Alex Torres era un chico normal de solo 17 años, de padres mexicanos, viviendo en Nueva York desde temprana edad por el trabajo de sus padres, una vida normal, pero todo cambio cuando la ola del Terrygen azoto la ciudad, muchos de los humanos fueron...
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Alex era guiado por Crystal y Lockjaw por el lugar el cual era no solo impresionante sino que también era inmenso y hermoso, la rubia seguía mirando al chico el cual solo miraba sorprendido el lugar, pero este logro ver que la chica no lo dejara de ver a lo que volteo a verla.
—¿Qué pasa?— pregunto Alex.—¿Tengo algo en la cara?— pregunto mientras pasaba sus manos por su rostro.
—No— respondió Crystal.—Solo que me pareces muy interesante— revelo la rubia.
—¿Interesante?— pregunto sorprendido.
—Si, es que tienes muchos poderes al igual que yo— hablo la rubia sorprendiendo a Alex.—Puedo manipular los elementos a un nivel atómico, darles carga eléctrica un gran metabolismo, vuelo y creo campos de fuerza— enumero la chica con sus dedos sus poderes.
—Eso es increíble— le dijo Alex a la rubia a lo que ella sonrio.
Los dos caminaron junto a Lockjaw por un par de minutos, los tres se detuvieron frente a una puerta gigante y Alex se le quedo viendo a la chica, este se notaba algo nervioso mientras estaba parado frente a la puerta gigante de color negro, la chica se acerco a Alex y choco su hombro con el de el llamando su atención a lo que volteo a verla.
—Tranquilo, solo quieren conocerte— sonrio la rubia al chico.
La puerta empezó a abrirse a lo que Alex solo suspiro de manera lenta intentando calmarse y tranquilizarse, aunque obviamente era inútil por que... bueno ¿Quién no se pone nervioso sabiendo que conocerás a los reyes de una civilización secreta de inhumanos con poderes diferentes, un miércoles en la noche para todos. En cuanto la puerta se abrió Crystal tomo la mano de Alex a lo que el chico volteo a verla y esta le sonrio para tranquilizarlo, Alex suspiro mas tranquilo y le sonrio a la chica, Lockjaw se puso debajo de la mano de Alex alzando todo su brazo mientras el movía la cola contento, el chico se sintió mas tranquilo y los tres entraron a la sala del trono. En esta se mostraban unas estatuas de algo parecido al mármol normal de varios hombres que estaban a lo largo del lugar, al final de la sala se encontraba un hombre pelinegro sentado en un trono y a su lado una mujer pelirroja de larga cabellera, a su otro lado estaba un hombre con tatuajes en la cabeza, de pronto la puerta se cerro y al voltear Alex miro a un chico pez y a un hombre con apariencia de toro, los tres caminaron hasta que Crystal se detuvo eh hizo una leve reverencia que Alex imitó.
—Como lo ordeno majestad, eh traído a nuestro hermano— hablo la rubia mirando a los dos.
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