Alex Torres era un chico normal de solo 17 años, de padres mexicanos, viviendo en Nueva York desde temprana edad por el trabajo de sus padres, una vida normal, pero todo cambio cuando la ola del Terrygen azoto la ciudad, muchos de los humanos fueron...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Alex se quedo un poco mas en su auto y luego bajo a la base, al llegar este pudo notar como cuatro chicas lo miraban a lo que el solo se sonrojo un poco y se acerco a la chica con la que tenia una cena el día de hoy, el podía sentir la mirada celosa de las otras tres chicas, pero pudo notar la sonrisa contenta de Gwen, así que solo lo dejo pasar.
—¿Estas lista?— pregunto Alex a la rubia.
—¿Nos vamos ahora?— pregunto Gwen.
—Quiero ponerme algo mejor que lo que traigo— menciono el chico a la rubia.—Creo que tu papá me odia, solo quiero causar una decima buena impresión— eso hizo reír a la rubia.
—Creo que deberías de preocuparte mas por como te veo yo que mi papá— menciono ella de manera coqueta.
—¿Por qué tan misteriosos chicos?— pregunto Kamala a los dos.
—Por nada, solo le recuerdo a Gwen que me debe una batería— respondió Alex rápidamente pues noto como al escuchar a Kamala la rubia se puso muy nerviosa.—Me la tiene que dar— al decir eso Gwen regreso al mundo normal.
—Estas loco, eso fue trampa— menciono la chica haciendo un puchero.
—¿Trampa?— pregunto el.
—En ese momento no sabia que eras la persona mas fuerte del mundo y me contuve bastante— hablo ella.—La apuesta se cancela— Gwen se cruzo de brazos.
—Esta bien— se rio el chico.
—¿Qué jugaron o que?— pregunto Teddy.
—Unas vencidas— respondieron ambos.
—Oye— hablo Nathaniel.—¿Cómo es eso de que eres músico e ingeniero?— pregunto el.
—Desde pequeño me gusto la música, aprendí a tocar varios instrumentos— contesto Alex mirando al chico.—Pero al final decidí dedicarme a la ciencia y ser feliz tocando cuando quiero y para quien quiero— hablo el chico con una sonrisa.
—Genial— mencionaron los chicos.
—Deberías cantarnos algo un día de estos— menciono Kate mirando al chico.
—Claro, por que no— le sonrio Alex a lo que ella se sonrojo.
—Pero será luego, tengo que irme— hablo el chico.—Solo había bajado a despedirme chicos— menciono el con una sonrisa.
—Yo también debo de irme, el nuevo profesor deja demasiada tarea— hablo Gwen cubriendo un poco la verdad.
—Oye, solo son 25 ejercicios— hablo Alex cruzando sus brazos.
—Me das tres materias y en cada una dejaste tarea— respondió Gwen molesta.
—Si haces el primero te darás cuenta de la maña— hablo Alex yendo de nuevo hacia la plataforma, pero esta vez Gwen le siguió.
