasó largo rato
devolviendo algunas llamadas.
Poco después del mediodía, ________ lo llamó por el intercomunicador para decirle
que tenía una llamada de Sheila. En lugar de responder en su despacho, Kendall salió y
tomó el teléfono de ________.
—¿Ha echado de menos mi pequeño Kendall a su dulce Sheila? —preguntó Sheila
con voz de niña desde el otro lado de la línea.
—Quiero que seas la primera en saberlo, Sheila. Esta semana pasada me ha
sucedido algo increíble —Kendall mantuvo la mirada fija en ________—. Me he enamorado
perdidamente de una mujer maravillosa —los ojos de ________ se abrieron de par en par
a la vez que Sheila colgaba de golpe—. ¿Hola? ¿Hola? —Kendall colgó el teléfono—. Hmm,
parece que no le apetecía hablar de ello.
________ volvió a descolgar el teléfono y se lo alcanzó.
—Llámala —dijo, frenética—. No puedo creer lo que acabas de hacer. Llámala y
dile que ha sido una broma.
Kendall tomó el auricular y volvió a dejarlo sobre el aparato.
—No pienso hacerlo. No ha sido una broma —la miró un momento, queriendo
decirle más, pero recordó su promesa. Sin añadir nada más, se volvió y entró en su
despacho.

Mientras se sentaba ante el escritorio, recordó lo que Sheila le había dicho la
última vez que se vieron.
Profetizó que uno de aquellos días iba a entregarle su corazón a una mujer que lo
rompería en pedazos, o algo parecido.
¿Le habría lanzado una maldición? ¿Sería ________ esa mujer?
Cerró los ojos, recordando el dulce sabor de sus besos, la música de su risa.
¿Cómo podía convencerla de que su amor era cierto, y no solo una maquinación para
conseguir que se quedara?
Cuando una mujer había sido testigo de que uno era capaz de mentir sin
inmutarse, ¿cómo convencerla de que estaba diciéndole la verdad? Por desgracia, no
tenía la respuesta a aquella pregunta.
—¿Señor Schmidt? —la voz de ________ llegó a través del intercomunicador—.
Jess Maxwell ha venido a verlo.
Jess Maxwell. Un cliente en potencia. Kendall apretó el botón del
intercomunicador.
—Hazlo pasar. Y haz el favor de concertar algunas citas para entrevistar a otras
posibles secretarias.
Sonrió, satisfecho. Tal vez, el camino para lograr que ________ comprendiera que lo
que pretendía no era conservarla como secretaria era contratar otra. Así no podría
acusarlo de estar utilizando su amor para conservarla.
La puerta de su oficina se abrió, dando paso a un hombre joven y elegantemente
vestido.
—Me alegro de verlo, señor Maxwell —dijo Kendall , levantándose para estrechar su
mano.

Durante las siguientes dos horas, Kendall y Jess Maxwell hablaron de negocios.
Cuando terminaron, Kendall tenía un nuevo cliente. Tras acompañarlo hasta la salida, se
detuvo ante el escritorio de ________ y le entregó una carpeta.
—¿Qué es esto? —preguntó ella con cautela.
—Los detalles del asunto Maxwell. Acabo de captarlo como cliente y Jess
Maxwell tiene mucho dinero y ganas de gastarlo en una buena campaña publicitaria.
—¿Y qué se supone que tengo que hacer al respecto?
—Llévate la carpeta a casa y trabaja en algunas ideas. Dijiste que querías verte
más implicada en el proceso creativo. Esta es tu oportunidad.
________ frunció el ceño.
—Esto no va cambiar nada, Kendall —dijo, sin mirarlo—. Voy a irme, y nada me hará
cambiar de opinión.
Kendall sintió que su estómago se encogía. ¿Sería realmente posible que a ________
no le hubiera afectado la semana que acababan de pasar juntos? ¿No había sentido la
magia que surgía entre ellos cuando se besaban y acariciaban?
Le había hecho una promesa. No volvería a decirle que la amaba. Pero no le había
prometido no tocarla.
Alargó una mano y la tomó por la barbilla, obligándola con firme delicadeza a
mirarlo. Y por un instante percibió en su mirada un destello que le dio esperanza, una
emoción que ella ocultó rápidamente apartándose de él y poniéndose en pie.
—Me voy a casa —________ tomó su bolso y la carpeta—. Trabajaré en algunas
ideas esta tarde y las traeré mañana por la mañana —dijo, sin mirarlo—. También he
organizado tres entrevistas para mañana por la mañana con posibles secretarias —se
acercó a la puerta—. Hasta mañana.
Kendall asintió.
—________ —ella se detuvo con la mano en el pomo de la puerta y volvió la
cabeza—. No pienso renunciar —dijo Kendall , con suavidad, pero también con firmeza.
________ se ruborizó intensamente antes de salir.

Kendall se quedó mirando la puerta, pensando frenéticamente que debía haber
algún modo de convencerla de que su amor era verdadero. Amar a ________ era lo
primero que hacía bien en mucho tiempo.
Regalarle las rosas había sido una estupidez. Durante aquellos dos años le había
encargado tantas veces que enviara ramos a otras mujeres que debería haber
imaginado que con ello no lograría nada. ________ era una mujer muy especial, y debía
pensar en algo especial para conquistar su corazón.


Se pasó toda la noche pensando en cómo convencerla de que la amaba. Si de
verdad creyera que ella no sentía nada por él, la dejaría en paz. Pero no lo creía. Los
besos y caricias que habían compartido la semana anterior habían sido muy
reveladores. Y sabía que solo el temor y la inexperiencia de ________ les había impedido
hacer el amor la última noche.
Sí, creía tener una parte de su corazón. Solo tenía que encontrar el modo de
conquistarlo todo.

Se Busca Esposa (Kendall y Tu) TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora