Alex Torres era un chico normal de solo 17 años, de padres mexicanos, viviendo en Nueva York desde temprana edad por el trabajo de sus padres, una vida normal, pero todo cambio cuando la ola del Terrygen azoto la ciudad, muchos de los humanos fueron...
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Gwen se acerco a Alex y puso su mano en su hombro, el chico volteo a verla y ella solo le dio una sonrisa al chico quien asintió sabiendo que los dos hablarían después, el volteo a ver a sus nuevos compañeros inhumanos y a las amigas de Gwen, las amigas de la rubia se disculparon, al parecer ellas ya tenían cosas que hacer, por su parte los inhumanos y Gwen habían aceptado el salir un rato, pero Crystal parecía feliz pues descubrió que la pelirroja era la antigua pareja de su interés amoroso, pero también noto la interacción de la arácnida con el; eso la molesto un poco.
—Bueno, entonces es hora de irnos— hablo Alex y todos asintieron para comenzar a caminar, pero el chico iba junto a Gwen.—No esperaba encontrarte hoy Gwen— le dijo a lo que la rubia sonrio.
—¿Pensaste que no me encontrarías en dia de escuela en mi escuela?— pregunto la rubia a lo que Alex sonrio.
—Me refiero a que no pensé verte aqui— expreso Alex riendo un poco.
—Bueno, cuando la princesa llego a mi salón, pensé en quedarme cerca— hablo la rubia.—En este lugar me sorprende que aceptaran que ellos sean inhumanos— menciono con tristeza la chica.—Aunque desde que anunciaron lo de tu entrada a los Vengadores y la Guardia Real, ven a los inhumanos con otros ojos— conto la rubia.
—Gracias por cuidarlos— hablo Alex a lo que ella negó con una sonrisa.
Mientras los dos héroes hablaban, estos eran escuchados por dos chicas del grupo, por su parte Crystal estaba algo celosa de la atención que Gwen recibía de Alex, por su parte la chica pelinegra sonreía pensando en quitárselo a la rubia para divertirse con el de una manera nada cristiana.
Para sorpresa de los cinco ellos entraron al auto de Alex sin ningún problema, el lo llevo a un estacionamiento y luego todos fueron a conocer la ciudad. Pasaron las hora y era tiempo de volver a Nuevo Attilan, después de dejar a los cuatro inhumanos en el complejo, Gwen había dispuesto el irse sola, pero Alex la detuvo.
—Déjame llevarte— le dijo con una sonrisa.
—No es necesario, puedo irme balanceándome— le hablo ella negándose.
—Lo se, pero quiero hacerlo— respondió Alex haciendo que Gwen se sonroje.
—Esta bien— le respondió ella y ambos subieron al auto.
Alex había llevado sin problemas a Gwen a su hogar, era ya de noche y la rubia disfruto el tiempo que había compartido con el castaño, seguía sin creer que por ser un héroe MJ dejo ir a Alex, eso hizo recordar que tenían que hablar de eso, así que la rubia se armo de valor y pregunto.
—Oye— llamo ella al chico quien de reojo la miraba.—¿Cómo llevas tu ruptura con MJ?— pregunto ella a lo que Alex puso una sonrisa triste.
—Te mentiría si te digo que estoy bien— le respondió Alex.—Decidí jugármela para estar con ella, decirle la verdad y... bueno, creo que no fue lo mejor— menciono el chico a lo que Gwen sentía tristeza por ello.
